Trabajadores a la espera en el polígono del incendio: "Si entramos hoy, será para limpiar y tirar los pollos"

La mayoría de las empresas del polígono La Red vuelven a la actividad este jueves tras el incendio de Plainsur

En directo, el incendio de la nave de productos químicos

Trabajadores del Grupo SADA, una fábrica cercana a la del incendio, a la espera de poder acceder.
Trabajadores del Grupo SADA, una fábrica cercana a la del incendio, a la espera de poder acceder. / Antonio Pizarro

Los trabajadores del polígono La Red vuelven poco a poco a la normalidad tras el enorme susto de ayer. La mayoría de las empresas ubicadas en este recinto del término municipal de Alcalá de Guadaíra han vuelto a recuperar su actividad a primera hora de la mañana de este jueves, después de que el incendio de la fábrica de productos químicos Plainsur haya quedado muy reducido.

El fuego sigue activo y restan todavía horas de trabajo de los Bomberos, pero el dispositivo ya es mucho más limitado y se centra en el interior de la fábrica incendiada. Sigue siendo complicado el trabajo dentro, pues el riesgo de colapso de la estructura es muy elevado y el peligro de derrumbe está presente.

La fábrica incendiada en Alcalá de Guadaíra.
La fábrica incendiada en Alcalá de Guadaíra. / Antonio Pizarro

La calle La Red Once, donde se ubica lo que queda de Plainsur, está cortada parcialmente al tráfico. Es la única vía que está cerrada la mañana de este jueves en el polígono. En uno de los extremos hay vallas y en el otro, el más cercano a la empresa, una pareja de la Policía Local de Alcalá de Guadaíra impide el paso.

Hasta el lugar llegan personas que dejaron ayer sus coches aquí y salieron corriendo. Uno de ellos es un trabajador de una empresa que ocupa una nave colindante a la del fuego. Se ha encontrado el coche con una de las ventanillas rotas, la del conductor, probablemente por efecto de las altas temperaturas alcanzadas en la zona en los momentos de mayor virulencia del incendio. Como si fuera una broma del destino, el vehículo tiene el parasol con una publicidad de Carglass, la empresa de reparación de lunas de coches.

Un coche quemado, junto a la fábrica de Plainsur.
Un coche quemado, junto a la fábrica de Plainsur.

En mitad de la calle, en la zona cortada al tráfico, se ven dos vehículos completamente calcinados, aparcados junto a la pared de la fábrica. Dentro se intuye el trabajo de los Bomberos. Los policías locales van con sendas mascarillas FPP2, de alta protección. El aire en esta zona es respirable, aunque huele mucho a quemado y a los productos químicos que ardieron durante todo el día de ayer.

Una de las empresas que está más cerca de la incendiada es el Grupo Sada, distribuidor mayorista de pollos. Decenas de trabajadores permanecen desde primera hora en las puertas de la fábrica, a la espera de poder acceder a sus puestos de trabajo. El director de la planta se disculpa antes de que los periodistas le pregunten nada siquiera. "Me encantaría atenderos, pero no puedo dejaros entrar". Cuando los reporteros le explican que no tienen ninguna intención de acceder a la fábrica, sino simplemente de recabar una serie de testimonios, también pone pegas. "Lo siento, lo siento", dice, marchándose en su coche.

Dos operarios con un vehículo quemado detrás.
Dos operarios con un vehículo quemado detrás. / Antonio Pizarro

"No sabemos todavía si podemos entrar. No ha podido hacerlo el turno de noche. Si entramos, será para limpiar un poco y tirar los pollos", explica una de las empleadas de la fábrica. Muchos de ellos esperan en la puerta y otros hacen tiempo en una cafetería cercana, junto a una gasolinera. A unos metros permanece un patrullero de la Policía Nacional, que mantiene una vigilancia de la zona afectada, aunque ya de manera mucho más relajada que ayer.

En esta zona el olor es muy intenso, huele a algo parecido al amoníaco y no se puede estar demasiado tiempo sin la mascarilla. En la calzada quedan charcos del agua con espuma empleada por los bomberos para las labores de extinción.

Un policía local accede al recinto del incendio.
Un policía local accede al recinto del incendio.

En el desguace de Ramón Vilella se puede trabajar ya con normalidad. "Sí, sí, desde esta mañana estamos aquí. Ayer tuvimos que salir corriendo, pero hoy nos han dejado". La nave de este negocio colinda por detrás con Plainsur, pero el incendio ya está controlado y no afecta al resto de empresas. Lo mismo ocurre en la nave de congelados que ocupa el espacio siguiente, de la que entran y salen camiones y carretillas.

La actividad ha vuelto también al mesón Koki, uno de los bares más populares de este polígono en el que tienen su sede casi 300 empresas. "Ayer fue un susto grande. Poco después del incendio nos desalojaron y tuvimos que dejar todo tal como lo teníamos. Había clientes que tuvieron que dejar la comida en la mesa. Afortunadamente no se cortó la luz y no hemos tenido que tirar nada. Ya hoy estamos funcionando con normalidad", dice la responsable del negocio.

En él desayunan numerosos trabajadores del polígono. Se ríen y bromean. "Antonio, me han dicho que ayer te vieron con un cigarro en la mano por la fábrica esa que ardió, justo a la misma hora", dice uno. Todo quedó en un susto, sólo hay dos personas con heridas leves, por lo que la actividad se retoma mejor con guasa. Los que se ríen se marchan rápido cuando los periodistas les proponen grabarle un pequeño testimonio. "Ojú, mejor que no", dicen, sonríen y se reincorporan a sus puestos.

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