Emiliano García Page, presidente de Castilla-La Mancha y líder del PSOE en su comunidad, no ha estado en Torremolinos en el XIV Congreso de los socialistas andaluces, pero sí ha enviado un saludo en vídeo que ha servido para reconocer algo que todos los presentes tienen claro. Para que al partido del puño y la rosa le vaya bien, la maquinaria debe funcionar bien en Andalucía. El PSOE andaluz es la federación más numerosa, con más de 45.000 militantes, pero ha vivido los últimos siete años en discordia con la dirección federal. El periodo coincide con el mandato de Pedro Sánchez al frente de la formación, obviando su interregno entre el traumático Comité Federal del 1 de octubre de 2016 y las primarias que el ahora presidente del Gobierno ganó en mayo de 2017. Enfrente estaba Susana Díaz, que promocionó a Sánchez en 2014 y al poco tiempo se convirtió en su principal oposición interna. Hoy la ex presidenta de la Junta ha estado en primera fila, testigo de la consolidación de Juan Espadas como jefe del PSOE andaluz después de que el alcalde de Sevilla, protegido por Ferraz, le venciese en otras primarias, las del pasado mes de junio, que han servido para que, siete años después, el PSOE andaluz vuelva a sintonizar con el PSOE federal. 

Por el camino, los socialistas andaluces se dejaron el Gobierno de la Junta, lo que ha provocado una catarsis que, en teoría, ha terminado este fin de semana. Es cierto que a Juan Espadas todavía le queda tarea para apaciguar el territorio -el reducido apoyo a la nueva ejecutiva da pistas al respecto-, pero el alcalde de Sevilla ha escenificado hoy esa entente entre San Vicente, sede de los socialistas andaluces, y Ferraz. El propio Pedro Sánchez, de forma deliberada o casual, ha utilizado una frase con reminiscencias de esas pugnas pasadas para ejemplificar justo lo contrario. "Lo vamos a hacer, él en San Telmo y yo en Madrid", ha dicho el presidente del Gobierno en una revisión de aquel "tú en San Telmo y yo en Moncloa" que le dedicó a Susana Díaz en un mitin de la campaña de las elecciones autonómicas de 2015. Antes, tanto Espadas como Sánchez agradecieron a Díaz su labor, provocando sendas ovaciones a la ex presidenta, que se puso en pie. A su llegada, mostró su disposición a colaborar para que el PSOE andaluz vuelva al poder. Mientras, el grupo de música que amenizó el cónclave comenzó a tocar La chica de ayer, de Nacha Pop.