Los andaluces dicen sí al agua regenerada pero con desconfianzas
Uno de cada diez andaluces argumenta el "factor asco" para limitar el nuevo recurso a usos indirectos
Romerías, corridas de toros y urbanizaciones de Andalucía deberán tener sus planes de seguridad
El agua es un bien limitado. Por esa razón es un bien muy altamente preciado en algunas zonas del planeta. Andalucía es una de ellas junto a otros territorios mediterráneos. La Unión Europea está promoviendo el empleo del agua ya usada, el agua regenerada, después de un adecuado tratamiento en las plantas estaciones depuradoras llamadas de tercer ciclo. La Junta de Andalucía, como el resto de administraciones europeas, está en ello. Los andaluces, sin embargo, conocedores de la urgencia de un bien de primera necesidad escaso, son favorables al uso del agua reutilizada aunque lo limitan a ciertos usos.
Junto a Cataluña, Andalucía es la región de España que se muestra más favorable al uso del agua regenerada. Siete de cada diez andaluces están dispuestos a utilizarla, señala un reciente informe elaborado por el Real Instituto Elcano, siempre y cuando se contemplen ciertas limitaciones. En España, las personas residentes en Andalucía muestran un "nivel elevado de desconfianza en la calidad", un 70% del total, y un mayor rechazo emocional ligado al "factor asco", uno de cada diez. Los reparos en zonas como Murcia y Valencia son más por aspectos higiénicos o por resultar demasiado cara.
La Junta de Andalucía ha previsto que un 6% del agua empleada en la región sea regenerada o reutilizada en 2027. Lo promueve la normativa europea y lo recomienda la escasez hídrica a la que tienden numerosos territorios del sur del continente. Distinto es que los ciudadanos consideren que sea la opción más recomendable. En general, el agua reutilizada se ve como un recurso idóneo para las cisternas del baño, para el riego de los parques y jardines, los usos industriales, la limpieza doméstica, el llenado de piscinas y para el riego agrícola. Los niveles de aceptación, señala el informe, bajan notablemente para la ducha o el baño, cepillarse los dientes, para cocinar o para beber. Para la cocina sólo lo ven aceptable cuatro de cada diez ciudadanos. Para quitar la sed, sólo uno de cada cuatro personas consultadas lo ven viable.
Otra alternativa para reducir el uso y abuso del agua de los acuíferos y superficiales está en el agua desalada. Además del sudeste andaluz, son Canarias y Murcia las zonas de España que destacan por su capacidad de producir agua desalada, cuyo principal destino es el abastecimiento urbano. Es dable reseñar la aplicación de este recurso tratado en sectores como el agrícola y el industrial. Andalucía es una de las regiones del país más proclives a su empleo, aunque acotado a ciertos usos. Nueve de cada diez andaluces están de acuerdo para el uso del recurso desalinizado en la agricultura agrícola aunque lo es menos para su utilización en la cocina, siendo los andaluces los segundos menos a favor después de los murcianos y los valencianos.
Esta menor disposición al agua desalada, señala el informe del Real Instituto Elcano, contrasta con el hecho de que esta región del sudeste del país concentre una gran parte de la infraestructura y de la demanda. Este patrón podría estar relacionado con una mayor experiencia directa con el recurso aunque no necesariamente se traduce en una mayor aceptación, posiblemente influida por factores como la desconfianza en la calidad, percepción de mal sabor, el precio o una preferencia creciente por el uso de agua embotellada.
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