Hacer prioritario lo colectivo

Cádiz mantiene desde hace años las mismas líneas de autobús con leves cambios El Partido Popular vuelve a proponer una antigua promesa: la línea circular La ciudad es la única capital andaluza que no tiene un bono mensual de transporte

José Antonio López

14 de mayo 2015 - 01:00

EL transporte colectivo es uno de los servicios públicos más demandado por los ciudadanos y a la vez de los más criticados. Los vecinos esperan siempre un transporte público de calidad: rápido, efectivo y económico; y cuando no lo encuentran, el coche privado gana terreno y se utiliza casi para ir a la esquina. Todos los gobernantes locales, y también los aspirantes a gobernantes, afirman que el transporte colectivo debe ser una prioridad. Así lo expresan de palabra, aunque a menudo los hechos frenan esa teoría divulgada con un aparente convencimiento.

En Cádiz, el transporte público es un área en el que el empeño por mejorar es más teórico que práctico. Las líneas de autobuses de la ciudad, por ejemplo, se mantienen casi inalterables desde hace años, con mínimos cambios. Incluso se han eliminado líneas que en algunos casos, como las antiguas 4 y 6, coincidían en su recorrido con otras que son las que se han mantenido. O como la efímera línea 8, que no dio ningún resultado y que fue sustituida por un cambio de recorrido en otra línea, la 5, obligada a hacer un escorzo automovilístico poco entendible.

De hecho, en esta última legislatura las novedades que ha registrado el autobús urbano de Cádiz no han tenido que ver con las rutas, pues ni siquiera se ha cumplido la promesa electoral de anteriores campañas, de nuevo repetida hace unos días, de crear una línea circular por el casco histórico. Al contrario, lo noticioso ha estado en la instalación de cámaras de grabación en el interior de los autobuses, en la colocación de pantallas tan polémicas como las LED de la ciudad, en la puesta en funcionamiento en algunas paradas de un mecanismo de información de la frecuencia de paso de los autobuses y en la implantación de un nuevo bonobús electrónico para sustituir a la antigua y acartonada tarjeta.

En los recorridos, la única mejora ha sido la de ampliar hasta los colegios de Cortadura el trayecto de la línea 1 en los horarios de entrada y salida de los alumnos. Pero nada más allá.

Una de las críticas más repetidas sobre el transporte público en Cádiz es que conecta la ciudad de manera longitudinal, pero que no lo hace de forma transversal. El equipo de gobierno popular conoce este desequilibrio porque que en más de una ocasión ha expresado su intención de crear líneas transversales, pero cuando la avenida de Huelva esté conectada con la plaza Asdrúbal.

Los largos recorridos de algunas líneas, con sus excesivas frecuencias de paso, protagonizan otras de las quejas ciudadanas en Cádiz, donde la espera en algunas paradas alcanza límites poco compatibles con la paciencia. Influye en ello la inexistencia de carriles bus. Se puede entender que no existan en la avenida principal, donde hubo un intento que acabó en fiasco en el año 2000, pero no se comprende en la avenida Juan Carlos I, una vía de nueva construcción en la que, por el contrario, se privilegió la construcción de estaciones que pudieron quedarse como subterráneas o los aparcamientos, que en alguna zonas de la avenida cuentan hasta con cuatro filas.

Y, cómo no, el bonobús y el precio del billete, Cádiz es prácticamente la única capital andaluza que no ofrece a los usuarios del autobús una tarjeta mensual de transporte, un título que ahora se promete para los más jóvenes pero que ni siquiera se ha planteado para el conjunto de la población. A Cádiz le bastaría con ver la política de precios de los títulos de transportes en Jerez, muy amplia, para reconocer que se puede afrontar el transporte colectivo como un verdadero servicio público, al menos en lo económico.

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