Javier Millán de Cózar: El hombre que sabía escuchar
Perfil
El alcaldable de Ciudadanos es un experto en resolución extrajudicial de conflictos Dicen de él que su mejor virtud es saber escuchar a todos.
JAVIER Millán tiene un gesto muy característico cuando alguien le habla. Cruza los brazos, estira la cabeza hacia atrás y abre mucho los ojos. Parece como si tuviera esa postura heredada del tiempo que se ha pasado escuchando a gente. Trabajar en la resolución extrajudicial de conflictos laborales es lo que tiene, que quien lo hace o aprende a escuchar o mejor que se dedique a otra cosa. Quienes le conocen dicen que saber escuchar es precisamente la mejor virtud del candidato de Ciudadanos a la Alcaldía de Sevilla. El gesto puede parecer algo rígido o incluso altivo, pero esa impresión desaparece enseguida cuando toma la palabra.
De él aseguran que escucha y recibe a todos, al militante cabreado por la forma en que se haseleccionado a los miembros de la lista de las elecciones municipales o al primero que pasa por la calle Muñoz Olivé y ve que hay una sede Ciudadanos allí y decide llamar a la puerta. Millán tiene una conversación agradable y domina bien los tiempos. Le pone pausa a la charla. Es un tipo tranquilo y no se pone nervioso. Claro que habrá que verlo en escenarios hostiles, pero de momento se maneja bien allá donde va. Controla la oratoria y, que se se sepa hasta hoy, no se ha descolocado con ninguna pregunta rara. Ni siquiera cuando el día en el que presentó los cinco primeros puestos de la lista de su partido a la Alcaldía le preguntaron por la prostitución, que daba la casualidad que Albert Rivera acababa de anunciar un plan para regularizar a las prostitutas.
Millán salió del apuro mejor que muchos políticos profesionales, dándole una larga cambiada al periodista y sin comprometerse lo más mínimo. No se cansa de repetir que en su partido no hay gente con pasado político, pero admite que la política le gusta mucho, aunque hasta ahora sólo haya sido un mero observador. Quizás por eso sus lecturas preferidas son las biografías de grandes líderes, sean del signo que sean. Entre las últimas que ha leído y que más le han gustado están las de Nelson Mandela y Bill Clinton, si bien admite que lee todo lo relacionado con Winston Churchill. Cita a Vargas Llosa como otro de sus referentes literarios y durante la campaña ha escogido el Drácula de Bram Stoker. Dice que para desconectar, pero con un libro así igual corre uno el riesgo de desconectarse de la campaña y de quedarse leyendo hasta bien entrada la madrugada.
No parece que sea el caso, aunque no lleve estaca ni bala de plata encima. Admite que le encanta la lectura pero que no es un lector compulsivo. Básicamente porque no tiene mucho tiempo libre, y el que tiene trata de dedicárselo a su familia. Está casado y tiene tres hijos. Su mujer es juez. Cuando se le pregunta por sus aficiones, dice que es un hombre muy familiar y que su principal afición es la familia. Puede sonar algo engolado, pero se aprecia en esa frase que la falta de tiempo para estar con su mujer y sus hijos le afecta mucho.
A diferencia de Zoido, el candidato de Ciudadanos sí tiene tiempo para ir a nadar. Le gusta hacer deporte porque le mantiene la mente limpia. Va al gimnasio un par de veces por semana y se relaja nadando. Aunque dice que lo más que le relaja de verdad es pasear por la playa. Cuando lleva un tiempo sin hacerlo le falta algo, así que reúne a la familia y se va a Cádiz. Conil, Zahara, cualquier playa de Chiclana a Tarifa le vale. Cuando pasen las elecciones, sea cual sea el resultado, irá a Roma, su asignatura pendiente, la ciudad eterna, a la que cada vez que ha intentado ir se ha terminado suspendiendo el viaje por una u otra razón. Le debe el viaje a la familia, dice. El resto de Europa lo conoce casi entero. Si tiene que escoger una ciudad, se queda con Praga. Igual cuando conozca Roma la cosa cambia.
Le gusta el fútbol y cae en otra frase de político profesional cuando se le pregunta por quién tuerce: "Quiero lo mejor para los dos equipos de Sevilla". Quizás se da cuenta rápido de que esto no sirve más que para quedar mal con las dos aficiones y reconoce que en su casa hay más simpatía por el Sevilla que por el Betis, pero desea que este último ascienda a Primera cuanto antes porque es muy importante para la ciudad tener dos equipos punteros.
Javier Millán de Cózar, pariente lejano del malogrado escritor Rafael de Cózar, nació en Ceuta el 27 de julio de 1969. Su infancia transcurrió en el campo de Gibraltar y ha vivido en Córdoba y Cádiz. En Sevilla lleva casi veinte años. Es licenciado en Derecho, especializado en las relaciones laborales, y abogado colegiado. Es funcionario por oposición del cuerpo superior de administradores generales de la Junta de Andalucía, y experto en la resolución extrajudicial de conflictos laborales y negociación colectiva. Es profesor en el Instituto Andaluz de Administración Pública y en el Máster de Mediación de la Universidad de Sevilla. Habla francés e inglés y es miembro de la asociación Autismo Sevilla, entidad de la que asegura que hace una labor encomiable. Vive en el Porvenir y quizás por eso en su casa sean muy de La Paz.
Millán se afilió a Ciudadanos en noviembre de 2013, cuando el partido apenas era un embrión en Sevilla. Fue elegido vocal de la junta directiva de la agrupación de Sevilla por la asamblea de afiliados, siendo entonces el más votado de los siete electos. Cuentan que no mostraba demasiado interés por ser el candidato a la Alcaldía en un principio, pero que sus compañeros se dieron cuenta pronto de que valía y lo fueron convenciendo. Dicen que era el más preparado, el que nunca se ponía nervioso y el que mejor se expresaba en público. Algo que lo que no muchos pueden presumir.
El partido que representa tenía unos 50 afiliados en Sevilla en octubre de 2014. Ahora son ya más de 600 y el número sigue creciendo. A Ciudadanos se le considera la llave del gobierno local y las encuestas le dan una entrada en el Ayuntamiento con al menos cuatro concejales. Millán ha aprovechado el tirón de las elecciones andaluzas para darse a conocer. En la Feria, por ejemplo, se ha paseado de caseta en caseta y se ha ido ganando su sitio en las fotos. Algunas imágenes saludando a otros candidatos de los partidos tradicionales han desatado todo tipo de opiniones acerca de posibles pactos. Aquí también se ha comportado como un político profesional, sin dar una respuesta concreta y sin querer comprometerse para el futuro.
Sus compañeros de partido lo definen como un líder. Un líder soso, todo sea dicho, que ninguno de ellos ha visto a Millán contando chistes en sus discursos. Ni tiene gracia ni lo pretende, que no hay nada peor que un tipo que no es gracioso y pretenda hacérselo. Ni tampoco es tan guapo ni tan joven como Albert Rivera. Pero tampoco lo era Juan Marín y sacó nueve diputados en las elecciones andaluzas. A Millán es a quien llaman cuando hay un problema interno, que en Ciudadanos Sevilla, como en todos los partidos políticos, también los ha habido. Millán va, escucha a uno y a otro y termina poniendo orden. Es el único del que nadie duda. Ha habido bastantes críticas internas por el sistema de elección de los candidatos, pero todas ellas cuestionaban la lista a partir del puesto número 2. Nunca se debatió quién era el 1.
No es de mucho prometer, al menos en esta fase. Si se contagia de sus rivales en el caso de que obtenga un acta de concejal ya se verá. Pero de momento cree que ha de prometer sólo lo que pueda cumplir en el caso de tener alguna responsabilidad de gobierno. No hace mucho visitó el Polígono Sur, donde se pasó una mañana empapándose de la realidad del barrio más degradado de Sevilla. Ni una propuesta hizo aquel día. Se le vio entonces algo verde ante los medios, casi temeroso, pidiendo a la prensa que no hiciera de su visita un espectáculo y que tuviera mucha cautela a la hora de informar de ella.
Para prometer algo tiene que llevar un plan muy meticuloso, nada hecho a la ligera. Dicen que a uno de sus colaboradores, policía de profesión, le pidió que hiciera un programa para la Policía Local de Sevilla. Éste le habló de la idea de recuperar la Policía de barrio y él dijo que sí, que eso sonaba muy bonito, pero que le explicara bien qué funciones iba a tener. Debió hacerlo, porque el policía de barrio figura en el programa de Ciudadanos.
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