Una guantá, un juego; un pisotón, un caramelo

Canal Sur difundió ayer el testimonio de otro de los padres que ha presentado denuncia contra el director del centro. En él, el padre explica la declaración de su hijo ante los psicólogos de la Policía, que le tenían identificado como el más pequeño de los 44 niños que acudían asiduamente al despacho del director.

Según este testimonio, el niño, tras negar en un principio que sucediera nada en el despacho del director, contó cómo él era uno de los que más golpes recibía: "Una guantá, un juego; un pisotón, un caramelo". En comisaría el padre escuchó a su hijo confesarle a él y a la Policía que aquel día que llegó a casa sangrándole el oído no fue por un balonazo, como contó, sino que había tenido una sesión de palizas, como llamaban al juego, en el despacho de Don Javier.

También narró el día en que sufrió un golpe en el patio y el propio Don Javier se encargó de aplicarle una crema. Según el niño, el director estuvo mucho tiempo acariciándole la pierna, algo de lo que él no se percató, o no se lo pareció, hasta que se lo dijeron sus compañeros.

El padre afirma no entender que los tutores permitieran, sin pronunciar ninguna queja, que el director sacara a los niños de clases, como había sucedido con su hijo, incluso durante la celebración de un examen.

La situación académica de su hijo durante el último curso había empeorado notablemente y también habían notado un cambio de comportamiento. Se mostraron especialmente preocupados por el enganche que tenía a la blockberry e incluso tuvieron que retirarle el ordenador, donde pasaba largas horas chateando. También, su comportamiento se había vuelto más irascible. "Empezó a tener problemas de agresividad", terminaba el padre.