El vicario de San Isidoro recibió cuatro puñaladas "muy violentas"

La autopsia desvela que la primera de ellas, en el corazón, fue mortal. Las siguientes le penetraron hasta el hígado, el colon y la musculatura abdominal.

Europa Press

Sevilla, 08 de septiembre 2015 - 17:10

La autopsia practicada al cadáver del vicario parroquial de San Isidoro, Carlos Martínez Pérez, que perdió la vida a manos de José Eugenio A.F. el pasado día 16 de julio cuando se encontraba en el portal de su vivienda en la capital hispalense, concluye que la víctima recibió cuatro puñaladas "muy profundas y muy violentas", siendo "mortal" la primera de ellas, que recibió directamente en el corazón.

Fuentes del caso han informado de que, en el informe elevado al Juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla, que investiga el caso, los médicos forenses concluyen que el vicario de San Isidoro falleció como consecuencia de un shock hipovolémico "con destrucción de centros vitales". En su informe, los médicos forenses relatan que el finado recibió cuatro puñaladas "muy profundas y muy violentas", todas ellas en el tórax, así como dos cortes de gravedad en el antebrazo y los dedos de la mano izquierda.

En este sentido, precisan que la primera puñalada "le penetró hasta el corazón" y resultó ser "mortal", mientras que el resto de puñaladas son posteriores. Así, la segunda puñalada "le penetró hasta el hígado" y la tercera "hasta el hígado y el colon", mientras que la cuarta puñalada le llegó "hasta la musculatura abdominal". No obstante, los forenses remarcan que la primera lesión "es la mortal" y las demás son ya posteriores.

Confesión por SMS

El pasado 3 de septiembre, la mujer del presunto autor del crimen, José Eugenio A.F., declaró ante la juez que el imputado le confesó el crimen mediante un mensaje telefónico. La mujer del detenido, sobrina del vicario, relató que, tras ocurrir el crimen y pasadas las 20:00, el imputado le mandó un SMS: "Tu tío se está desangrando en el portal, lo he matado". Esta mujer, que tramitaba su divorcio del imputado, también señaló en su declaración judicial de manera "tajante" que "en ningún momento recibió amenazas ni malos tratos físicos" por parte del detenido.

La juez también tomó declaración al hombre que presenció los hechos y alertó a la Policía. El testigo indicó que, cuando se encontraba trabajando en un taller ubicado frente al portal del vicario, en la calle Francisco Carrión Mejías, vio cómo una persona le agredía y, a continuación, escuchó los gritos de la víctima. Este testigo, que no escuchó insultos ni discusión previa al crimen, señaló que, tras la agresión, pudo ver cómo la víctima caía al suelo y el detenido huía del lugar en un turismo. Tras ello, se dirigió hasta el portal y encontró al vicario en el suelo, por lo que llamó a la Policía y les proporcionó algunos números y letras de la matrícula del coche referido, lo que posibilitó su rápida detención. La juez que investiga lo ocurrido está ahora pendiente de recibir un informe de la Policía Científica sobre el análisis de los restos de sangre aparecidos en la camisa del detenido y en el arma encontrada, así como los resultados del informe forense psiquiátrico practicado al imputado.

Durante su declaración ante la Policía, el detenido confesó el crimen y relató que cogió el cuchillo y fue a la calle Francisco Carrión Mejías, donde vivía el sacerdote, para asestarle varias puñaladas, añadiendo que el motivo que le llevó a tomar esta decisión fue que culpaba a la víctima "de los males de su matrimonio, debido a la influencia que ejercía sobre su mujer".

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