La Estrella pudo con todos los porcentajes

Domingo de Ramos

Desafió a la lluvia y fue la única que completó la estación de penitencia. Salieron seis de las nueve cofradías, tres se volvieron y otras dos tuvieron que refugiarse.

La Estrella pudo con todos los porcentajes
La Estrella pudo con todos los porcentajes
Texto: Juan Parejo / Vídeos: Ainhoa Ulla

24 de marzo 2013 - 14:35

El año pasado se hablaba en estas mismas páginas de la resignación. Esa vieja conocida de las cofradías que acude, más de la cuenta en los últimos años, para aguar la fiesta. La resignación se tornó este domingo en rabia, con un punto de cabreo, y hasta de incredulidad, cuando, sobre las cinco menos cuarto de la tarde, un aguacero no anunciado sorprendió a la hermandades que se dirigían hacia la carrera oficial rompiendo el día con la mayor crueldad imaginable. Nadie se lo podía imaginar por la mañana, ni siquiera a eso de la una de la tarde cuando salía la Paz desde la parroquia del Porvenir. Lo advertía su hermano mayor, Santiago Arenado, antes de ponerse en la calle: "Hay un riesgo débil sobre las tres o tres y media. Lo asumimos, pero no tiene nada que ver con lo del año pasado".

El Domingo de Ramos tuvo tres actos. En sus primeras horas pudimos disfrutar de su nacimiento en el barrio del Porvenir. Y de su crecimiento en el Salvador, San Julián, Molviedro y los Terceros. El riesgo existía. Estaba ahí. Era de un 60% hasta las seis de la tarde, pero las noticias que recibían las hermandades era que si llegaba a precipitar, sería una lluvia muy débil que no debería afectar para nada el normal discurrir de las cofradías. Se sabía y así se asumió. Durante la salida de la Paz incluso cayeron algunas gotas. No pasaba nada. Estaba en el guión previsto. El sol y las nubes se turnaban en el cielo, aunque no parecía que las segundas pudieran hacer el daño que finalmente hicieron. Se rompieron todos los pronósticos. Hasta aquí la presentación.

La Estrella por la plaza del Triunfo

Sobre las 16:40, empezó a llover. Segundo acto. En la presidencia del misterio de la Cena -que embocaba el final de Doña María Coronel- hablaban los nazarenos. "No pasa nada. Esto es lo que estaba previsto. Seguimos adelante". El Señor de la Humildad y Paciencia bajaba por Gerona. La Virgen del Subterráneo acababa de salir a la calle Sol. En San Julián, pocos minutos antes había hecho lo propio el Cristo de la Buena Muerte. Los nazarenos de la Borriquita ya avanzaban por la carrera oficial y el paso de la Sagrada Entrada estaba a punto de entrar en Campana. Jesús Despojado bajaba por Velázquez y Rioja. La Paz se encontraba entre Tetuán y el Postigo. Esas gotas previstas que asumieron las hermandades cuando decidieron salir se tornaron en un buen chaparrón que lo desbarató todo. El nudo estaba dispuesto. La Borriquita regresó apresuradamente por Sierpes y Sagasta al Salvador.

El Señor de la Victoria del Ayuntamiento a la Catedral

En la Hiniesta, parecía que se repetía el triste final del año pasado, aunque esta vez el Crucificado sí salió. La Cena deshacía lo andado. El palio, que estaba en la puerta, volvió al interior de los Terceros. El Señor de la Humildad y Paciencia, cubierto con un plástico, se dio la vuelta. Y el misterio, que estaba en San Pedro, giró sobre sus pasos y bajo una manta de agua hizo lo propio. Hay que destacar la compostura de todos los cuerpos de nazarenos bajo la lluvia. Son ellos los que más sufren, sin duda. Jesús Despojado se fue hacia la Anunciación. La Virgen de la Paz se refugió primero en el Arco del Postigo, y luego en la Catedral; y el Señor de la Victoria, en el Arquillo del Ayuntamiento y posteriormente se unió a la Virgen en el Templo Metropolitano. Las noticias se iban sucediendo con celeridad.

Tercer acto: el desenlace. Llegaron malas noticias de San Roque: no saldrían. Y buenas desde Triana: la Estrella, tras pedir dos prórrogas -la primera de una hora y la segunda de media- ponía su cruz de guía en la calle. Jesús Despojado aprovechó el claro para regresar a su capilla. El Consejo de Cofradías, como marcan las normas que dicta la institución junto al Arzobispado, recordó que una vez que la cofradía se refugia queda suspendida la estación de penitencia y, por tanto, no cabe opción de ir a la Catedral, como pidieron en un primer momento. Aunque la misma normativa indica que el regreso debe ser a modo de traslado y sin música, sí se permitió a la corporación llevar acompañamiento musical y bien que hicieron uso de él. La Paz también regresó con música al Porvenir.

Mientras la Estrella tomaba valiente las calles del centro, llegaba otra triste noticia: la Amargura suspendía la estación de penitencia. Una gran parte del Domingo de Ramos acababa de morir. La Hermandad de la Paz decidió salir a las 20:30 desde la Catedral para volver a su barrio por un recorrido más corto. A esa hora la lluvia era un triste recuerdo y había dejado paso al frío y la humedad. Las muchas personas que horas antes buscaban refugio y deambulaban sin saber muy bien donde ir comenzaban a abarrotar las calles por las que pasaba la Estrella, camino de la Catedral; y Jesús Despojado y la Paz, de vuelta a sus templos. Los chinos ya habían vendido todos los paraguas y los bares del centro se habían hartado de despachar copas largas.

Faltaba el Amor. Tras reunirse la junta de gobierno, a las 21:00 decidieron no salir. No pudo repetirse la estampa del año pasado en la que las cuatro últimas cofradías del día arreglaron la jornada. Pesó mucho, sin duda, la mojada caída a la primera parte de la cofradía, pese a que los partes daban cierta mejoría a partir de esa hora. Pero cualquiera se fiaba a esas alturas de los partes.

La Amargura tampoco salió

Epílogo. Empezó mal la Semana Santa. Pudimos disfrutar del Señor de la Victoria caminando por la calle Río de la Plata abriéndose paso entre árboles de flores malvas. Del delicioso cortejo de la Borriquita -más de mil niños llevaba- y de la estampa clásica del misterio de la Sagrada Entrada bajando por rampa que es la vida misma. Intuimos la elegancia de la Virgen del Subterráneo. Y por supuesto de la Estrella con el palio de Ojeda, como más nos gusta. También quedaron varias cuestiones en el aire. ¿Qué pasó con el radar de Meteorología? ¿Y con las redes telefónicas que fallaron durante todo el día? ¿Quién autoriza que se toquen estas marchas tras los pasos?

Salida de Jesús Despojado.

Jesús Despojado se moja por la calle Rioja poco después de su salida.

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