La cofradía que sale de una calle blindada

Los Panaderos

Un férreo dispositivo de seguridad permite a los Panaderos salir de su capilla

El palio de la Virgen de Regla sale de su capilla de la calle Orfila.
El palio de la Virgen de Regla sale de su capilla de la calle Orfila.
Fernando Pérez Ávila

01 de abril 2010 - 01:00

Para ver cofradías en primera fila y que el público se abra paso sólo hace falta una cosa: vestirse de costalero. Hagan la prueba. Cojan un costal bajo el brazo, pónganse una camisa vieja, unos pantalones negros y unas zapatillas de esparto y pidan paso que van tarde. Sólo así podrán entrar en la calle Orfila antes de la salida de los Panaderos.

Porque en la puerta de la capilla de San Andrés hay gente sentada en su sillita plegable desde las cuatro y media de la tarde, cuando pasó la Sed. Orfila es el Miércoles Santo la carrera oficial gratuita para los más pacientes. La Sed, San Bernardo, el Cristo de Burgos, los Panaderos, el Buen Fin y la Lanzada. Todo eso de un tirón se ve uno si se va pronto, planta su sillita en el escaso medio metro de acera que hay frente a la capilla de San Andrés y se dedica sólo a dejar pasar el tiempo. Y si alguien luego quiere pasar sólo hay que decirle, con muy malos modos, que no sabe desde qué hora lleva uno allí.

Por eso desde hace unos años la Policía organiza el paso de las hermandades por la calle Orfila como si fuera casi una visita del Rey a Sevilla. Si uno quiere pasar tiene que atravesar tres controles de la Policía Nacional en menos de 20 metros. Y si consigue llegar hasta la puerta sólo ha podido ser de dos formas: vestido de costalero o sacando la acreditación para periodistas del Cecop cada dos minutos.

Cuando sale el misterio del Prendimiento se explica todo. "Es que el paso no cabe, es que se choca con la pared de enfrente", dice un hermano que quita como puede a la gente de delante del paso. Como siempre, el misterio gira, esta vez después de haberle pegado un buen golpe a la puerta de la capilla con el costero derecho. "Como está mandao", bromea un costalero, que se besa y abraza con todos los que salen del paso una vez que éste avanza hacia la plaza de San Andrés.

Mientras, en el interior de la capilla el palio de la Virgen de Regla se mueve extrañamente de forma lateral. "Son las ruedas", explica un hermano, "que se utilizan para colocar al paso frente a la salida". Eso que se ahorran los costaleros.

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