Cuando la formación importa

Los cirineos de la crisis

La corporación universitaria desarrolla este curso un programa de ayudas a jóvenes con limitaciones económicas para que puedan iniciar sus estudios o acaben la carrera.

Cuando la formación importa
Cuando la formación importa
Diego J. Geniz

04 de marzo 2013 - 05:03

LOS estragos de la crisis ponen en riesgo la formación de los jóvenes. La carestía por la que atraviesan muchas familias ha obligado a hacer malabares en la economía doméstica para que los universitarios puedan continuar sus estudios o, al menos, los comiencen. Es otra consecuencia de la actual coyuntura que no pasa indiferente para la hermandad relacionada con la institución académica.

El diputado de acción social de los Estudiantes, Antonio Cañas, lo tuvo claro desde el primer momento que accedió a su cargo, hace ahora menos de un año. "Debíamos hacer un proyecto relacionado con el carácter de la corporación". Con tal fin se retomó una idea que en su día se planteó pero que nunca se llevó a cabo: ayudar a los jóvenes que no tenían recursos suficientes para ir a la Universidad. "Soy de la opinión de que cada hermandad debe desarrollar un proyecto personalizado, propio, que le haga involucrarse más que si se tratara de una asistencia social al uso", opina Cañas, quien planteó la propuesta mencionada tras comprobar las dificultades de muchas familias para que sus hijos cursaran los estudios universitarios.

El programa, presentado el otoño pasado y que contó con la colaboración de Cáritas Universitaria, establece tres tipos de ayuda en función del solicitante: una primera para los estudiantes que comienzan la carrera y que hayan sido becados por el Gobierno, a los que se les presta dinero para que puedan pagar parte de la residencia y la manutención mientras llega la subvención estatal. El segundo grupo lo conforman los universitarios que se encuentran en el último curso de su titulación y están faltos de recursos económicos para sufragar los créditos de las asignaturas. La tercera ayuda es para estudiantes que proceden del extranjero y para las que se estableció esta financiación después de que el Gobierno anunciara que suspendía el convenio de colaboración con dicho colectivo.

Cuando se presentó el programa se estableció que las ayudas individuales eran de 500 euros por curso y el número de beneficiados no superaría los 26, al ser el primer año que se ponía en marcha y por las limitaciones presupuestarias de la iniciativa, que cuenta con fondos aportados por la propia Hermandad de los Estudiantes y Cáritas Universitaria. Finalmente, las personas que reciben dicha ayuda se han ampliado a 34, debido a la gran cantidad de peticionarios que se registraron durante el plazo de solicitud, por lo que el desembolso en esta labor se eleva a 18.000 euros.

El responsable de acción social de esta corporación del Martes Santo explica que se recibieron más de 60 peticiones, algunas de la cuales se descartaron por no cumplir los requisitos. El procedimiento que se lleva a cabo para admitir una solicitud comienza con la constatación de una serie de datos que verifiquen la situación por la que atraviesa el estudiante. A partir de ahí, se mantiene una entrevista con el peticionario en la que expone las dificultades y se detalla a qué iría dirigida la ayuda que se le entrega. El propio Antonio Cañas es el que conversa con los jóvenes, que en un buen número de casos llegan acompañados por familiares.

"No se trata de una beca. Consiste en una aportación económica que la mayoría de las veces sirve bien para contribuir en el alquiler, para la comida o para acabar los estudios. Por este motivo queremos conocer bien la realidad del beneficiado, que se sienta respaldado por nosotros y que vea que su situación no es única, sino que la padecen, por desgracia, muchas familias en estos tiempos", añade el diputado de acción social.

En la convocatoria para este curso, al primer tipo de ayuda (A) se han acogido 12 alumnos que se incorporaban por primera vez al sistema educativo, 21 lo han hecho para las de tipo B con la intención de pagar la matrícula del último curso y sólo una persona se ha beneficiado de la aportación para extranjeros. Este programa podrá beneficiar a más jóvenes el próximo curso, cuando vuelva a activarse, ya que los 12 estudiantes que han recibido 500 euros cada uno por la ayuda A tendrán que devolverla en junio, puesto que se trata de un préstamo mientras que reciben la beca estatatal, que suele tardar en ingresarse hasta mediados de curso. La devolución de estos 6.000 euros permitirá ampliar el presupuesto de la iniciativa y asistir a un mayor número de estudiantes.

Esta ampliación es de gran importancia debido a los problemas que el propio Cañas ha constatado durante las entrevistas. "Las nuevas generaciones sufren limitaciones que parecían olvidados: padres parados, familias que se mantienen con la ayuda de 400 euros... Nuestra recomendación siempre es la misma: que nunca abandonen los estudios porque la formación es fundamental. Ahora más que nunca".

stats