Cofradias

La lluvia afectó a la mitad de las cofradías

  • Se completa un trienio negro, aunque la Semana Santa no ha sido tan mala como las de 2011 y 2012.

2013 cierra un trienio negro para las cofradías. Aunque sin ser tan nefasto como 2011 y 2012, la mitad de las hermandades que hacen estación de penitencia a la Catedral se vieron afectadas, de una manera u otra por la lluvia: 30 de las 60, contando la última estación en suspenderse el Domingo de Resurección.

Sólo ha habido tres jornadas completas y sin sobresaltos: Lunes Santo, Jueves Santo y Sábado Santo. Se confirman como días nefastos el Martes Santo y el Viernes Santo. Ayer algún hermano mayor bromeaba con la idea de organizar un Martes Santo Magno con la Carretería y el Cachorro. Tres años llevan ya estas hermandades sin poder salir por la lluvia.

Un total de 21 cofradías se quedaron sin poner siquiera la cruz de guía en la calle: San Roque, la Amargura y el Amor, el Domingo de Ramos; el Cerro, los Javieres, San Esteban, los Estudiantes, San Benito, la Candelaria, la Bofetá y Santa Cruz, el Martes Santo; la Sed, San Bernardo y el Buen Fin, el Miércoles Santo; y la Carretería, la Soledad de San Buenaventura, el Cachorro, la O, San Isidoro, Montserrat y la Mortaja, el Viernes Santo.

Otras ocho se vieron sorprendidas por la lluvia en plena procesión. El Domingo de Ramos se mojaron la Borriquita, Jesús Despojado, la Paz, la Cena y la Hiniesta. Jesús Despojado y la Paz se refugiaron en la Anunciación y la Catedral antes de regresar a sus templos. El Miércoles Santo una leve lluvia propició que los Panaderos, cuando se disponía a entrar en la carrera oficial, suspendiera la procesión para regresar a su templo. En la Madrugada todas las cofradías se mojaron en mayor o menor medida. La que menos, el Silencio. Las que más, las de capa, que tuvieron que refugiarse. Curiosamente las otras dos de negro, el Gran Poder y el Calvario, continuaron su recorrido a sus templos sin descomponerse en ningún momento.

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