Del Bosque encara sus 90 minutos más importantes como seleccionador

Grupo H · España

El partido del viernes es el más determinante de los dos años que el técnico lleva al frente de España.

Del Bosque encara sus 90 minutos más importantes como seleccionador
Del Bosque encara sus 90 minutos más importantes como seleccionador
Alberto Bravo (Dpa), Potchefstroom (Sudáfrica)

23 de junio 2010 - 16:05

No será un partido más para Vicente del Bosque. Acostumbrado a vivir mil batallas, ahora el técnico se sitúa ante sus 90 minutos más importantes desde que es seleccionador, una previa que está viviendo con toda la seriedad que exige la empresa.

A sus 59 años, Del Bosque pasó por todo excepto por la posibilidad de avanzar o quedar eliminado en un Mundial. El viernes ante Chile es la fecha clave, el momento más importante en los dos años que lleva al frente del combinado. En juego, el pase a octavos de final de Sudáfrica 2010.

No es una cita más. Antes del Mundial, Del Bosque comentó en una entrevista que una de las grandes diferencias entre ser entrenador de un club y ser seleccionador es el "grado de responsabilidad" que tiene el cargo que ahora ocupa.

Y, efectivamente, su rostro acusa ahora esa responsabilidad. Si habitualmente aparece relajado incluso ante las cuestiones más espinosas, en estos momentos no puede disimular la tensión que soporta.

Como técnico lo ganó todo con el Real Madrid, incluyendo dos Ligas españolas, dos Ligas de Campeones y una Copa Intercontinental. Pero durante su carrera nunca se vio en una situación como la de ahora, con la necesidad de ganar para no quedar fuera de un Mundial.

A pesar de ganar el lunes por 2-0 a Honduras, el seleccionador apareció sombrío en la sala de prensa, donde afirmó que no le había gustado su equipo.

Al día siguiente lo ratificó: "No debemos conformarnos y mirar al pasado. El éxito es muy pasajero. Les digo a los jugadores que hay que aprovechar estos años. Vivir de las rentas no dura nada. Todo es tan efímero que deben preocuparse de mirar adelante", declaró.

Es como si Del Bosque hubiera apreciado en sus jugadores síntomas de conformismo, como si estuvieran próximos a morir de éxito tras el título de la Eurocopa de 2008.

Ya lo avisó Del Bosque antes de empezar el Mundial: "A todo el mundo le parece que esto va a ser un paseo y eso es una irrealidad. No se corresponde con lo que es un Mundial. Despreciar a los rivales es lo peor que un deportista puede hacer. Nosotros tenemos que ser respetuosos con todos. Desde el inicio hasta el final".

Hasta ahora la vida de Del Bosque como seleccionador español fue muy plácida. Llegó al cargo con consenso generalizado y con un equipo exitoso, sin presiones y sin el trauma de perdedor propio de la roja. Y cumplió una espectacular fase de clasificación para el Mundial tras ganar todos los partidos.

Si acaso, Del Bosque tuvo que escuchar algún reproche cuando España terminó tercera en la Copa de Confederaciones. Aunque la hinchada española nunca concedió especial importancia a ese torneo.

Pero esta semana, tras perder con Suiza, Del Bosque tuvo que escuchar críticas: que si cambió el estilo de juego, que si el equipo se parte en el centro del campo, que si los centrocampistas no se incorporan al remate... Lo que suele suceder cuando no se está a la altura de lo esperado, una exigencia mayor para la actual campeona de Europa.

"Todo el mundo tiene derecho a opinar, pero nosotros no podemos entrar a tener dudas ni discutir lo que se dice. Tenemos claro lo que tenemos que hacer y confiamos en nuestras posibilidades", afirmó este miércoles el centrocampista Andrés Iniesta.

Del Bosque afronta ahora su última etapa como entrenador y ante Chile vivirá uno de los mayores desafíos de su carrera. Si España cae, la prensa hará la famosa pregunta: "¿Piensa dimitir?"

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