Buen domingo a pesar del VAR

Desde mi córner

El Sevilla consiguió un triunfo de oro y el Betis alcanzó un empate que bien pudo ser victoria

RESULTÓ buena la jornada para el fútbol según Sevilla. Balance positivo el de una jornada, ya la vigesimoquinta, que ya deja poco margen para el error. Treintainueve puntos están en el aire y eso da pie a pensar que se está a tiempo de conseguir los objetivos, pero no se fíen, que uno mira la tabla y ve cómo está de apelmazado todo, mayormente en lo que concierne a la zona de los sufrimientos con cada ojo mirando hacia una parte.

El testarazo de Lamela fue el asidero para que el Sevilla saliese del pozo, pero son tantos los asomados a su brocal que el futuro inmediato pide no distraerse en ningún momento. Lo positivo de todo esto es que el equipo es mejor que todos los de ese compartimento para dejar claro, además, que está vivo. Desórdenes tácticos aparte, la sensación de unión y de que mantiene todas sus constantes vitales es lo que da pie al optimismo, conque pongámonos en lo mejor.

Y no más celebrarse en Nervión la victoria sobre el Almería como si se hubiese logrado La Séptima, el Betis visitaba el redil de un enemigo directo. Lo hacía con empaque y beneficiándose de un grosero error de Pepe Reina a través de un buen primer tiempo. Luego cambiaron las tornas, estaba Paul en vez de Guido, el Villarreal se adueñó de la pelota y se apoyó en el VAR para empatar un partido clave en la lucha por el codiciado lugar al sol del Viejo Continente.

No hay más remedio que redundar en el papel del videoarbitraje y llegar a la conclusión de que podría estar mucho mejor utilizado. Todos los días hay que reprocharle algo al artilugio, ya que su rigurosidad colisiona con la mano del hombre. Las líneas trazada en el gol de Yeremi Pino que significó el empate no pudieron estar más trapaceramente trazadas. Y es ahí, en el fuera de juego, donde no puede tergiversar el VAR, pero es que cuando el hombre mete la manita...

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