Galones para Tomas (79-82)

Bilbao básket - cajasol · la crónica

Un triple de Satoransky sobre la bocina da el triunfo al Cajasol en un partido con altibajos en el que, como siempre, luchó hasta el final.

Foto: ACB Photo
Foto: ACB Photo
Pablo Salvago

08 de marzo 2014 - 22:37

"La canasta en Bilbao de la temporada pasada ha sido de las mejores de mi carrera, pero no fue ganadora". Así hablaba hace unos días Satoransky recordando su penetración (dos más uno) ante el Bilbao de la campaña pasada, cuando el Cajasol llegó a Miribilla como colista. Pues ya tiene el checo otra acción para enmarcar, en el mismo escenario, contra el mismo rival y, además, ganadora. Un triple con 79-79 reservado para jugadores de raza, con galones. Los que se ha ganado en sus cinco años en el club, trabajando como el que más, porque el base nunca está conforme. Con empate en el marcador, Satoransky agarró la bola tras el saque de fondo, subió la pelota, se clavó en la línea de 6,75 metros y clavó un triple que hizo explotar el banquillo cajista. Un premio para un ganador que sabe que lleva unos partidos sin ser el referente que debe y que no se esconde nunca.

Otra cosa es cómo se llegó a ese 79-79 cuando el Cajasol comenzó arrasando en los primeros minutos con un Bamforth en estado de gracia. Hasta 11 puntos tuvo de ventaja el cuadro de Aíto García Reneses (9-20), con el escolta estadounidense anotando 11 de los 13 primeros puntos de los visitantes. Pero ahí se quedó. Se perdió, se escondió o desapareció. Lo de casi siempre. Sin embargo, el tiro exterior funcionaba (6/10 en el primer cuarto) y los visitantes acabaran el parcial dominando (23-30).

Pero tanto acierto desde el perímetro es un arma de doble filo, porque es imposible mantenerlo. Después, cuando fallas, no tienes soluciones en ataque y eso lo que le pasó al Cajasol, que con un 10-2 (33-32) liderado por Bertans y Kavaliauskas, vio cómo el Bilbao no sólo tomaba la delantera, sino que abría brecha ampliando el parcial a un 22-4 (45-34) con Gabriel tomando el relevo en la pintura del pívot lituano. Se encendían las alarmas y los colegiados, poco permisivos, no permitían a los cajistas defender con agresividad.

El juego interior vizcaíno se estaba comiendo al hispalense, con Balvin más preocupado de no hacer la cuarta personal antes del descanso y Hernangómez incapaz ante la mayor envergadura y experiencia de sus rivales. Justo antes del descanso, Franch, casi escribiendo el prólogo de lo que sería el final del choque, metió un triple sobre la bocina que dejaba la renta vasca en sólo ocho puntos (47-39). Un alivio tras un pésimo cuarto en el que nada funcionó en el Cajasol: ni los triples (1/6), ni el juego interior (que sólo sumó dos puntos de Porzingis), ni la defensa.

El técnico local, Rafa Pueyo, tiró de Roger Grimau para paliar la baja del lesionado Raúl López en la dirección, ya que darle toda la responsabilidad al joven Alberto Díaz era un marrón que no tocaba. El veterano jugador es de los que no falla. Lleva 15 años penetrando con la cabeza agachada y todavía los jóvenes cajistas no saben cómo pararlo. Aíto lo intentó con Franch y Satorasnky, pero nada. Con el catalán asistiendo y Gabriel bailando a Balvin, el Bilbao intentó romper el choque ante un rival que ni defendía, ni corría. Sólo se movía a impulsos. Como los de Radicevic, que dio buenos minutos en ataque ofreciendo algo distinto: dinamismo y descaro para penetrar. Así sacó cuatro tiros libres en un momento, algo que ninguno más que Landry (en el segundo cuarto) había sido capaz.

Con 70-57 arrancaron los últimos 10 minutos y con un triple de Sastre que ponía a los sevillanos a 10 puntos. Apareció por fin el capitán, inédito en anotación (y participación) hasta entonces. Una antideportiva a Markota permitió al croata sumar un punto desde la personal, y ahí se estancó el Bilbao. En los 71. El Cajasol, con otro triple de Sastre, comenzó a creer en sus opciones mientras los vascos se iban haciendo presa del miedo y empezaron a encadenar fallo tras fallo. Aíto apostó por la pareja interior Landry-Porzingis y funcionó. El letón redondeó un 1-15 de parcial para devolver la delantera al Cajasol (71-72), y comenzó a jugarse en Miribilla una ruleta rusa. Landry disparó con un triple que hizo saltar el marcapasos de algún cajista (76-77) y Grimau replicó. Los nervios jugaban también y Landry y Bamforth fallaron dos tiros libres cada uno. Ver para creer. El miedo (o el extraño estilo) también propició que Grimau fallara desde la personal un lanzamiento: 79-79. Empate y cinco segundos en el marcador. El momento de los valientes. El momento de los galones. El momento de Satoransky.

Ficha técnica:

79 - Bilbao Básket (23+24+23+9): Grimau (15), Pilepic, Mumbrú (10), Hervelle (12) y Gabriel (8) -cinco inicial-; Alberto Díaz (2), Bertrans (16), Markota (3) y Kavaliauskas (13).

82 - Cajasol (30+9+18+25): Franch (8), Bamforth (13), Mata (3), Landry (14) y Balvin (6) -cinco inicial-; Satoransky (14), Radicevic (5), Sastre (6), Porzingis (11) y Hernangómez (2).

Parciales: 23-30, 47-39 (descanso); 70-57 y 79-82 (final).

Árbitros: Arteaga, Calatrava y Cardús. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo segunda jornada de la Liga Endesa, disputado en el Bilbao Arena de Miribilla ante 9.073 espectadores, según la información oficial del partido.

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