Casi 20 meses después del último derbi femenino, Betis y Sevilla vuelven a verse las caras (12:00) en una situación muy diferente a la de entonces, cuando casi 24.000 personas se dieron cita en el Benito Villamarín. Y no porque la cita se dispute en el estadio Felipe del Valle de la localidad rinconera, sin público, sino porque deportivamente nada tiene que ver con ese último duelo. El Betis llega con la soga al cuello, en puestos de descenso y sin un entrenador ratificado en el banquillo tras la salida de Pier hace más de una semana, mientras que el Sevilla buscará los tres puntos para seguir escalando posiciones, una vez asentado en la zona media, desplegando buen juego y mostrando una gran eficacia en ataque para rentabilizar sus goles desde una sólida defensa.

Tras la séptima derrota consecutiva de su equipo Pier dijo adiós. Cerró su etapa en el Betis tras "no dar con la tecla". "Tengo que ser honesto conmigo mismo y con lo que siento por el Betis y renunciar a mi contrato y renunciar a seguir", decía el pasado 28 de diciembre. Con el derbi del Día de Reyes a las puertas, el club no se ha movido o, si lo hizo entre bambalinas, nadie quiso hacerse con el equipo y empezar con un duelo de máxima rivalidad.

Deberá tirar de orgullo el conjunto heliopolitano para volver a sumar tras siete tropiezos seguidos que lo han llevado al penúltimo puesto de la clasificación, empatado a siete puntos con el colista Deportivo, pero a sólo tres de una salvación que, sin haber llegado al ecuador de la competición, es el objetivo del club.

Hace 20 meses del último derbi femenino, cuando empataron 1-1 en el Benito Villamarín

Esa permanencia pasa por echar el candado a su portería y dejar de hacer regalos en defensa. En sólo uno de los 13 partidos disputados dejó su portería a cero, siendo el segundo equipo más goleado y el tercero menos realizador del campeonato. Números a mejorar para salir de la quema.

Rafa Ríos se hizo cargo de la plantilla bética y aseguró que su equipo debe "igualar en intensidad al Sevilla". "Hay talento suficiente para ganar el partido", añadió el técnico, interino de momento, que añadió sobre el encuentro: "Aquí da igual que uno esté el primero y otro el último. Es un derbi muy emocional. Tenemos muchas ganas de revertir la situación y demostrar a la afición que daremos el 200% para sacar el partido adelante".

Sin tantas urgencias y más motivación que presión afronta el choque un Sevilla que es octavo con 19 puntos, 12 más que su rival, y que busca un zarpazo para asaltar la zona noble de la clasificación. Las nervionenses vienen de ganar al Granadilla (2-1), segundo, antes del parón navideño, demostrando la capacidad competitiva que Cristian Toro le ha metido al equipo. Un grupo con el que trabaja desde hace dos años y medios, cuando llegó en una situación límite para, primero, salvar la categoría y después ir poniendo sólidas bases para que sea capaz de competir en la Primera Iberdrola contra cualquiera.

El Sevilla no es ni de los máximos realizadores de la categoría ni de los menos goleados, pero ha encontrado ese equilibrio para sacar rédito de sus tantos con una solidez defensiva y una capacidad para reponerse de los golpes en contra que le han dado muchos puntos.

Será el primer derbi desde el que disputasen el 13 de abril de 2019. Entonces el partido acabó 1-1 en el Benito Villamarín, con los goles de la local Bea Parra y la visitante Karen Araya. En el choque de la primera vuelta ganaron las béticas por 2-3 el 23 de diciembre de 2018. La pasada campaña no hubo duelo sevillano, ya que el primero se suspendió por la huelga de las futbolistas de todos los clubes de la Primera Iberdrola para reivindicar el derecho a un convenio colectivo y el de la segunda vuelta no se disputó por la cancelación de la temporada por la pandemia del coronavirus.