Isco y Álex animaron estas vísperas

Desde mi córner

Un fichaje y una venta abortada en un mar de suspicacias y ricos en división de opiniones

DOS han sido las noticias que han polarizado la atención de este fin de semana en el fútbol según Sevilla. Dos noticias con muchas aristas y demasiados recovecos como para que se entiendan incondicionalmente. Una es la llegada de Isco al Sevilla; la otra, la abortada marcha de Álex Moreno. La primera sorprendió, pero sólo hasta cierto punto, ya que el interés de Lopetegui por recuperar a uno de sus discípulos preferidos estaba claro.

Dicen las gargantas más profundas de cuantas forman el entorno del club de Nervión que se trata de una compra buena, bonita y barata. Las tres B de toda operación provechosa y ahora sólo cabe esperar que el Sevilla adquiera la calidad que tanto se echa en falta. El malagueño es un superclase indiscutible que se varó hace un trienio, lo que hace que haya parte de la clientela que ponga en duda su rendimiento como sevillista tras tanto tiempo sin competir.

Esperemos que quien fuese niño prodigio rememore en el Sevilla cuanto hizo en el Málaga y en el Madrid hasta que cayó en el ostracismo, primero con Zidane y luego con Ancelotti. Y cuando el destino de Álex Moreno parecía estar en Nottingham, sorpresivamente se abortó una operación más que discutible. Y es que si esta maniobra se produce hace un par de años, el trío Haro, Josemi y Cordón habrían salido en hombros de los béticos, pero hogaño no se veía tan provechosa.

Resulta que Álex ha hecho un temporadón en su papel de estilete a babor que desarbola las cuadernas de cuantos se ponen enfrente. Su verticalidad es quizá el mejor argumento del Betis para romper defensas, de ahí que muchos viesen inadecuado su traspaso. Tampoco estaba claro que el dinero fuese la panacea para que el Betis salve el laberinto financiero que padece. Al final, el deseo del catalán de seguir de bético ha deshecho la maniobra. Que sea para bien.

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