'Louis van Löw'

Grupo D · Alemania

Los germanos desatan la euforia al son de Özil y con un fútbol similar al impulsado por Van Gaal en el Bayern Múnich

Joachim Löw, tras una conferencia de prensa.
Joachim Löw, tras una conferencia de prensa.
Klaus Bergmann / Erasmia

15 de junio 2010 - 05:02

Un joven equipo en torno al volante Mesut Özil y con un fútbol similar al que ha impulsado el holandés Louis van Gaal en el Bayern Múnich desató la euforia en Alemania y recibió ayer múltiples elogios tras el 4-0 de su debut en el Mundial frente a Australia.

El seleccionador, Joachim Löw, intentó, sin embargo, frenar la euforia el día después. "Hay equipos más fuertes que Australia en este Mundial", advirtió el técnico, que no quiere saber todavía nada de la posible lucha por el título.

Pero por el momento parece que el técnico ha conseguido moldear un equipo prometedor con Özil, el centrocampista ofensivo Thomas Müller -la gran revelación alemana de la pasada temporada- y los delanteros Miroslav Klose y Lukas Podolski, que parecen haber recuperado su nivel justo a tiempo.

En el campo llamó además la atención el bloque de cinco jugadores del Bayern Múnich, que se convirtió en la columna vertebral como en el equipo muniqués dirigido por el holandés Louis van Gaal. "Jugamos (como quiere) Louis van Löw", dijo un risueño Müller, comparando al seleccionador con su entrenador en el Bayern. Su técnico le dio la razón en cuanto a la disposición del equipo en el campo y el atractivo fútbol de combinación. Al menos en esos puntos, dijo Löw, la "comparación es válida".

Pese a las advertencias del técnico y la calma pedida por los jugadores más experimentados, jugadores más noveles como el turco-alemán Özil se unieron en parte a la euforia general tras el buen debut. "Queremos ser campeones, para eso hemos venido", dijo el mediocampista creativo de 21 años, un jugador de gran talento al que todos tienen como el futuro y presente cerebro del mediocampo germano. "Los alemanes les pasaron por encima a todos, con Özil como un eje que dispara misiles en todas las direcciones", señalaba ayer el diario francés Liberation, más allá de las fronteras germanas.

"La facilidad con el que da pases mortales es de gran nivel", lo elogió Löw. Incluso la máxima institución del fútbol teutón, el Kaiser Franz Beckenbauer, se mostró encantado por las virtudes del joven jugador turco-alemán: "Es único", dijo.

El entrenador, sin embargo, subrayó la importancia de los partidos que vienen. "Chocamos ahora con un rival golpeado por el 1-0 frente a Ghana", dijo respecto al encuentro con el próximo rival, Serbia, un equipo con mucho más entidad sobre el papel que los australianos. "Hay que tener un cuidado del diablo", apuntó. "El papel de favorito lo siguen teniendo otros", agregó el lateral Philipp Lahm, recién ascendido a capitán de los germanos tras la lesión de Michael Ballack.

"Australia nos lo hizo relativamente fácil", relativizó también el central Arne Friedrich. Sobre todo tras la tarjeta roja para el australiano Tim Cahill en el minuto 56, la zaga germana no tuvo mucho que hacer. Otros rivales exigirán previsiblemente mucho más a los jugadores en la retaguardia. También el atacante Miroslav Klose, que marcó el segundo tanto, un gol que le sirvió para reivindicarse tras una floja temporada como suplente en el Bayern Múnich, pidió mantener la calma. "Todavía no hemos conseguido casi nada". Klose cree que por ahora se ha dado sobre todo una advertencia a los demás. "Los rivales están advertidos", dijo el veterano jugador. "Nos hemos hecho respetar", repitió.

Ahora queda esperar a los siguientes partidos. Si consigue avanzar en el Mundial, Alemania tendrá que hacer frente con seguridad a rivales mucho más peligrosos que Australia.

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