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Pámpano toma el testigo en San Pablo

  • Bustamante, en diciembre de 2007, fue el último cajista sevillano que anotó una canasta en la pista hispalense en Liga

Con sólo 17 años y un puñado de meses (cinco concretamente), Ricardo Pámpano ha cumplido el sueño de cualquier canterano: debutar con el primer equipo en la máxima categoría, en casa y, encima, ganando. El base hispalense, que curiosamente jugó de dos al lado de Calloway y no como director de orquesta, se llevó una de las mayores ovaciones de la mañana en San Pablo cuando materializó su triple, pues allí hacía casi tres años no anotaba un sevillano en Liga una canasta de campo: el último fue Antonio Bustamante, el 8 de diciembre de 2007.

Pámpano saltó a la pista ante el Meridiano cuando apenas quedaba 1.16 minutos para el final y el choque estaba ya resuelto. "Menos mal, porque si hubiese estado más apretado seguramente no hubiese jugado", asegura el que fuese campeón de Europa sub 16 de la mano de Diego Ocampo, que tampoco hubiese dudado en esa acción en otras condiciones: "Estaba solo y son de los tiros que hay que lanzar, independientemente de cómo esté el marcador. Si hubiese estado apretado, creo que también me la habría jugado".

El base tomó con su canasta el testigo de Bustamante, que anotó un tiro de dos en la temporada 2007-2008 en la jornada 11 ante el DKV Joventut. Ese día, con Rubén Magnano en el banquillo, Bustamante jugó poco más de cuatro minutos en los que sólo lanzó una vez y repartió dos asistencias que no impidieron, sin embargo, la derrota cajista (85-89). Después, otros canteranos tuvieron minutos en la ACB, pero no vieron aro en San Pablo, como Aguilar de la mano de Pedro Martínez, aunque sí lo hizo en la Eurochallange (tres puntos ante el BK Ventspils). En la ACB, sin embargo hacía casi tres años que un sevillano no anotaba ante sus aficionados.

"Tenía muchos nervios y en el momento que vi que el balón entraba solté toda la alegría de golpe. Debutar en casa es un lujo, porque hasta hace poco estaba en la grada aplaudiendo", explica el protagonista, quien se entrena junto a Joan Plaza de forma habitual aunque sabe cuál es su sitio, de momento: "Lo mío es centrarme en el EBA y el conjunto júnior, trabajar al máximo, aprovechar el trabajo con la primera plantilla para seguir creciendo y no fallar cuando me den otra oportunidad".

¿Y qué le dijo Plaza? "Fue todo tan rápido que no me dio tiempo a ponerme nervioso. Sin esperarlo, me dijo 'venga, a jugar'. Es un entrenador que está confiando en los jóvenes -contra el Alicante contó con tres jugadores de menos de 18 años-. Tanto el cuerpo técnico como el resto de compañeros me han tratado muy bien desde el primer día. Es un gran grupo y seguro que lo refrendará con buenos resultados".

"Fue de esos días en los que el aro se hace más pequeño, pero el equipo estuvo brillante en defensa y desde ahí ganó", explica Pámpano, que reconoce: "En el descanso creí que jugaría, pero todo se complicó. Sabía que si no estaba solucionado no tendría minutos, pero defendimos bien, ganamos, jugué... No puedo pedir más".

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