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Perseverar contra los vicios

  • Del Nido pide una final en cada cita de un curso sin Europa y confía a ciegas en el trabajo de Marcelino, que ayer repasó el partido de Villarreal con el equipo · "Defendimos demasiado", reflexiona Escudé.

El Sevilla -su plantilla, su cuerpo técnico y su consejo de administración- vivió una jornada intensísima, un día para pararse en medio del camino a reflexionar. Por la mañana, el equipo visionó el partido del sábado con el Villarreal. Marcelino les mostró a sus jugadores cuáles fueron los errores, y cuáles las virtudes también, de un encuentro que ha dejado malas sensaciones por cómo se desarrolló. Hubo algo bueno y mucho malo en El Madrigal pero todo quedó en tablas. A mediodía, el primer equipo se unió al consejo de administración y juntos realizaron la tradicional ofrenda de flores a la Virgen de los Reyes. Y a primera hora de la tarde, se celebró el también tradicional almuerzo de confraternización en el que José María del Nido realizó su habitual arenga. No quiere más tablas ni medias tintas. El dirigente pidió a su equipo dejarse la piel en cada partido. Ya que no hay Europa, Del Nido quiere una final en cada cita liguera, o copera.

Con todo, el dirigente confía ciegamente en el trabajo de Marcelino. Ambos saben que el Sevilla arrastra algunos vicios que han empezado a salir a la palestra a las primeras de cambio: las líneas se separan, la presión pierde fuelle, la defensa y los medios reculan, los delanteros empiezan a hacer la guerra por su cuenta, los extremos se cosen a la cal y se olvidan de buscar paredes y diagonales... Ya ha quedado suficientemente analizado en estas páginas y el propio técnico viene insistiendo en lo mismo desde la pretemporada, pero aún no es suficiente. De ahí la necesidad de ver el vídeo del encuentro, en la frialdad del análisis tres días después, para poner en común los defectos a corregir.

Marcelino está convencido de que, con la actitud que muestra su plantilla en cada entrenamiento, conseguirá sacarle todo el partido que su potencial lleva latente. Y no tiene en mente cambiar el sistema. Ayer comenzó a preparar la próxima cita liguera, el sábado ante la Real Sociedad, y les recordó a sus jugadores que el fútbol es un juego colectivo que requiere solidaridad, unión, convicción contra esos vicios.

Evidentemente la idea es que no se repita lo de Villarreal. Escudé, en contra de la generalizada idea de que la culpa es de que el Sevilla no defiende bien, esbozó esta otra: "Hemos defendido demasiado, ése es mi punto de vista, y deberíamos haber atacado más para ganar. La idea era que el Villarreal, aunque es un equipo que juega mucho al toque, tiene un contraataque muy bueno y toda la semana hemos trabajado ese aspecto de que cuando perdiéramos el balón no dejar muchos espacios en la línea defensiva por los movimientos de Rossi. Hemos marcado con uno más y hemos seguido con la misma dinámica de estar bien agrupados y en el campo nuestra decisión no ha sido buena. Era mejor ir más arriba y presionar más arriba, a los medios. Son cosas que hay que hablar para no repetir estos errores. El equipo crece con estos partidos". ¿Es un problema de agresividad? "No creo, es de toma de decisiones. Tenemos que trabajar en grupo hacia delante y no recular como ante el Villarreal". El sábado, en casa, llega otra prueba distinta, ante un equipo de otro perfil, para ver si el Sevilla, además de sumar puntos, empieza a cuajar como equipo.

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