Pronosticar es una pérdida de tiempo

MAÑANA, derbi, qué le vamos a hacer, partido de partidos para el fútbol según Sevilla con su poco fiable pronóstico. Llega el Betis como un tiro y aguarda el Sevilla con la intención lógica de sacudirse la melancolía a costa del rival más rival de cuantos rivales conforman el universo fútbol, esa maravilla. Y como es habitual en estos partidos, la atención avant match recae más en los ausentes que en los presentes.

Un servidor de Dios y de usted, que ha visto todos los derbis desde que se inauguró el Sánchez- Pizjuán, jamás osó pronosticar en este partido. Y es que desde el primero, con el Betis de visitante y recién liberado de una condena casi eterna, los pronósticos no son fiables, o muy poco fiables. Demasiados los ejemplos que demuestran lo inadecuado de adelantar resultados, pues son tantas las veces que palmó quien iba de favorito que para qué meterse en libros de caballería.

Y dicho lo cual, a ver qué sentido tiene anticipar cuestiones tan enrevesadas. ¿Alguien cree que ese Sevilla rácano y timorato del miércoles en Londres va a ser el mismo cuando se vea venir a la tropa verdiblanca, enteramente verde en esta ocasión? Y ciñéndonos a lo que verdaderamente importa, este derbi de mañana, hay que incidir en las ausencias que pueden ser, aunque abunden las vísperas que dan paso a días en que los lesionados recobran la salud como por ensalmo.

¿Tendrá el Betis que ir con el portero del filial? ¿Dará Sergio el o.k. para entrar en el partido que tiene en mente desde que volvió? Elucubraciones de vísperas, a quien Dios se la dé, que San Pedro se la bendiga, ¿uno, equis o dos? Chi lo sa, derbi es derbi, madre no hay más que una y a ti te encontré en la calle. Pase lo que pase, siempre nos quedará el lunes con un tercer tiempo que en esta ocasión se alargará para suplicio del perdedor y solaz para el que se alce con santo y limosna.