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El ansiado reencuentro

  • El beticismo espera el regreso triunfal de Mel al Villamarín ante el Tenerife tras un debut de pana en Alcorcón. El técnico se mide al único equipo al que dirigió en Primera aparte del Betis.

Después del aperitivo de dura digestión -por las características del rival- en Alcorcón, Pepe Mel y el beticismo cuentan las horas para un esperado reencuentro, el que unirá al entrenador madrileño y a la afición por primera vez desde su marcha en un partido en el estadio Benito Villamarín. Tras el 0-0 en la fría noche madrileña en la que el primer Betis conocido bajo su dirección en esta segunda era no pudo más que vendarse bien los tobillos y apretar dientes y puños, Mel tiene la oportunidad ante el Tenerife el próximo sábado de convertir en fiesta su regreso a casa.

El técnico vuelve ante su afición un año, un mes y diez días después de su despedida, acontecida en la jornada 15, justo después de perder ante el eterno rival (4-0) y metido de lleno en una dinámica de mala suerte. Un gol en claro fuera de juego del Rayo Vallecano y, sobre todo, el recibido en el minuto 90 tras un fallo de Jordi Figueras precipitaron la decisión de un club gobernado entonces por Bosch, que provocó que un grupo de unos 200 béticos protestaran a las puertas del estadio por la destitución del hombre que entendían que más estaba haciendo por el Betis.

El caso es que el 2-2 ante el Rayo metía al Betis en descenso aquel 1 de diciembre de 2013, anunciándose el nombre de un sustituto que no mejoró, ni mucho menos, las cosas, Juan Carlos Garrido.

El tiempo, que dicen que lo cura todo, ha pasado, Bosch ya no está y Mel, en la categoría en la que llegó al Betis la primera vez, en Segunda División, inicia el nuevo reto de devolverlo a Primera con ganas e ilusión y la confianza aparentemente de todos los estamentos del club, algo que no tenía entonces. El beticismo sí que se lo va demostrar el sábado ante el Tenerife, un rival que, además, trae a Mel recuerdos de su estreno en la élite. No en vano, el equipo chicharrero ha sido el único al que el técnico madrileño ha dirigido en Primera al margen del Betis.

Fue prácticamente en sus inicios en los banquillos y han pasado nada menos que catorce años. Mel comenzó su carrera como entrenador en 1999 y en 2001 le llegaba la oportunidad de asomarse a la élite al sustituir en el Tenerife a Rafa Benítez cuando éste dio el salto al Valencia. Mel comenzó la temporada tras el ascenso de los isleños y fue destituido tras la vigésima sexta jornada con 6 victorias y 14 derrotas.

Mel ya expresó en Alcorcón su deseo de ir preparando a su equipo para ofrecer una mejor imagen en su debut en el Villamarín de la que pudieron ver los béticos en Alcorcón por mucho que las características del partido fueran un tanto especiales. El madrileño ha reconocido que su función es conseguir que su equipo tenga unos mecanismos que faciliten la fluidez del ataque, algo que no apareció en su estreno tras la provechosa interinidad de Juan Merino.

Con el beticismo esperándolo con los brazos abiertos, Mel, además, tiene la oportunidad de meter al cuadro heliopolitano de lleno en los puestos altos e incluso acercarse más a la zona de ascenso directo si se dan los resultados. Sería una forma de otorgar más simbolismo a un día especial tanto para el entrenador como para la afición verdiblanca. Y si el Betis logra su primer triunfo en la reentré de Mel el técnico habrá llegado a la cifra redonda de 200 puntos sumados al frente del cuadro bético en un total de 134 partidos. Un número especial para una cita especial.

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