Betis Baloncesto - Oviedo: Una derrota obra de autor (85-94)

Betis Baloncesto

El Betis Baloncesto pierde en la prórroga un partido en el que fue siempre a remolque y tuvo en sus manos la bola para ganar ante un Oviedo que supo leer mejor el encuentro desde el banquillo

En el tiempo extra encajó en 5 minutos 19 puntos para encajar su novena derrota en las 11 jornadas disputadas y urge firmar un pívot que permita hacer un baloncesto distinto

Bruno Savignani da instrucciones a sus jugadores en un tiempo muerto.
Bruno Savignani da instrucciones a sus jugadores en un tiempo muerto. / Betis Baloncesto

Sevilla/A Javi Carrasco lo cambiaron porque no veían mejora. Con Bruno Savignani el equipo no es mejor y, lo peor, cuando debe notarse la mano del entrenador para ganar un partido sencillamente no hay mano. El Betis Baloncesto perdió por 85-94 ante un Oviedo que sí tiene el sello que le imprime Javi Rodríguez, el genial ex base que ahora da lecciones desde el banquillo. Le ganó la partida al técnico italo-brasileño, que decidió jugar sin pívots y fueron los interiores visitantes los que marcaron diferencias antes de que Josep Pérez decidiese con tres triples en la prórroga con un parcial de 10-19 en esos cinco minutos. Para hacérselo mirar

Aun así el equipo se recompuso y pudo ganar antes de ese tiempo extra, pero no hay mando alguno en el conjunto hispalense. 75-75 tras una canasta de Barnes y Horton hace tontamente campo atrás jugueteando con la pelota. Match ball. Pero hay que saber jugarlo, entender que Oviedo tiene una falta por hacer y que en cuanto alguien ponga la directa a la canasta alguien hará la falta. No fue así, 12 segundos mareando la pelota hasta que Barnes enfiló la canasta recibiendo la personal con poco más de tres segundos por jugar. Ni siquiera en ese tiempo fue capaz el Betis de intentar lanzar y perdió la oportunidad.

Y ya se sabe, oportunidad perdida, encuentro perdido. Porque tres triples en la cara de Barnes de Josep Pérez acabaron con un Betis sin capacidad de reacción, con una zona extraña para reforzar la pintura que no evitó las canastas exteriores del rival para llevarse otro triunfo de un San Pablo que esta vez si apretó, pero tampoco fue suficiente.

A esa opción de ganar llegó el Betis siempre a remolque, incapaz de imponer su filosofía de juego, la que tenga porque todavía no está muy definida, y aprovechando los regalos de un rival que iba a tirones gracias a los puntos de Marc Martí por dentro y los de Horton por fuera. No estuvo nunca por delante en el tercer cuarto y tomó ventaja al final del cuarto definitivo, 73-72, cuando una pedrada de Barnes permitió a Horton poner a su equipo por delante por 73-75. Barnes entró a canasta y el base rival regaló el último balón a un Betis que no supo jugar ese ataque decisivo.

No se enteró el Betis Baloncesto de que el partido había empezado hasta transcurridos cinco minutos de juego. Antes, poco movimiento del balón, alergia a la zona y muchos tiros errados. Demasiados. Eso permitió al Oviedo con un juego fácil de buscar a su interior abrir brecha con un peligroso 2-13 ante el impasible Savignani. Sólo un 2+1 de Joaquín Rodríguez despertó al equipo, que de la mano de los triples de Kuksiks pudo meterse en el encuentro (18-21).

Pero al baloncesto se juega con un tío alto en la pintura anotando, asistiendo o atrayendo a las defensas para dejar liberados a sus compañeros. El conjunto verdiblanco decidió jugar sin pívot y no sólo porque Berzins, su único cinco, cometiese su segunda falta a los 2.35 minutos de juego. Juega sin nadie por dentro porque parece que el entrenador no cree en ese estilo de juego, pese a que Rozitis y Marc Martí le demostraban en la otra canasta todas las ventajas una y otra vez.

La primea ventaja del cuadro sevillano llegó al inicio del segundo cuarto con una canasta de Barnes (23-21) y hasta el 29-28 aguantó el Betis, con otro triple de Kuksiks tras una asistencia casi de voleibol de Berzins en el primer balón que el conjunto hispalense puso en la zona. Y es que cuando la única filosofía de juego es tirar triples o entrar a canasta uno solo contra el mundo lo normal es que la cosa no salga bien. Los tiros exteriores dejaron de entrar porque se movía poco y mal la pelota por parte de Rogic y Barnes ¿Por qué no intentar algo diferente con Pablo Marín? ¿Por qué no probar a defender en zona para que los interiores no se cargaran de faltas? No había nada de eso en la libreta de Savignani.

Así, del 31-31, tras los tiros libres de un desacertado, y cada vez más ofuscado Polanco, al 31-44: parcial de 0-13 con 10 puntos de la pareja interior visitante, además de un triple de Horton, frenado con una canasta de Djedovic sobre la bocina mal defendida por el Oviedo. Y es que los de Javi Rodríguez tenían una falta por hacer antes de enviar a un rival a la línea de personal y a nadie se le ocurrió meter la mano ante el enfado del ex jugador en el banquillo. Ese error no se repetiría al final. Lo de las faltas es un problema grave en el Betis. Las tontas que comete y las que pitan árbitros con aires de grandeza que jamás estarán en la ACB por que no valen y tratan de ser protagonistas a golpe de silbato: 12 faltas de los locales y siete de los visitantes en en el primer tiempo, que es verdad que apenas tenían que esforzarse en defensa porque no había nadie de verdiblanco con el que pegarse en la pintura.

La segunda parte fue un quiero y no puedo de unos y otros. La única forma de que el Betis ganara el encuentro es que el Oviedo lo perdiese. Y casi es así, porque estuvo siempre por delante en el tercer cuarto y la mitad del último, pero el arreón final de los locales casi le cuesta el encuentro con Kuksiks y Polanco buena parte del tiempo en el banquillo. Rogic y Barnes tiraron del carro, pero no da para ganar partidos y este Betis sigue sin dar buenas sensaciones y acumulando derrotas. El cuento de "la liga es larga" debe agotarse en la jornada 11 y buscar soluciones para tratar de salvar esta temporada en la LEB Oro que empezó con aires de grandeza y de momento no arranca acumulando derrotas.

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