Al culebrón del verano en San Pablo le queda poco. O eso se espera. La decisión de Shannon Evans sobre su futuro está cada vez más cerca y en el Betis Baloncesto se confía, con la lógica cautela, en que el base renueve y lidere el proyecto verdiblanco en la pista una campaña más.

La configuración de la plantilla gira alrededor de un jugador de su perfil, que aglutine mucho tiempo en pista con el balón en sus manos y genere juego desde su disposición en ataque, bien asistiendo o generando espacios para sus compañeros, en la pintura y en el perímetro, con su verticalidad y cambios de ritmo.

Al conjunto sevillano le faltan dos piezas. Una por fuera, el base titular, y una pieza interior que podría variar según las opciones de mercado, una vez fichado Amar Sylla, un jugador polivalente que puede hacer las veces de cuatro y de cinco. Y en la dirección, dada la situación, el objetivo es Evans, un fichaje imposible al final de la pasada campaña, cuando acabó con números de MVP y que ahora sigue sin equipo y cada vez más cerca de renovar con el Betis. O así lo ven en la entidad heliopolitana, en la que tienen la confianza de cerrar su renovación tras presentarle una nueva oferta que elevaba económicamente la propuesta hecha por el club cuando lo incluyó en el tanteo. Se confía en que se cerrará su renovación tarde o temprano y que el jugador ya esté en Sevilla el 22 de agosto para iniciar el trabajo de pretemporada.

De hecho, algunas fuentes apuntan a que Evans podría haber tomado ya su decisión. Después de haber esperado alguna opción deportivamente mejor, el no encajar en ninguna plantilla de superior nivel le dio opciones al Betis Baloncesto, siempre paciente y a la expectativa. Con Evans serían siete los jugadores que siguen de la pasada campaña (además de Bertans, BJ Johnson, Pozas, Cvetkovic, Báez y Pablo Almazán) y que con Luis Casimiro en el banquillo perdió 12 partidos y ganó 11, seis de ellos en los últimos siete encuentros.