Kelvin Creswell Rivers, más conocido baloncestísticamente como KC Rivers, es uno de los jugadores llamados a tirar del carro en este Coosur Real Betis que busca asentarse en la máxima categoría del baloncesto nacional. De marcado carácter ofensivo, el escolta norteamericano ha sido capaz hasta el momento de dejar algunas píldoras de ese potencial que atesora en manos y muñecas. Pero le falta encontrar esa continuidad necesaria en su juego. Y el equipo lo necesita.

Fue ante el Zaragoza, algunas jornadas atrás, cuando logró algunos de sus mayores registros ofensivos en esta tercera etapa en la Liga Endesa que dibuja el jugador nacido en Charlotte hace 32 primaveras. En las dos anteriores, en el Real Madrid, logró todos los títulos posibles. Frente a los maños, KC Rivers anotó 26 puntos para lograr 27 tantos de valoración. Estos datos, sumados a los seis triples que aportó, suponen sus máximos en su carrera en la Liga Endesa. Unos registros que, no obstante, no permitieron al equipo verdiblanco conquistar el triunfo final.

Pero, entre comillas, lo que debería ser un rendimiento habitual, se ha convertido en poco más que una excepción. Al menos, hasta el momento. Porque más allá del enfrentamiento ante el Zaragoza, sus números apenas han destacado. En comparación con su época en el Real Madrid, sus estadísticas también distan. Prácticamente en todos los aspectos. En esta etapa promedia un 60% de tiros libres anotados (70,2% en el Real Madrid), un 34,3% en tiros de dos y un 41,9% en triples (57,2% y 46,1% vestido de blanco).

Ni en el club ni en el vestuario dudan ni un ápice de su compromiso con el escudo verdiblanco, a pesar de la muy comentada cláusula de salida en caso de llamada de un equipo de Euroliga. Pero todos los estamentos, con la afición incluida, confían en que más pronto que tarde llegue el protagonismo y el liderazgo ofensivo –eficiente– que se le presupone a un jugador de su nivel y características.