Benite y Doblado regalan una mañana histórica en San Pablo (92-78)

Primera FEB

Cuando peor pintaba el encuentro ante el Inveready Guipuzkoa Basket para el Betis Baloncesto, Vitor Benite (30 puntos) rescató la sonrisa de García de Vitoria con un tercer cuarto astronómico que encaminó la undécima victoria en casa, brindando un merecido homenaje a Benito Doblado y su dorsal retirado

El dorsal de Benito Doblado y Raúl Pérez, colgando en los huesos de la instalación sevillana

Alex Renfroe dirige un ataque del Betis Baloncesto ante el Guipuzkoa Basket este domingo.
Alex Renfroe dirige un ataque del Betis Baloncesto ante el Guipuzkoa Basket este domingo. / Antonio Martín

Sevilla/El pan de cada dos fines de semana en el Palacio de los Deportes de San Pablo. Jugar -y disfrutar- en casa es el sustento del Betis Baloncesto en una Primera FEB más que abierta a cambios en esta segunda vuelta con las incorporaciones de equipos como Monbús Obradoiro o Movistar Estudiantes, por citar alguno. Sin cromos nuevos en el roster bético más allá de la extensión de contrato hasta final de temporada de Babatunde Olomuyiwa Tunde, la tropa de Gonzalo García de Vitoria sumó su undécima victoria como local ante Inveready Guipuzkoa Basket. (92-78).

Fue un domingo histórico, pleno como la casilla de victorias béticas en los últimos cinco partidos, que adornó el homenaje en el descanso a Benito Doblado. El dorsal12 del bombardero lebrijano permanecerá desde ahora como estandarte colgada de los verdes huesos del Palacio de los Deportes de San Pablo junto a la de su compañero en los noventa, Raúl Pérez.

El dorsal de Benito Doblado inmortalizado en el techo de San Pablo.
El dorsal de Benito Doblado inmortalizado en el techo de San Pablo. / Miguel Ángel Jiménez

Mañana de emociones, de escalofríos en el cuerpo. Recuerdos. El Betis Baloncesto, con la preciosa y evocadora camiseta con las identidades del Caja San Fernando, abría el telón el encuentro correspondiente a la jornada 22 en Primera FEB. Era el día indicado para ello, aunque el Guipuzkoa Basket no iba poner sin más la mejilla. Exigieron al juego interior formado por Álex Suárez y DeBisschop desde el silbato inicial. A los dos minutos el cinco era el primer castigado tras dos faltas tempraneras...

Muchas personales al inicio debido al elevado ritmo de ataque del quinteto de Mikel Odriozola. Carreras constantes tratando de echar un pulso anotador a los hispalenses. Además del pívot estadounidense, Álex Súarez, actor como decíamos desde la partida una vez recuperado de sus fascitis en el pie derecho, encaró pronto también el banquillo fruto de su impulsividad. Su reemplazo en pista fue Dino Radoncic, retornando de nuevo a la dinámica competitiva, aunque por razones diferentes. El montenegrino volvía a estar disponible para García de Vitoria una vez cumplida su sanción de tres encuentros recibida tras el partido ante el HLA Alicante.

En esa acelerada mecánica de partido no tenía problemas en crecer Mark Hughes, absoluto lugarteniente de la ofensiva verdiblanca en el primer cuarto, pero desgastado antes del final del mismo. Suyos fueron casi la mitad de los puntos en este tramo, que completó Alex Renfroe para cerrar el primer parcial en 26-24.

El lastre de las personales

Conseguían los guipúzcuanos estar pegados en el marcador a través de una variada apuesta en los ataques, más combinativos y pausados en la reanudación con un 0-9 como respuesta (29-33) que les ponía por delante y obligaba al entrenador bético a detenerlo. Todo muy repartido en el equipo de Mikel Odriozola, que llegaba a la capital andaluza con sólo una victoria en lo que va de 2025. Fue a pocos kilómetros, en el Pabellón Alameda de Morón (74-81).

Nicolau fallaba los dos primeros tiros libres de los visitantes. Un 8 de 8 hasta los últimos sorbos de la primera mitad. El "fállalo, fállalo" de las pobladas gradas bajas surtía efecto tras muchos minutos. El problema es que en el aro de enfrente Cvetkovic tampoco atinaba en su totalidad (39-45) y el Betis, por mucho empeño de Benite y De la Torre desde la línea de tres, se marchaba a vestuarios por detrás (48-50). Las faltas, repetidos detonantes.

"Uno de los mejores días" en la vida de Benito Doblado

Sonó el silbato intermedio y todos de pie, incluido Ángel Haro, presidente del Real Betis Balompié y invitado de lujo al choque. "Por el año 1987 pise por primera vez este pabellón, que ha visto estrellas mundiales y de la NBA (...) San Pablo ha sido uno de los grandes escenarios del baloncesto nacional. Para mí es un orgullo que me reconozcan, ya sea el Caja San Fernando o el Betis Baloncesto, mi trayectoria deportiva aquí", reconocía un emocionado Benito Doblado instantes después de que desapareciera el telón negro del techo en "uno de los mejores días de su vida".

Como no, desde la línea de tiro libre se descorcharía el segundo acto. En un abrir y cerrar de ojos, Tunde, Álex Suárez, DeBisschop y Hughes, con la mochila llena de faltas. Tres para cada uno. (55-58). Para más inri, Kasibabu no podía continuar por un dolor en la rodilla derecha y a García de Vitoria se le cambiaba el rostro. Guipuzkoa picaba y picaba con un acertado Josip Vrankic, que sólo encontraba rival en Vítor Benite. ¡Pero qué rival! Tres triples casi a renglón seguido para voltear y darle la ventaja a los suyos antes de entrar al cuarto decisivo (73-65).

Con el choque siguiendo el cauce impuesto por el escolta (30 puntos, 7 de 9 en triples) sólo quedaba encerrarlo en el tramo final y regalarle un merecido tributo a los presentes y en especial al tirador de Lebrija, que junto a su familia disfrutó de la undécima victoria del Betis Baloncesto en la instalación que tantas veces le hizo disfrutar del balón naranja con la camiseta del Caja San Fernando.

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