Una defensa sin defensa

Entre las bajas, el escaso combustible, la falta de confianza de la línea e incluso de Palop, más el irregular rendimiento de Zokora, el sistema defensivo del Sevilla es hoy una calamidad que impide cualquier debate. Es imposible competir así. Si arriba asoma Jesús Navas con una soberbia penetración, atrás Stankevicius lo echa por tierra con su descolocación y aturdimiento; si arriba Luis Fabiano quiebra a dos defensores con su cintura y ejecuta, atrás Lolo se destapa una vez más por su lentitud desesperante.

Defensa

La baja de Dragutinovic obligó a Álvarez a recuperar para la banda derecha a Stankevicius. Cala se desplazó a su sitio natural, el corazón de la defensa, a pesar de su notable rendimiento pegado a la cal. Y el Getafe bien que aprovechó las dudas del lituano, quien, entre anticiparse o conservar la posición se quedó a medio camino varias veces ante Gavilán. Míchel tardó poco en ver el agujero y por allí insistió su equipo. Los centros de Gavilán fueron muy peligrosos, como los de Pedro León por el otro costado. El equipo azul trazó paredes y triangulaciones hacia las bandas con la tibia presión de los sevillistas, con Zokora muy paradito, al menos hasta el descanso. El marfileño está hoy lejos de ser ese jugador que marca los tiempos, que invita a los demás compañeros a apretar, y lo más arriba posible. Se mantiene resguardadito, en apenas una losa, sin alargar la pierna más de lo necesario, como mostró ante Boateng en la jugada en que el nigeriano abrió a Pedro León. Éste miró con absoluta comodidad para dar el pase a la espalda a la defensa que aprovechó Adrián para el 1-0.

Hasta tres veces se topó el Getafe con los palos en esos primeros 25 minutos en que el Sevilla fue un muñeco de trapo. El Getafe tiene a numerosos jugadores que le pegan duro desde media distancia. Y el Sevilla hizo poco por impedirlo. Es lo que tiene sentirse inseguro y guarecerse cerca de Palop.

Zokora mejoró algo en la segunda parte, con coberturas y más despliegue físico, pero la zaga siguió a lo suyo. Álvarez metió a Lolo por Stankevicius porque no le quedaba otra, vistas las ausencias, pero la vuelta de Cala al lateral diestro no bastó para tapar el agujero. Lolo se movió con una rigidez extrema en el 3-3 y en el penalti.

Ataque

Los extremos se las arreglaron para crear situaciones ventajosas partiendo en inferioridad. La calidad individual, sus recursos, les hicieron progresar, hacer daño. Renato sí engarzó con ellos, y vio los pases a la espalda de la adelantada defensa azul. Kanoute también dio continuidad con sus controles, zancadas, visión de juego y serenidad ante la portería (el 1-2). Y arriba, Luis Fabiano a lo suyo, tirando de repertorio (2-3). Con una defensa aseadita, que no abra pasillos al rival ni pierda balones absurdos, hubiera bastado. Pero no es el caso.

Virtudes

Los recursos ofensivos, con cinco piezas: los extremos, Renato y los puntos.

Talón de aquiles

La defensa no se sostiene. Y así es imposible competir.