Un medallista al que se le augura un gran futuro

Los Nuestros | Antonio Ángel Álvarez

Antonio Ángel posa en Morón con el pueblo de fondo
Antonio Ángel posa en Morón con el pueblo de fondo / MG
Álvaro Guillén

11 de noviembre 2019 - 08:20

A los siete años aproximadamente comenzó la andadura de un tal Antonio Ángel Álvarez (21/3/2002) en el mundo del kárate, un deporte caracterizado siempre por la enorme disciplina y el respeto a los rivales. Y a sus 17 años ya ha conseguido un hito que hace presagiar que él será uno de los grandes de este deporte a corto y medio plazo, una medalla de bronce en un Campeonato del Mundo.

Antonio Ángel es uno de esos deportistas luchadores, que persigue sus sueños y que no se ha venido abajo en ningún momento a pesar de haber tenido la gloria cerca en otras ocasiones y no haber podido alcanzarla. Curiosamente, empezó en el kárate gracias a su madre, aunque no por pasiones familiares o herencias, sino porque ella pensaba que era hiperactivo y tenía que desfogar tanta energía por algún sitio. Y qué buena elección, pensará ahora su progenitora...

A los 15 años de edad fue a su primera competición, después de haber descubierto tras muchos años que le apasionaba lo que hacía. A raíz de ese campeonato nacional, le llegó su primer Europeo gracias al seleccionador, que lo vio con maneras y decidió llevárselo a competir bajo la bandera española, algo que enorgullece a nuestro protagonista. “Creo que no existe nada que me pueda hacer más ilusión que representar a España, es algo único”, confiesa.

Según cuenta, nunca pensó que pudiese estar un escalón por encima de los demás, ni que fuese un fuera de serie, aunque hay un punto de inflexión en ese primer campeonato. “Jamás pensé que era bueno, pensaba que se me daban bien ciertas técnicas pero que me quedaba mucho por aprender y mejorar, pero con 15 años en ese campeonato observé que, o te lo crees, o estás fuera, no te queda otra” asegura.

Del kárate destaca que es un deporte mucho más mental de lo que todo el mundo puede pensar puesto que reúne varias habilidades. “A mi siempre me ha gustado mucho este deporte, además de ser un deporte de contacto controlado implica mucha habilidad, sobre todo mental, hay que ser muy rápido pero sobre todo muy listo, cualquiera puede sorprenderte si te despistas”, argumenta.

A sus 17 años ya puede presumir de tener un metal en un Mundial, un bronce conseguido en una Chile sumida en las protestas que azotan el país, algo que no desconcentró lo más mínimo a Antonio Ángel, natural de Morón. “Ésta última competición para mí ha sido la más especial, es una sensación única. Con el Campeonato de Europa (fue cuarto), se me quedó una espinita ahí clavada pero al conseguir esta medalla fue lo máximo, pensé en mis padres, que saben todo lo que llevo detrás, en el reconocimiento que otorga...”.

Para él, sin duda, lo mejor es prepararse para una competición, el hecho de saber que tienes la presión ahí y de poder con ella finalmente. “Me gusta entrenar fuerte para mejorar y el tener una competición próxima te ayuda a dar el máximo”. Eso sí, comenta que a veces le preocupan las lesiones, ya que es propenso a sufrir torceduras de tobillo o sufrir ciertos problemas en la rodilla, aunque confía en seguir bien y luchar por objetivos más ambiciosos en el futuro.

Antonio Ángel es un luchador, al que su madre inscribió en kárate con la finalidad de que liberase tensiones y, ahora, son sus rivales los que sufren la tensión de tener a un joven campeón de tan sólo 17 años delante que está muy lejos de encontrar su techo todavía. Su máximo objetivo a largo plazo refleja su ambición: poder representar a España en unos Juegos Olímpicos.

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