Los protagonistas, los fans y los expertos coinciden en asegurar que la gran final del fútbol europeo que disputan hoy en Roma el Barcelona y el Manchester United por el título de la Liga de Campeones es la mejor posible.

Los hinchas de ambos equipos y los neutrales se aprestan a sufrir el síndrome Stendhal, ése que agita el corazón ante la contemplación de tanta belleza. A falta de saber lo que pasará en el Estadio Olímpico de Roma, las condiciones parecen las más adecuadas, pues las más brillantes estrellas estarán sobre el césped: Cristiano Ronaldo, Leo Messi, Samuel Eto'o, Xavi Hernández, Wayne Rooney, Nemanja Vidic, Andrés Iniesta...

Por encima de todo destaca el duelo entre el portugués Ronaldo y el argentino Messi. Tras la buena temporada de ambos y los títulos logrados, en juego está seguramente quién será elegido el mejor jugador del mundo a final del año. Pero hay mucho más.

"Ver a los jugadores de ambos equipos sugiere que va a ser una gran final", aseguró Alex Ferguson, técnico del United, que busca ser el primer equipo en revalidar el título de la Liga de Campeones tras el triunfo agónico del pasado año en Moscú por penales.

El técnico escocés cree que la final no decepcionará las altas expectativas. "Ha habido muchos empates sin goles o 1-0 los últimos años. Tengo la sensación de que no será así ahora, pero hay pocas finales con marcadores abultados".

El manager del equipo inglés hace un amago de promesa de espectáculo. La del Barcelona es completa: no sabe hacer otra cosa y las bajas en defensa del lesionado Rafael Márquez y de los sancionados Daniel Alves y Eric Abidal le obligan a apostarlo todo al ataque, a marcar un gol más que su contrincante.

Para ello, contará con los aún renqueantes Iniesta y Thierry Henry, aunque su presencia en el once inicial no es segura. Guardiola dispondrá una defensa con Sylvinho o Keita en el lateral izquierdo, el capitán Carlos Puyol en la derecha y Toure, como contra el Chelsea en semifinales, bajará al eje de la zaga con Piqué.

El técnico del equipo español no espera un Manchester ofensivo. "El United es un equipo al que le hacen pocos goles. Ellos van a tomar el referente de los dos partidos que jugamos contra el Chelsea. A ver si hacen lo mismo", dijo, esperanzado en que los ingleses adopten una táctica defensiva. Los blues hicieron sudar al Barcelona en semifinales y con esa misma táctica, el United eliminó a los azulgrana el año pasado.

Aunque Ferguson apueste por la contención, eso no quiere decir que renuncie al ataque. Cristiano Ronaldo, Wayne Rooney y Park Ji-Sunk explotarán su velocidad para castigar al Barcelona, que busca una inédita colección de Liga, Copa y Champions League que lo uniría a Celtic de Glasgow, Ajax de Amsterdam, PSV Eindhoven y el propio Manchester, los únicos con la Triple Corona.

"No sé si nos encontraremos otra vez ante un reto igual. O se va con ambición sí o sí, o no habrá opción", aseguró Guardiola, que da como favorito a su rival por su condición de campeón y por su experiencia. El United nunca perdió una final fuera de las Islas.

Además de los números, a favor del United está su férrea defensa, con el dudoso Rio Ferdinand y el serbio Vidic, básicos para frenar a un ataque que ha logrado 134 goles entre Liga y Liga de Campeones. Los ingleses llevan 25 partidos invictos en Europa y el arquero Edwin van der Sar ha dejado su puerta a cero en siete de los 12 partidos de Liga de Campeones la presente campaña.

El Barcelona, por contra, es el máximo realizador de la competición con 30 tantos, entre los que destacan los ocho de Messi, que aún no marcó nunca a un equipo inglés. Ataque total y posesión de balón contra orden, fuerza y velocidad arriba. Dos estilos igualmente bellos que prometen un gran espectáculo en la calurosa Roma.

Y Las leyendas lo corroboran. Así, Arrigo Sacchi dice que "si la tensión lo permite, asistiremos al mejor juego colectivo que el fútbol puede proponer", mientras que Johan Cruyff fue claro: "Invito, especialmente al Manchester, a que sean atrevidos. Por el bien del fútbol". Para Eric Cantona, "Manchester-Barcelona es la final soñada, el partido ideal. Dos equipos al ataque" y, por último, Franz Beckenbauer opina que "es la final deseada por todos. Dos mundos diferentes se enfrentan entre sí".