El himno de España ha vuelto a ser silbado por segundo año consecutivo en una final de la Copa del Rey. Si bien, en esta edición, disputada entre el Barcelona y Sevilla en el estadio Vicente Calderón, los pitos han quedado acallados por los cánticos sevillistas y el elevado volumen de la megafonía. Lo mismo se puede decir de la polémica de las banderas: a cada estelada desplegada por un barcelonista prácticamente respondia otra ondeada por un sevillista.

Este año no fue la mayoría del estadio la que expresó su descontento con el himno de España. La temporada pasada la final la disputaron en el Camp Nou el Barcelona y el Athletic y muchos de los hinchas presentes en el campo azulgrana silbaron el himno. Un año después volvió a repetirse la misma acción pero con una diferencia: mientras un sector del público del Barcelona silbó el himno, los aficionados del Sevilla lo cantaron y sonaba por megafonía a muchos decibelios.

Posteriormente, en el minuto 17, la hinchada azulgrana ha comenzado a corear el tradicional grito de "Independència", que resuena en todos los partidos en el Camp Nou, que la afición rival trató de silenciar con abucheos y gritos de "Fuera, fuera". 

En cuanto a las banderas ha habido de todo: ondearon tanto las de España entre los aficionados sevillistas como las esteladas entre los seguidores culés. 

La polémica viene precedida esta semana por la prohibición de la Delegación del Gobierno en Madrid de la exhibición de banderas independentistas catalanas en la final. Sin embargo, el juez de lo Contencioso-Administrativo número 11 de Madrid acordó poco después permitir el acceso con ellas.