Economía

España acepta vincular salarios con productividad, como pide Alemania

  • Zapatero asegura a Van Rompuy en una carta que hay que eliminar "las rigideces de las economías domésticas", incluidas las del mercado laboral.

José Luis Rodríguez Zapatero ha cedido ante Alemania y ha aceptado ajustar los salarios a la productividad. El presidente del Gobierno se une así a las tesis de Angela Merkel con ocasión de la cumbre de la eurozona que se celebra en Bruselas a petición de Alemania para aprobar el Pacto por el Euro. Para anunciar su decisión, ha escrito una carta al presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, en la que afirma que hay que "alinear salarios y productividad". La misiva ya ha recibido la crítica de los sindicatos UGT y CCOO, que temen que el Gobierno busque fijar los salarios y que han recordado a Zapatero que los sueldos los fijan los agentes sociales.

En esa carta, el presidente del Gobierno afirma: "Debemos centrarnos principalmente en eliminar las rigideces de las economías domésticas. Esto implica prestar atención al mercado laboral, alineando salarios y productividad, e incrementando la empleabilidad y la formación de nuestra fuerza laboral". El presidente del Gobierno señala además que "la apertura de los sectores protegidos es de vital importancia" y aboga por una "mayor liberalización de sectores muy vinculados al conjunto de la economía, como los servicios profesionales, el de energía o el de la economía digital".

Fuentes de La Moncloa han insistido en que el ajuste de los salarios es responsabilidad de la negociación bilateral entre patronal y sindicatos, que tienen de plazo hasta el 19 de marzo para lograr un acuerdo. Si los interlocutores sociales pactan reforzar la negociación colectiva a nivel de empresa, se podrá cumplir el objetivo de mejorar la relación entre salarios y competitividad. El Pacto por el Euro obliga al presidente del Gobierno y al resto de líderes de la eurozona a anunciar nuevas medidas para mejorar la competitividad en la cumbre del 24 de marzo. Durante la negociación, el Gobierno podría comprometerse a llevar a cabo algunas de las reformas previstas en el Pacto que ya se han anunciado pero que todavía no se han concluido, como la reforma de la negociación colectiva y de las políticas activas de empleo o la ley de servicios profesionales.

Los sindicatos, en contra

La decisión de Zapatero ha provocado las iras de los dirigentes sindicales, que le han recordado que son los agentes sociales los que deciden en España los salarios, y le han pedido que aclare de qué forma ligará los salarios a la productividad. El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, ha criticado que el presidente del Gobierno tiene "cierto desconocimiento" de la negociación colectiva en España, tras dar su apoyo a la propuesta de ajustar los salarios a la productividad. En opinión del líder sindical, los salarios ya están vinculados a la productividad, y ha defendido que "no se toquen demasiado para no provocar efectos indeseados en la economía".

"Yo detecto en lo que escucho y en la carta que el presidente del Gobierno me ha hecho llegar, que es la misma que ha enviado a la Comisión Europea, un cierto desconocimiento de la realidad de la negociación salarial de nuestro país", ha dicho. "No sé si el Gobierno pretende llevar a una ley la fijación de los salarios, o si nos recomienda que renegociemos el acuerdo salarial establecido", ha criticado. Además, ha criticado cómo se calcula la productividad: "Yo no sé si el presidente del Gobierno ha caído en la cuenta de que cuantos más empleos destruye la economía, más crece la productividad. ¿Qué nos está diciendo? ¿que cuantos más empleos creemos, que cuanto más paro haya en España, van a crecer más los salarios? No creo que sea eso, por lo tanto que revise su planteamiento". Toxo ha defendido la autonomía de los agente sociales para negociar las cuestiones salariales en el ámbito de la negociación colectiva y ha dicho al Gobierno que "no tiene competencias en la materia". "La negociación colectiva y la negociación salarial, en particular en España, es libre y la practicamos empresarios y sindicatos, trabajadores y empresas".

Por su parte, el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, ha replicado al presidente del Gobierno que ajustar los salarios a la productividad sería una "profunda equivocación" y le ha advertido de que, en todo caso, se trata de una materia que debe regularse en el estricto ámbito bilateral de patronal y sindicatos. Ferrer ha recordado que hay un acuerdo vigente hasta 2012, firmado por empresarios y sindicatos el pasado 2 de febrero, que ya establece unas pautas de moderación salarial y en el que ya se tiene en cuenta la productividad. "Nosotros no nos dedicamos a improvisar", ha señalado Ferrer, antes de decir que el Gobierno no puede "interferir" en estos temas, a menos que apruebe una Ley que "intervenga" la negociación colectiva. En este sentido, no ha dudado en calificar el apoyo de Zapatero a las tesis de Van Rompuy de "injerencia en la autonomía de los agentes sociales". Por otro lado, Ferrer ha insistido en que el modelo de formación de salarios en España "no es inflacionista" y advirtió de que la productividad es procíclica, en el sentido de que aumenta en las épocas de crisis por el incremento de los despidos.

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