La industria alimentaria y la hostelería miran al aceite de orujo de oliva como sustituto del girasol

La demanda de bares y restaurantes sube ante las cotizaciones disparadas de girasol y las empresas hacen pruebas en productos como conservas y 'snacks'

El sector asegura que puede paliar el problema causado por la guerra pero no solucionarlo

Pese a estar más bajo que el aceite de oliva y el girasol, el orujo también ha subido

Aceite de orujo usado en una freidora
Aceite de orujo usado en una freidora

La subida del precio del girasol y el riesgo de desabastecimiento ha puesto al mundo olivarero en guardia. Por un lado, el valor del aceite de oliva ha subido por un efecto contagio (el mercado no acepta que el girasol, con menores valores nutricionales, valga más) y, por otro, el sector se prepara para ganar parte del espacio que deje el girasol.

Pero con el precio en los niveles actuales esto es muy complicado. Y en este contexto surge la opción del aceite de orujo de oliva, elaborado con los restos de la aceituna (agua, huesos, pulpa y piel) una vez extraído el zumo. Se trata de un producto muy adecuado para la fritura y con mayores cualidades que el de girasol por su alta cantidad de ácido oleico. Joaquín López, director de ANEO, la Asociación Nacional de Empresas de Aceite de Orujo, explica que hay más demanda de bares y restaurantes y "muchísimas consultas de industria agroalimentaria; están pidiendo cotizaciones y están haciendo pruebas con el aceite de orujo". López espera que esta tendencia se mantenga a lo largo del tiempo porque el producto guste y no solo de forma temporal.

En los lineales de los supermercados "es pronto para saber si se va a vender más, aunque sí parece que gente que no lo había testado ahora lo prueba", señala Jaime Osta, vicepresidente de ANEO y CEO de Prodosa, filial de Migasa dedicada al refinado de orujo y girasol.

Lo que parece claro es que, pese al esfuerzo de las grandes empresas del sector por contener los precios realizando menos compras, el valor del aceite de orujo sube y ya "está a precio de virgen extra" en tiempo normal, explica Osta. Su nivel es alto para lo que suele ser habitual, pero aún está más bajo que el resto de las variedades de oliva y que el girasol. Eso puede hacer posible que el consumo en España -muy pequeño, de 16.000 toneladas al año- crezca significativamente. La mayor parte de la producción orujera, unas 140.000 toneladas, se destina a la exportación. "Una parte de esa cantidad se podría vender en España, aunque hay compromisos adquiridos con clientes y hay que cumplirlos. En cualquier caso, eso paliaría el problema del abastecimiento pero el orujo no puede cubrir ese hueco al completo, no es una opción en ese sentido por su limitada producción. Para el sector esto es una oportunidad, pero hay que ver hasta qué punto se acepta el precio por parte de los consumidores", afirma Osta.

El exceso de Celia Villalobos que marcó al sector

El consumo del aceite de orujo de oliva en España es de 16.000 toneladas, muy lejos de las 60.000 que registraba hace 20 años. El sector pasó por una grave crisis en 2001, cuando el Ministerio de Sanidad, dirigido entonces por la ‘popular’ Celia Villalobos, retiró 30.000 toneladas de producto por las altas cantidades de un producto cancerígeno llamado benzopireno. Sin embargo, la actuación del Gobierno fue excesiva a juicio de los tribunales de Justicia. En 2007, el Supremo sentenció que el orujo era un producto saludable, pero ya el daño estaba hecho y el consumo nunca fue el mismo.

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