Los olivareros toman Sevilla para reclamar 1.500 millones "que nos han robado"

Manifestación por un precio justo del aceite

La Junta quita importancia a la protesta porque sólo la ha secundado "la mitad del sector".

El kilo de aceite se vende a 0,70 euros por debajo de su coste.

Manifestación en Sevilla por los bajos precios del aceite / José Ángel García
Raúl Estévez - Vídeo: José Ángel García

09 de julio 2019 - 14:51

Sevilla/Unas cinco mil personas, según fuentes oficiales, y cerca de veinte mil, según los organizadores, se manifestaron esta mañana por Sevilla para presionar a la Junta, el Gobierno central y la Comisión Europea a que establezcan medidas que impidan vender aceite por debajo de precio de producción en España.

Según los dirigentes de las organizaciones impulsoras de la protesta, COAG y UPA, con el apoyo de CCOO y UGT, los productores, la base del sector, están llegando a un punto crítico. El problema es que se están viendo obligados a vender el aceite de oliva a dos euros el litro, cuando los costes de producción alcanzan los 2,70 euros.

Especulación y falta de recursos

Los cálculos de COAG y UPA estiman que los productores están perdiendo 1.500 millones anuales como consecuencia de la falta de una legislación que proteja sus intereses y facilite "la especulación".

También culpan de la situación "que está llevando a la ruina a miles de trabajadores del campo andaluz" a la carestía de recursos para controlar la entrada en España de aceite procedente de otros países. Por eso, reclamaron más dinero para inspectores de fronteras. "A nosotros se nos exige mucho y a los países que mandan el aceite aquí poco. A saber qué calidad tiene el aceite que está entrando por las fronteras españolas", reivindicó el secretario general de UPA, Miguel Cobos.

Además, pidieron a la Junta menos promesas y más inversión en promoción para "vender nuestro aceite en toda Europa y Estados Unidos".

Por este motivo, reclaman principalmente la elaboración de una ley que permita la autorregulación del sector y evitar así que se inunde el mercado de aceite, muchas veces sin haber pasado los controles que los productores afectados creen imprescindibles.

El objetivo es alcanzar un mercado similar al de Italia donde el aceite se vende "entorno a los cinco euros".

Multitudinaria protesta contra la especulación con el aceite andaluz en Sevilla.
Multitudinaria protesta contra la especulación con el aceite andaluz en Sevilla. / José Ángel García

Sin color político

En su intervención en la plaza de España, donde finalizó la marcha un par de horas después de haber salido del estadio del Betis a las 10.30, Cobos gritó: "No sobra aceite, sobran especuladores".

Los afectados por el bajo precio del aceite atacaron duramente a las direcciones de la federaciones de las cooperativas y a Asaja por no participar en la protesta. Les acusan de estar haciéndole el juego a los intermediarios, "que son los que se están llenando los bolsillos con nuestro sudor".

Además, criticaron que "ahora estén en sus oficinas esperando ver las noticias para saber qué está pasando aquí en Sevilla".

Los organizadores rechazaron que la reivindicación tenga un componente político, como se ha insinuado desde algunos sectores. "Nadie tiene que decidnos cuando nos toca movilizarnos. Nosotros nos manifestamos cuando lo necesitamos", sentenció Cobos, quien añadió que "sólo queremos que nos devuelvan los 1.500 millones que nos han robado".

Lo peor, en septiembre

El secretario general de COAG Andalucía, Miguel López, por su parte, fue aún más duro y no fue reticente a utilizar un lenguaje "directo", aunque fuera malsonante, para avisar a los especuladores de que la base del sector olivarero andaluz ya ha alcanzado su límite de aguante.

López advirtió igualmente de que lo peor está por llegar y lo hará, concretamente, en septiembre cuando "empiecen a llegar las liquidaciones a 1,90 euros, 2 euros o 2,10 euros y no se puedan pagar las facturas".

El representante sindical recordó que muchos agricultores están teniendo que vender su patrimonio para poder hacer frente a esta situación.

Los organizadores confirmaron su intención de extender la protesta a Madrid el próximo septiembre. "No vamos ahora porque hay un Gobierno en funciones. Ya tenemos mucha mili para saber que ahora no es el momento de sentarnos en ninguna mesa", aseguró López.

Y tras Madrid, llegará Bruselas. "Vamos a ir donde haga falta para que nos escuchen", anunció el responsable de COAG.

Reacción de la Junta

El portavoz del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, precisó tras la reunión del Consejo de Gobierno de los martes que "no todo el sector es el que se ha manifestado este martes, sino una parte", por la falta, sobre todo, de Asaja y a Cooperativas Agro-alimentaria.

Aún así, Bendodo aseguró que la Junta está comprometida con el sector olivarero y recordó que el presidente del Ejecutivo andaluz, Juanma Moreno, mantuvo una reunión la semana pasada con las organizaciones agrarias y las cooperativas para mostrar su apoyo a esta industria "estratégica" en Andalucía.

El portavoz del Gobierno también dirigió la protesta contra el Ejecutivo en funciones de Pedro Sánchez e indicó que la consejera de Agricultura, Carmen Crespo, ya le ha pedido que asuma su responsabilidad" en este conflicto.

“Protestamos cuando no hay arreglo”

Sombrero de paja y botella de agua es el equipamiento básico. Para ser 9 de julio en Sevilla, el calor es aceptable. El mercurio siempre alrededor de los 30 grados, pero sin acercarse a los fatídicos 40 que hacen que estar al sol sea jugarse la salud.

Aún así, hace calor. Mucho. Pero los manifestantes que recorren los 4 kilómetros que separan al estadio Benito Villamarín de la Plaza de España, rodeando por el Palacio de San Telmo y el Prado de San Sebastián, no se quejan ni aprietan el paso. Quieren hacerse visibles, que se escuche su reivindicación de que con los actuales precios de pago en origen del aceite de oliva andaluz van a la ruina.

Y con ellos, gran parte del campo. Decenas de pueblos rurales que todo el mundo dice que quiere salvar, pero cuyos habitantes tienen que ir periódicamente en protesta a la capitales –ya sea Sevilla, Madrid o Bruselas– para que les hagan de verdad algo de caso.

"Protestamos cuando esto ya no tiene arreglo. Siempre pasa igual", comenta resignado un manifestante de mediana edad con la piel curtida. En el olivar, el sol y el calor son compañeros inseparables de los trabajadores que forman la base del sector.

El resto de componentes –media docena– del grupo que le acompaña desde Torredonjimeno asiente. No es óbice para, a reglón seguido, gritar a pleno pulmón la clásica consigna: "Si esto no se arregla; guerra, guerra, guerra".

Otro grupo procede de Villanueva de Algaidas. Su pancarta reza un simple: "Por su olivar". A veces, la afirmación más simple es la más efectiva entre tanto ruido mediático.

El resto de poblaciones que acudieron a la manifestación complementan el mensaje de protesta con sus propias pancartas. Porcuna: "Por un precio justo". Arjona: "En defensa del olivar tradicional".

Tras cada cartel reivindicativo, se reúnen personas de todas las edades. A veces, familias enteras. "Nos jugamos nuestra subsistencia", resumen tres mujeres, de las miles que acudieron ayer a Sevilla.

Cuando la serpiente bicolor del amarillo de las bandeloras de COAG y del blanco de UPA –Asaja y Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía rehusaron acompañarles– llega a la plaza de España, a las cercanías de la Delegación del Gobierno en Andalucía, muchos afectados enfilan el camino a los autobuses. Han sido dos horas y media de caminata y queda para la mayoría varias horas más de ruta hasta casa.

Los turistas que visitan la Plaza de España dejan un rato de admirar la belleza del monumento, los selfies y los espectáculos flamencos a pie de las escalinatas. Por unos minutos, los olivareros andaluces son la mayor atracción.

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