Una denuncia social sin palabras

83 años de 'Tiempos modernos' de Chaplin

Tal día como hoy de 1936, se estrenó la última película muda: 'Tiempos modernos', de Charlie Chaplin, una obra de autor que refleja la excesiva automatización del trabajo, una preocupación muy actual

Charlot vive en sus propias carnes los horrores del capitalismo.
Charlot vive en sus propias carnes los horrores del capitalismo.
Paco Núñez

05 de febrero 2019 - 04:53

Tornillos, tuercas, máquinas sin alma, trabajo en serie, deshumanización, tapones que se colocan en las botellas a golpe de mecanismo programado... El debate internacional sobre los límites de la inteligencia artificial, tan de actualidad, ya fue el leitmotiv de una obra maestra cinematográfica de principios del siglo XX, Tiempos modernos (Charles Chaplin, 1936) que tiene la curiosidad de ser la última de una especie ya extinta (salvo alardes de autor del tipo The artist, dirigida por Michel Hazanavicius en el año 2011, o la española Blancanieves, de Pablo Berger, de 2012): el cine mudo.

Extenuado por el rodaje de Luces de la ciudad, Chaplin se ausenta de Estados Unidos 18 meses, tiempo en el que realiza una gira por distintos continentes en los que intercambia conocimientos con Churchill, Keynes, Einstein y Gandhi. Cuando regresa a su país, duda en acometer la producción de una nueva película muda (hacía ya casi 10 años que se había estrenado El cantor de jazz). Solo su relación sentimental con la actriz Paulette Godard consigue sacarlo de una profunda melancolía.

Charlot entra en pánico por culpa del trabajo en cadena.
Charlot entra en pánico por culpa del trabajo en cadena.

A raíz del crac de Wall Street de 1929, el vagabundo Charlot simboliza la miseria vinculada al paro. Entonces, Chaplin se compromete con el New Deal, emprende la redacción de un ensayo idealista sobre economía y publica en la prensa sus opiniones izquierdistas próximas al presidente Roosevelt. En ellas, expone su temor a que "el capitalismo y el recurso a la mecanización en la producción agraven el paro" (estos artículos y las escenas de algunas de sus películas le costaron, años después, ser presa de la caza de brujas del senador Joseph McCarthy).