El Fiscal

Urbanismo y cofradías

  • La ciudad cambia, se modifica el paisaje urbano y se pierden para siempre imágenes que un día fueron portada por su altísimo valor

El Cristo de la Salud el Miércoles Santo de 2000

El Cristo de la Salud el Miércoles Santo de 2000 / Antonio Pizarro (Sevilla)

Fue la fotografía de la portada de este periódico el Jueves Santo de 2000. Un vecino miraba al Cristo de la Salud desde una de las ventanas del inmueble regionalista ubicado a la vera del puente, el que la piqueta ha derribado hace unos días. La instantánea reunía características fundamentales:belleza, composición y capacidad de sintetizar la hermosa decadencia de un edificio que fue envejeciendo a la par que el arrabal. El crucificado y el devoto, las persianas y las macetas, el guardabrisa que se asoma y el muro descascarillado. Una imagen de impacto que hoy ya es imposible por la falta de sensibilidad de una ciudad que no cuida su patrimonio, que se vulgariza a paso de mudá, que se muestra insensible, indolente y pasota porque sigue acomodada en la creencia de que Sevilla es la ciudad más bonita del mundo, pese a todo...

El edificio demolido por la piqueta El edificio demolido por la piqueta

El edificio demolido por la piqueta / C. N. A. (Sevilla)

Una vez me confesó un fotógrafo que le hubiera encantado captar la imagen de una cofradía pasando por delante del desaparecido teatro San Fernando, que no tenía precisamente una fachada de gran belleza. El edificio fue demolido y todavía se lamenta de no haber disparado la cámara.

La fotografía tomada por Antonio Pizarro en San Bernardo hace veinte años bien podría haber sido motivo de debate de aquellas jornadas que en cuaresma abordaban la relación de la Semana Santa con el urbanismo. La fiesta y el planeamiento de la ciudad siempre van parejos. Algún día adquirirán un valor especial las fotos de la Buena Muerte con la obra del Metro de fondo, como hoy las tienen las de los nazarenos en blanco y negro junto a tranvías que ya no existen.

Caen los edificios. Se marcharon los vecinos de siempre. Se alzaron bloques para gente de alto poder adquisitivo. Desapareció el bar Trabajadera con todo su sabor y su tirados de cerveza imparable cada Miércoles Santo. Cambian los escenarios, los fondos, los tiempos, la arquitectura, el estilo floral de los pasos, la música, los gobiernos, los alcaldes... Pero el Cristo de la Salud seguirá pasando y seguro que no le faltarán nunca miradas como las de aquel año, aunque ahora la que está descascarillada no es la pared, sino el alma de la ciudad que no se respeta a sí misma, porque considera como nostalgia mal digerida el respeto a su patrimonio histórico, y porque acepta adefesios como apuesta por la modernidad mal entendida.

Alejandro Mateos y Francisco Verdugo Alejandro Mateos y Francisco Verdugo

Alejandro Mateos y Francisco Verdugo / M. G. (Sevilla)

Un paso adelante en la Corona

Nunca mejor dicho. La Corona ha firmado el contrato de talla del paso con el prestigioso artesano Francisco Verdugo. La obra estará lista en tres años. Y el próximo año podremos admirar ya unos avances que aseguran que serán de éxito indudable. En la imagen, el hermano mayor, Alejandro Mateos, con Verdugo, también reconocido como gran cofrade del Cerro.

Oído en Pureza

“¿De verdad que Francisco Rivera Ordóñez no fue a votar el miércoles pese a que se presentaba como consiliario primero en la lista de Juan Antonio Rodríguez? No entiendo nada”.

Período de calma

El que necesitamos todos una vez que han pasado los reñidísimos cabildos electorales. Si los andaluces hemos soportado tres elecciones en seis meses, algunos hemos padecido el sufrimiento añadido de las elecciones en determinadas hermandades. Con julio llega la calma, una tranquilidad que algunos necesitamos después de determinados episodios vividos que han sido sonrojantes. Ni los que han ganado van a cobrar una paga vitalicia, ni los que han perdido son ningunos fracasados. Guarden todos la compostura, que no es para tanto. Yno dejen de acudir a la hermandad, que casos hay de quienes aspiraron a hermano mayor, perdieron en las urnas y no se les vio más el pelo. O la calva, según cada caso.

Suceso en la Macarena

Ocurrió hace muy pocos días en la Basílica. El cliente de bar muy próximo al templo presenció en directo cómo salía disparado el badajo de una de las campanas. Por fortuna no hubo que lamentar daños personales ni materiales. Cayó en una zona de azotea no practicable. El susto se lo llevó el único testigo, al que se le atragantó el café matutino. Hubo fortuna.

El Lagarto de la Catedral

"Mi querido y siempre inquieto Fiscal, te veo aturdido por el calor. ¿Por qué no le preguntas al padre Mellet qué alumna baratillera ha sacado una extraordinaria calificación en el máster para expertos en matrimonio canónico que imparte en la Universidad de Sevilla?"

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