Puro estilo Borrás. ¡Cómo recuerda el cartel de los 400 años del Cristo del Amor a aquella genialidad con la que anunció la Semana Santa de 1996! Juan de Mesa labró el crucificado en el barrio de la Alameda.Cuatro siglos después, don Francisco ha pintado este cartel en el mismo barrio. El resultado es un precioso óleo sobre tabla del que casi nos quedamos sin saber por la maldita pandemia, el estado de alarma y el dichoso encierro.

La obra de este catedrático de Dibujo al Movimiento trata de seguir los trazos de la gubia del escultor para ser fiel hasta en los claroscuros. Intenta conjugar el dramatismo y la monumentalidad con la sensibilidad y la fuerza.

Borrás nos ha regalado un cartel con colores fríos y azulados en una graduación de luces y sombras que conducen a la zona inferior izquierda, donde aparece una representación iconográfica de la estación de penitencia bajo una nebulosa difuminada. Ahí se mezcla lo etéreo con lo concreto. Se trata de una serena evocación que da lugar a una realidad soñada en la estación de penitencia.

Imagen del cartel en óleo de Francisco Borrás.

En la obra se acentúa lo fundamental de la imagen, las pinceladas frías dejan paso al nacimiento del crepúsculo, un crepúsculo valiente de colores vivos, rojos, amarillos, que simbolizan el ciclo de la luz y el color de la ciudad de Sevilla. Aquí es justo donde se aprecia el Borrás más genuino, el que ha obtenido reconocimientos internacionales sin perder su fuerte arraigo en Sevilla.

El autor deja ver las siluetas y espacios soñados del templo del Salvador y de la Catedral como si fuera la poesía muda de la obra.

El crepúsculo deja paso al desgarro, la dulzura y expresividad de la imagen del Cristo. A través de un trazo sutil de reflejos y matices hacen emerger con fuerza hacia el horizonte el dolorido escorzo de la imagen del Señor, que un intento de movimiento parece elevarse hacia la luz de la cúpula del Salvador, donde el punto blanco de luz adquiere la función de camino y de nexo de unión del amor de Dios hacia los hombres. ¡No podía faltar el movimiento, nunca falta en las obras de este pintor!

La obra huye de la monotonía de planos y ángulos de visión, donde la posición elevada de la imagen con una mirada de agonía final hacia abajo nos intenta transmitir un sentido trascendente y al mismo tiempo una mirada hacia sus hijos en un intento de pregón pictórico: el del amor.

Borrás es un constante buscador de la belleza mediante la plasmación del movimiento. El movimiento en pintura no es retratar a un atleta en plena competición, no es pintar la sensación de velocidad, no es reproducir la sensación de desplazamiento mediante una estela difusa como un correcaminos de los dibujos animados. El movimiento en pintura consiste en saber dibujar muy bien y plasmar tres conceptos:el pasado, el presente y el futuro. Y el futuro supone por lógica un ejercicio de ficción, de abstracción si cabe, donde se combinan las matizaciones, las veladuras y otras pinceladas con las que se imprime dinamismo. El pintor bebe de los oasis de belleza que halla en su peregrinaje perpetuo por el desierto de la vocación. La belleza puede estar en la mujer, aunque sea de una edad avanzada; en el carácter de una persona y, en general, en la exquisitez de las cosas. Y esta vez está en el amor de Dios por los hombres.

Luis Rueda conversa con los Reyes de España el pasado lunes

El canónigo que atendió a los Reyes

Fue el único canónigo de guardia en la Puerta del Príncipe por si Sus Majestades querían entrar en la Catedral en su paseo hasta el Alcázar. Don Luis Rueda atendió a los Reyes, que se limitaron a acceder al atrio y preguntar por el turismo. “La Catedral está cerrada a la espera de que haya visitantes”. Y explicó a Don Felipe y Doña Letizia la experiencia de la visita nocturna que se estrena este verano. No lució chaqueta porque la Casa Real advirtió a todo el mundo que del Rey no la llevaba. Por eso el canónigo está en mangas cortas ante el Rey con la cubana.

¡Así se hace!

Esta semana hemos conocido una noticia la mar de interesante y reveladora. La Esperanza de Triana devolverá hasta el 30% de la cuota a los hermanos afectados por un Erte o en caso de ser autónomo, demostrar un cese de actividad. Deberán estar al corriente de los pagos y demostrar la situación mediante documento. El periodo para solicitar esta medida es del 1 al 31 de julio. La hermandad de la calle Pureza manifiesta que con esta medida pretende cumplir con uno de los tres pilares básicos de la corporación, como es la caridad, cuya labor se ha incrementado notablemente desde que se decretó el estado de alarma por la pandemia de coronavirus.

Sin más historias

El hermano mayor, Sergio Sopeña, no ha tenido que pensarlo tres meses, ni mucho menos esperar a la convocatoria de un cabildo general. La junta de gobierno, que para eso está, ha tomado la decisión con todas las consecuencias. Y la decisión es digna de aplauso tanto por el contenido como por la forma en la que se ha hecho. Ni camelos, ni tibiezas.

Una doble buena noticia

Que Vicente Flores sea el único candidato a hermano mayor en la Paz es una gran noticia por dos motivos. Por su perfil, el de un ciudadano profundamente conocedor de la ciudad, de las cofradías y de las prioridades de la sociedad actual, y porque no habrá enfrentamientos en las urnas, de los que siempre dejan herida la vida interna de una corporación.

El pertiguero

Primer golpe. Oído. “No quiero ser pesimista, pero sacar al Señor en octubre será... difícil. ¿Un traslado alternativo? Fiscal, no lo sé, eso ya no es cosa nuestra, pero las cosas han venido mal dadas. Y ya sabes mi opinión sobre la Semana Santa de 2021”. Segundo golpe. El pescao frito no vacuna contra ningún virus, pero está bueno, sobre todo si es de la Puerta de la Carne. Tercer golpe. Ignacio Soro se perfila como próximo hermano mayor del Gran Poder. Y ciriales arriba. El paso del Cristo de la Sed sigue en la Fundación Cajasol.

El Lagarto de la Catedral: "Todo en calma por la Catedral, mi querido y siempre inquieto Fiscal, tras el revuelillo de los nuevos canónigos. A mi me gustaría que supiesen Latín, pero ya sabes que cada vez hay menos curas que sepan la lengua de Cicerón... A ver si alguno nos sorprende"