Algo se muere en el alma

Puerta de los Palos

La misa de despedida de monseñor Asenjo dejó momentos para la emoción y el análisis: muy hermosa la homilía, en Teodoro León hay un futuro obispo y qué gran liturgista Rueda

El abrazo de monseñor Asenjo con el abogado Joaquín Moeckel
El abrazo de monseñor Asenjo con el abogado Joaquín Moeckel / Juan Carlos Vázquez

06 de junio 2021 - 07:00

Sevilla/Fue para el que escribe la reflexión más hermosa de la homilía de monseñor Asenjo en una mañana para la emoción y la autenticidad. “Me despido de la Iglesia de Sevilla, a la que quiero seguir sirviendo con el lenguaje discreto pero eficacísimo de la oración por todos sus miembros. En la plegaria, queridos hermanos y hermanas nos encontraremos cada día”. Aprendan los dirigentes públicos cómo hay que irse de los cargos. En ese anuncio hay toda una declaración de intenciones sobre lo que hará el próximo arzobispo emérito. No lo busquen en conciliábulos ni sectores críticos o resistentes a los cambios. Monseñor Asenjo se llevó el cariño de las autoridades y de amigos personas.

Antonio Pulido y Salvador Blanco, con sus esposas.
Antonio Pulido y Salvador Blanco, con sus esposas. / Juan Carlos Vázquez

¡Qué emoción cuando vio a Salvador Blanco, ex vicepresidente de Cajasur y ex alcalde Palma del Río! No faltó su admirado Pulido, presidente de la Fundación Cajasol, que lo seguirá invitando a almorzar en la sede de la Plaza de San Francisco. “Yo le acompaño a Palacio, don Juan José”. Y se dan los dos ese paseo, que es lo mejor del día.

Se echaron en falta a hermanos mayores, probablemente no invitados por restricciones del Covid. Vimos a Francisco Vélez (Consejo de Cofradías), Guillermo Mira (Sacramental del Sagrario), Eutropio García (Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes) y Joaquín Moeckel participar en la oración de los fieles. El cardenal Amigo no paró de recibir afecto.

La emocionante despedida de monseñor Asenj con la consejera Patricia del Pozo
La emocionante despedida de monseñor Asenj con la consejera Patricia del Pozo / Juan Carlos Vázquez

¡Qué confidencias emocionadas compartió don Juan José con la consejera de Cultura, Patricia del Pozo! ¿Y con las religiosas, a las que siempre ha apoyado y que ha visitado con frecuencia en sus monasterios? Por supuesto estuvo el alcalde, Juan Espadas, que lo hizo Hijo Predilecto, acompañado por el teniente Cabrera. Y el siempre ubicuo y afectivo Ricardo Sánchez, la sonrisa de la Junta de Andalucía en Sevilla.

El mensaje de gratitud del deán y vicario general, Teodoro León, fue el propio de un sacerdote culto y brillante. Perfecta la dicción y medido el contenido. Acaso echamos en falta el tratamiento de “Su Excelencia” o de “Señor Arzobispo” en lugar del simple “usted”. León está llamado a la ordenación episcopal más pronto que tarde.

El teniente general José Rodríguez recibe la comunión de manos del arzobispo
El teniente general José Rodríguez recibe la comunión de manos del arzobispo / Juan Carlos Vázquez

Llamó la atención como la intérprete del lenguaje de signos hacía su trabajo sin problemas como los cánticos en español. Pero en latín se quedaba quieta. Lógico. ¿Y qué me dicen de don Luis Rueda? ¡Qué perfección de liturgia en el altar, qué tacto al asistir a don Juan José en la lectura de la homilía y otras partes de la misa. Si de algo puede presumir el Cabildo Catedral en las últimas décadas es, entre otras cosas, de grandes liturgistas, como Ángel Gómez Guillén antes y ahora el muy querido Luis Rueda.

Canasto elaborado por los Hermanos Delgado
Canasto elaborado por los Hermanos Delgado / M. G.

La fina orfebrería de los Delgado

La vuelta a la normalidad es que Pepe Miralles, cofrade de Huelva en Sevilla y de Sevilla en Huelva por obra y gracia de la A-49, me envíe los estrenos de su hermandad sacramental que han sido trabajados en ese santuario de la fina orfebrería sevillana que es el taller de los Hermanos Delgado. Si ustedes no han visitado ese taller de la calle Goles, intenten por todos los medios que alguien les lleve, sobre todo desde que no pulula por allí cierto perro con cara de pocos amigos. Fíjense en la preciosidad del canasto y del farol de mano, de los que se han hecho dos de cada uno. Se trata de un canasto oferente para los pétalos que se lanzan al Santísimo Sacramento y faroles para alumbrar el manifiesto. Este Miralles, reconocido costalero y cofrade de las penitencias de las dos ciudades de sus amores, sabe que todo, absolutamente todo, debe ser para Su Divina Majestad.

Farol de mano
Farol de mano / M. G.
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