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“Compartir un décimo con alguien es decirle que te importa”
Alberto Pérez Rozos, coordinador del Plan Andaluz de Radioterapia
Estudió Física en la Complutense y pensó en dedicarse a las radiaciones. Pero el desmantelamiento de las centrales nucleares le hizo buscar un nuevo camino. "Descubrí que existía una aplicación de la física en la medicina que se dedicaba a ayudar en oncología", dice. Fue su forma de hallar una aplicación directa al beneficio de la sociedad. Como coordinador del Plan Andaluz de Radioterapia está poniendo en marcha los equipos adquiridos por la donación de la Fundación Amancio Ortega, como el acelerador que ya funciona en el Hospital Regional de Málaga.
-¿Encontrar el tratamiento definitivo contra el cáncer es una quimera?
-Cuando hablamos de cáncer no lo hacemos de una enfermedad, sino de un conjunto de más de 200 enfermedades absolutamente distintas y diferenciadas. Hallar una cura genérica será muy difícil y no la tendremos a corto plazo. Se irán produciendo avances en determinados tipos de cáncer y van a ser cada vez más espectaculares, el campo de la genética y la radiómica nos abren escenarios que hace pocos años no podíamos ni imaginar. Aun así, los resultados están muy por venir y por estudiar.
-¿La inversión en investigación es clave?
-Claro. Gran parte de lo que estamos financiando ahora no sabemos para qué va a servir. Tenemos que hacer mucha investigación básica aunque de momento no sepamos si tiene aplicación o en qué. De no hacerlo, nos estaremos cerrando el futuro.
-Usted está ayudando a poner en marcha los equipos adquiridos gracias al convenio con la Fundación Amancio Ortega, que se firmó en 2016. ¿Qué ha supuesto esta inversión de 40 millones?
-En Andalucía la inversión en radioterapia siempre ha estado muy bien prevista. Existe el Plan Integral Oncológico Andaluz, que cubre todas las gamas de la oncología. Desde hace más de 15 años se trabaja de manera continua en prever las necesidades del sistema. Cuando llegó el dinero de la donación, sabíamos perfectamente en qué teníamos que gastarlo. Lo único que hicimos fue ejecutar el documento que teníamos, que de no haber llegado dinero de la donación, la Junta de Andalucía hubiera acabado financiando esas compras, solo que hubiera costado conseguir esa financiación tan espectacular. De alguna forma, la fundación vino a facilitar este trabajo.
-¿Qué se ha adquirido?
-En Andalucía se han comprado 17 aceleradores de radioterapia, cuatro equipos de tomoterapia, dos TAC de simulación, una red de registro y verificación de tratamientos de radioterapia, un sistema de planificación centralizado y se han actualizado un buen número de aceleradores.
-Luego han tenido que instalarse...
-Sí y cada renovación de un búnker cuesta entre 200.000 y 300.000 euros, que la mayoría han sido financiados por la Junta. Para instalar un nuevo acelerador hay que renovar el búnker entero. Es una máquina que pesa varias toneladas y se mueve con exactitud mejor que un milímetro, de décimas de milímetro. Si no se hace una preparación en el suelo esa exactitud queda perdida, lo que nos exige excavar en el hormigón, poner una nueva losa de hormigón, una base específica, hay que renovar la climatización, los cableados informáticos, el cuadro eléctrico... es un proceso muy largo, alrededor de un año.
-¿Qué es exactamente un acelerador?
-Un acelerador lineal es un aparato que lo que hace es coger electrones, acelerarlos, hacerlos chocar contra un blanco y generar radiación. Nosotros utilizamos esa radiación para tratar a los pacientes. Y los nuevos aceleradores lo que incorporan son una serie de mejoras. La base del tratamiento no cambia, pero son mucho más automáticos, más rápidos y eficaces para liberar un tratamiento. Nos permiten abordar tratamientos mucho más complejos como si fueran sencillos y muy, muy rápido. Un sesión venía a durar entre 15 y 20 minutos. Con este acelerador, somos capaces de hacer lo mismo en un minuto, es una diferencia clave para dedicarle más tiempo al proceso de preparación, que el paciente esté más cómodo y aguante mejor. Además, son máquinas muy seguras.
-¿Por qué ha sido criticada esta donación?
-Existe un debate político detrás sobre si la sanidad tiene que estar financiada con donaciones o no. La base de la financiación tiene que ser a través de los impuestos, y así es en el sistema español. Eso no quita para que todas las donaciones sean absolutamente bienvenidas, son complementos al sistema. No solamente tenemos que aceptarlas sino ponerlas de ejemplo y agradecerlas porque nadie está obligado a hacerlas.
-En la carrera contra el cáncer, ¿en qué posición se encuentra Andalucía?
-Andalucía es puntera en la lucha contra el cáncer principalmente por el diseño que ha tenido del plan oncológico, que ha sido un éxito. En dotación tecnológica estábamos bien, aunque un poco por debajo de la media. Donde ahora vamos a pegar un salto tecnológico es en los medios de verificación de los tratamientos de los pacientes. La red de registro de planificaciones de tratamientos es pionera en toda Europa.
-¿Cuál es el siguiente paso que habría que dar?
-Los tratamientos con protones. Los profesionales los tenemos y lo que nos haría falta es decidirnos por tener una instalación de este tipo, que pondría a Andalucía en el mapa mundial de tratamientos de radioterapia.
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