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Ignacio Montero de Espinosa | Oftalmólogo

"La alianza entre médicos y asociaciones de pacientes está revolucionando la asistencia"

El oftalmólogo Ignacio Montero de Espinosa.

El oftalmólogo Ignacio Montero de Espinosa. / Juan Carlos Muñoz

Ignacio Montero de Espinosa es un reconocido oftalmólogo sevillano especializado en cirugía refractiva con láser, glaucoma, superficie ocular o cirugía de cataratas, entre otros ámbitos. Director de la Clínica Oftalmológica Salud Ocular, en su currículum destacan las jefaturas de la especialidad en los hospitales Virgen del Rocío y Virgen Macarena, además de la presidencia de la Sociedad Andaluza de Oftalmología. Entretanto, le queda tiempo para colaborar en proyectos académicos y de investigación, así como en misiones de ayuda internacional.

- ¿Goza de buena salud la Oftalmología andaluza?

- Podemos decir que sí. Vivimos en una tierra en la que siempre ha habido ofatlmólogos muy buenos, digamos que punteros a nivel internacional. En la actualidad, el sistema MIR y el aprendizaje ha mejorado muchísimo. Tenemos una atención muy buena y aquí podemos encontrar cualquier técnica que se esté aplicando ya el cualquier parte del mundo. El problema lo tenemos en la prevención. Creo que ahí es donde fallamos  

- ¿Qué es la salud ocular?

- Es el cuidado de la vista para que no la perdamos. La visión ha sido siempre absolutamente necesaria, pero ahora lo es más porque tengamos la edad que tengamos todo lo hacemos con la vista, es decir, todo es a base de pantallas y aparatos que requieren de una buena visión. Todo eso hace que la visión sea ahora mucho más necesaria que hace unos años. Por ello, el cuidado de la visión está centrado, precisamente, en no perderla. Nuestro empeño actual es evitar las pérdidas de visión, las cegueras que son evitables.

- ¿La ceguera aumenta?

- Sí. Y lo hace, básicamente, porque vivimos más tiempo. Se deterioran muchas funciones de nuestro organismo, y la visión también. Pero, además, hay un factor que afecta muchísimo a la pérdida de visión en personas jóvenes y es la mayor supervivencia de los niños que nacen prematuros con problemas de visión.

- ¿Cómo se avanza frente a la ceguera?

- Actualmente la tecnología es la principal arma para evitar la ceguera. Gracias a la tecnología, la cirugía se ha vuelto más segura y hoy en día se pueden resolver desprendimientos de retina o glaucoma que antes no podíamos por falta de medios. Es un avance del que nuestra especialidad se ha beneficiado mucho. También nos ha ayudado mucho en el diagnóstico. Antes era todo más intuitivo en base a algunos signos clínicos y ahora somos capaces de ver con visión microscópica el proceso que está ocurriendo en el ojo. También nos estamos viendo muy beneficiados por la Inteligencia Artificial, tanto en la gestión de la asistencia como de la propia enfermedad.

- La degeneración macular asociada a la edad es la primera causa de pérdida de visión severa y en la que, precisamente, están llegando los últimos avances...

- La degeneración macular es la atrofia de un trozo muy pequeño de la retina, pero es, precisamente, la zona central de la misma donde tenemos la agudeza visual. Es un trozo de la retina muy especial que sufre con mayor intensidad el envejecimiento del cuerpo. Al vivir más tiempo, las personas tienen más probabilidad de sufrir una atrofia de la mácula. Lamentablemente no tenemos soluciones ahora mismo para evitarla, pero sí tratamientos que lo que hacen es retrasar su evolución y en esa es en la línea en la que van los avances.

- ¿Qué supone para su tratamiento el nuevo implante ocular de Samsara Visión presentado recientemente en Sevilla?

- Realmente no va a suponer una curación de la degeneración macular, pero sí grandes ventajas para las personas que ya han sufrido el daño. Hace posible mejorar la poca o mala visión que ya tienen. Es un sistema óptico que les ayuda a aprovechar al máximo la visión que les queda a través de un sistema de telescopio microscópico que se instala dentro del ojo y eso les ayuda a aprovechar muy bien la visión que les queda. Podemos decir que es un tratamiento paliativo para las personas que tiene muy baja visión. Va a ayudar a muchas personas, pero no cura.

- ¿Cree que es posible encontrar una vía de curación para la ceguera?

- Nuestra esperanza ahora mismo está centrada en las terapias génicas, capaces de cambiar el comportamiento en las células madre. La retina realmente es un trozo del cerebro y, por ello, precisamente, hay que tener en cuenta que los tejidos neuronales son muy difíciles de reparar, no se pueden hacer, por ejemplo, trasplantes como con cualquier otro órgano. Lo que estamos trabajando es conseguir reparar la retina con células nuevas, sobre todo, en las degenaraciones maculares hereditarias. Se cambia ese gen defectuoso y esas personas pueden recuperar visión y evitar la enfermedad. Yo creo por ahí va a venir la solución, por la línea de las terapias biológicas. Las soluciones tecnológicas son puntos de ayuda, pero la curación vendrá por el tratamiento de las células que componen la retina.

- ¿Se invierte lo suficiente en investigación?

- No. Ese es nuestro gran agobio. Vemos que la investigación en la Oftalmología, ya era poca, y en los últimos años ha decaído muchísimo. Se invierte muy poco y, además, la poca investigación que se hace es casi consecuencia de un esfuerzo altruista de muchos médicos e instituciones. En ello está incluyendo mucho la buena relación de los profesionales con las asociaciones de pacientes. Nos hemos convertidos en buenos aliados y eso está revolucionando, no sólo la clínica diaria, sino también la investigación.

- ¿Es la Oftalmología una especialidad conocida?

- Yo diría que es una especialidad popular, pero no conocida. Popular porque realmente los problemas de visión nos afectan a todos. Es una realidad que a todos los da pánico perder la visión, por ello, todos los avances en esta línea tienen una repercusión a nivel social muy importante. Pero, realmente, el conocimiento de la especialidad es muy pobre. Yo diría que es una especialidad misteriosa porque es realmente es compleja. 

- ¿Cuál es la parcela en la que centran hoy día sus esfuerzos los oftalmólogos?

- Sin duda, la prevención. Sobre todo, de la ceguera evitable. Yo creo que ese es el objetivo principal de toda la Oftalmología en este momento. Conseguir una fuerte decisión política por evitar la ceguera. Para eso hace falta un plan de prevención  e invertir un poco, pero sobre todo, buena organización y voluntad de hacerlo.

- ¿Qué es lo más duro a lo tiene que hacer frente un oftalmólogo en consulta?

- Siempre es complicado diagnosticar enfermedades que son graves, mortales, del tipo tumores o problemas circulatorios a nivel cerebral, pero lo peor para los ofatlmólogos es tenernos que enfrentar al que es para nosotros el fracaso, la ceguera. Eso es un drama para nosotros en la consulta y para/con el paciente. Y eso es lo que pasa con la degeneración macular, por ejemplo, porque son personas que no llegan nunca a estar ciegos, pero su grado de invalidez es muy alto. La pérdida de visión se vive casi como una muerte. Como el paso a una vida que no quiere.  

- ¿Cuáles son los problemas a los que se enfrenta la Oftalmología en la etapa post-Covid?

- Ahora mismo lo que tratamos es de recuperar los buenos hábitos perdidos. Muchas personas han tenido miedo de ir a los centros sanitarios y tener contactos con otras personas, y ahí, hemos salido muy perjudicados porque en las consultas de ofatlmología se requiere de un contacto muy estrecho entre el médico y el paciente. Pero yo creo que esa etapa se está superando ya. Pero sí es cierto que se ha retrasado todo y hay pacientes que han empeorado por haber abandonado sus tratamientos. Es decir, es verdad que hacen falta médicos, pero el problema es que se han roto una serie de hábitos que no sabemos cómo recuperar y podemos decir que, en ese sentido, estamos en un momento de crisis.

- Parte de su vida profesional la dedica a participar en expediciones internacionales, a llevar la medicina a otras zonas con niveles muy básicos... 

- Es una de las buenas costumbres que tenemos en Oftalmología, como creo que también en otras muchas especialidades. Ahí estamos ante otro problema provocado por el Covid. Y es que, durante dos años, se ha roto esa asistencia que estábamos haciendo con países pobres, con pocos recursos sanitarios, y eso se ha roto y se ha notado muchísimo en esos países porque durante dos años han dejado de llegar médicos para ayudarlos, y ahora se está intentando recuperar el ritmo. Creo que es una labor muy importante. Aquí tenemos mucho nivel médico y llegas allí y ves que sobreviven con una asistencia sanitaria muy atrasada o, incluso, carecen de ella. 

- ¿Qué lleva un oftalmólogo a los países menos desarrollados?

- Procuramos llevar aquello que es más complicado en esos países como son las operaciones de cataratas. Sigue siendo la principal causa de ceguera a nivel mundial porque hay muchas zonas donde se carece de profesionales que realicen esa intervención. Fíjese que aquí es una cuestión que se resuelve con la mayor seguridad. Ese es nuestro principal foco en las misiones que hacemos. Pero luego, la experiencia nos hace ver que con sólo llevar antibióticos o unas simples gafas estamos cambiando vidas. 

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