“El rey Juan Carlos y Carrillo evitaron una segunda guerra civil”
Laurence Debray | Historiadora
Laurence Debray (París, 1976) nace el año que Suárez releva en la presidencia del Gobierno a Arias Navarro y Carrillo cruza de forma furtiva los Pirineos. Dos hechos cruciales en la aventura política del rey Juan Carlos I, al que esta historiadora, autora de ‘Hija de revolucionarios’ dedicó su tesina en la Sorbona, el libro ‘Juan Carlos de España’, un documental para la televisión francesa y, recientemente, el libro ‘Mi rey caído’ (Debate). Visitó al rey emérito en Abu Dhabi. Entre 1988 y 1992 residió en Sevilla, donde Alfonso Guerra fue su guía. Es hija de Regis Debray y nuera de Jean- Jacques Serban-Schreiber.
–“El verdadero amor es el que nada perdona”. Esta cita de Molière de su libro ‘Hija de revolucionarios’ valdría para ‘Mi rey caído’…
–Pero en el caso de mi familia el amor es de verdad.
–El libro del Rey lo abre con una cita de Marguerite Yourcenar. ¿Qué día del rey Juan Carlos I lo salvaría del olvido?
–Lo más fácil sería decir el 23-F, que sería una noche. Hay muchos.
–¿La heredera roja comparte con el heredero azul una traición a los suyos?
–Me rebelo, pero no los traiciono.
–¿Cómo se tomó que su padre le cambiara el retrato de Juan Carlos I por uno de Mitterrand en su cuarto?
–Creo que me fui de casa. Todas las decisiones eran políticas en mi casa. Mis padres me prohibían ver películas de Walt Disney o beber Coca-Cola porque eran americanas.
–Cuando va a entrevistarlo a la Zarzuela, hay un pasillo donde el rey tiene muchas caricaturas. Uno se lo imagina como Monsieur Hulot.
–No creo que muchos jefes de Estado tengan esa distancia tan grande con el poder.
–Hay unos cuantos biógrafos del rey Juan Carlos: Charles Powell, Paul Preston, usted, Carlos Herrera…
–Un personaje histórico necesita biografías.
–Usted nace en 1976, conocido como el año de la peluca…
–Carrillo entró en España con un pasaporte falso a nombre de Giscard.
–En la visita de Giscard, Carrillo se queja de la comida y dice que “el prestigio de nuestra Monarquía está en juego”…
–Es muy bonito. Se produce un compromiso histórico del Partido Comunista y la Monarquía por el bien de España que evita una segunda guerra civil.
–¿Es verdad que en París el rey Juan Carlos oyó tambores y preguntó si estaban preparando la guillotina?
–Era el primer rey que hablaba en la Asamblea Nacional desde Luis XVI. Éste habló y luego le cortaron la cabeza. Tenía sentido lo que dijo. Sentido histórico.
–Franco lo nombra heredero a título de rey en 1969 en la semana que el hombre llega a la Luna…
–Su declaración en las Cortes fue un día después. Creo que se pasó toda la noche anterior viendo el televisor.
–¿Usted vivió en Sevilla el síndrome de Stendhal?
–Sí. Y eso que conocía Roma. Pero para una niña de doce años Sevilla era una flor que se estaba abriendo, algo mágico.
–El rey Juan Carlos ha pasado de sujeto histórico a personaje de novela. ¿Novela de realismo mágico?
–Yo lo veo un personaje más que de novela de tragedia griega.
–En 2014, el año que abdica (y lo entrevista por primera vez), muere Adolfo Suárez. ¿Suárez o González?
–Sin Suárez no habría González. Con la reforma de Suárez la izquierda llega al poder a través de elecciones, España entra en la Unión Europea, en el mundo y en la libertad. Un primer ministro que cumple con su programa político es insólito.
–Alfonso Guerra ha criticado que TVE esperase a que el rey Juan Carlos se fuera de España para emitir su documental… y de madrugada.
–Hablé con altos cargos de Televisión Española y me dijeron que los horarios en España son diferentes a los de Francia. Pero no acabo de entenderlo.
–El 24 de junio de 1977 fue la primera onomástica del rey Juan Carlos con los partidos legalizados. Un día después el Betis ganó la primera Copa del Rey. En 2022 la vuelve a jugar. ¿No debería estar el rey Juan Carlos I en el palco?
–Es una muy buena idea. A ver si el Gobierno y la Casa Real lo hacen posible.
–Se rebela contra sus padres. ¿Y contra su madrina?
–Adoraba a Simone Signoret. Me enseñó a cepillarme los dientes. Vino a España con su marido, Yves Montand, mi padre y un grupo de intelectuales franceses para intentar evitar los últimos fusilamientos de Franco en septiembre de 1975. Era la última dictadura de Europa.
–En Sevilla le emocionaban las saetas en Semana Santa, aprende a bailar sevillanas y guardaba cola para ver la urna de San Fernando…
–Era la única extranjera del colegio (el San Francisco de Paula) y me sevillanizaron muy rápidamente.
–En el nuevo plan de estudios español no se va a estudiar la Revolución Francesa…
–¿Porque podía dar ideas?
–¿La pasión española es de familia?
–Mi abuela paterna leía a Proust. Eso era un gran acto de rebeldía porque un homosexual contando tantas cosas no era una lectura para buena familia. La madre de mi padre vino muchas veces a este hotel (el Alfonso XIII) con trajes de flamenca que le hacía Pierre Cardin.
–Su madre, Elisabeth Burgos, es venezolana. ¿Cómo se tomó que el rey Juan Carlos I le dijera ‘¿Por qué no te callas?’ a Hugo Chávez?
–El rey dijo algo que todo el mundo pensaba. Por fin alguien lo ponía en su sitio. En Venezuela lo adoran.
–¿Dónde cae el rey, en los brazos de Corinna, en un safari en Bostwana o en la jauría de Podemos?
–Una mezcla explosiva de las tres.
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