“La violencia es un torbellino que acaba engullendo a todos”
Juana Cortés Amunarriz | Escritora
Sevilla/Juana Cortés Amunarriz (Hondarribia, 1966) es licenciada en Filosofía y escritora de relato, novela y literatura infantil y juvenil. La autora vasca reside en Madrid, donde inició su trayectoria literaria en 2004. Los ausentes (Espasa, 2021), su reciente novela, aborda la violencia y sus consecuencias partiendo del retorno de ETA al uso de las armas en 2007. La vertiginosa historia del personaje principal y la espiral que crea un acto violento como un secuestro, permite adentrarse en una obra que recuerda la desolación que produce el mal humano y cómo eso nos cambia.
–¿Por qué hacer esta novela con el trasfondo de la violencia de ETA como tema?
–En principio, me interesa en general el tema de la violencia, que también he tratado en otros relatos y novela. Incluso en literatura infantil traté el acoso escolar. La violencia suele aparecer en mi obra. Y en este caso me interesaba el viaje que hace la protagonistas, Leire, al sufrir el secuestro de su marido. Me interesaba como punto de partida para investigar qué efectos tiene la violencia en un personaje.
–¿Que empiece a haber ficciones sobre ETA es un síntoma de salud de la sociedad que sufrió esta lacra?
–Creo que es una necesidad. Hemos vivido tantos años difíciles y de tanta violencia que estábamos casi en shock. Ahora necesitábamos hablar, porque casi no se hablaba entonces. No había muchos productos culturales, que creo que es una forma de sanar en cierto modo, de abrirte más, porque estábamos muy cerrados.
–¿Patria destapó esa necesidad?
–Sí. Patria, con el alcance que tuvo, y también por su punto de vista, muy complejo. Ha habido antes otros libros y películas, pero no han tenido el alcance de Patria. También los hay posteriores, pero Patria es un referente por lo que significó llegar a tanta gente.
–La forma de relatar la historia es muy original. Cada personaje, en pocas páginas, va relatando lo que vive o piensa. Y de ahí a otro personaje. ¿Por qué la eligió?
–Sí. La elegí porque daba mucha agilidad al ritmo de la historia. Al ser un thriller, necesitaba un texto que fuese muy rápido. Me ayudó bastante esos textos cortos. Y que fuese una novela coral también me ayudaba a presentar sus personajes, sus pensamientos, y que el lector lo viera todo desde fuera. Todo sirve para que el thriller vaya rápido y vuele.
–El ritmo lo consigue sin duda. ¿Pero también hay una intención de que no sea equidistante?
–Hay personajes, al aparecer los miembros del comando, que eran difíciles de crear. Pero es verdad que, a nivel literario, yo he intentado presentarlos con sus conflictos y con su forma de pensar para articular toda la historia. El planteamiento primero, el de Leire, que es el personaje con el que se empatiza, es el las víctimas. Su historia, el acto de violencia brutal que sufre por parte de ETA, es la principal. Pero cuando aparece el comando, explican su forma de ver las cosas. Está escrito desde ahí para entender qué están haciendo. Construí esos personajes de lo que pude sacar de documentales y de datos en la prensa.
–¿Pero no busca una equidistancia con ese mundo?
–No, no, no. Busco contar la historia de una víctima que es Leire. No hay una equidistancia. No creo que haya que verlo desde ahí. Yo he trabajado personajes en una historia. No quería hacer un reflejo social, ni una novela política. Esos personajes existen para darle sentido a la historia de Leire.
–La novela, que trata de abordar la violencia, lo hace con un movimiento político que recurre a la violencia para tratar de lograr sus objetivos. ¿Por qué?
–Mi idea no era hacer una novela de acción fácil. No es un planteamiento de buenos, malos y acción hasta que acaba la historia. No. Para trabajar el personaje de Leire, que es muy complejo, yo necesitaba darle una profundidad, pero también a todos los personajes que la acompañan.
–¿Cuál es la conclusión que quería que sacase el lector?
–Es un libro que hace muchas preguntas y plantea pocas respuestas. Cuando la violencia explota, y rompe ese muro que nos protege, nos arrastra y nos convierte en otra persona. Tenemos que tener cuidado en quién nos convertimos. El dolor está ahí y crea una evolución en los personajes. La idea es explorar qué precio pagamos con ello.
–Al leer la novela me planteé si no pueden intentar convertir en un problema el obligado respeto a las víctimas para lograr el objetivo de sanar a la sociedad de aquella violencia.
–No era mi intención. No se puede minimizar el efecto de la violencia. El miedo que tiene Leire y los hechos que se van narrando muestran la crueldad de todo lo que sucedía. Eso se logra.
–Sí, la espiral sin control que crea la violencia.
–Es un torbellino que va engullendo a todos. Ésa es la idea. Es una novela negra. La desolación que crea esa parte más oscura de los seres humanos.
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