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Luis Rojas Marcos | Psiquiatra

"La pasividad no es útil"

Luis Rojas Marcos

Luis Rojas Marcos / Sergio Pérez / Efe

El psiquiatra Luis Rojas Marcos (Sevilla, 1943) confiesa que perdió el guión de su apellido cuando entró en EEUU allá por 1968 para no tener problemas burocráticos. En Nueva York ha llegado a ser el máximo responsable de los hospitales públicos, en una etapa en la que le pilló el 11-S. Cuenta con numerosas publicaciones y ahora presenta Estar bien aquí y ahora (HarperCollins).

–¿La vida es hoy?

–La vida se ha visto invadida por la incertidumbre, con estas circunstancias que tenemos. El sentido del futuro se ha resquebrajado por la pandemia y por todo lo que está pasando. El enfocar el presente, el aquí y el ahora es la realidad de estos días. La felicidad es una meta a largo plazo, pero queremos estar bien aquí y ahora, en el presente, por la incertidumbre que vivimos.

–Dejar de proyectarnos en el futuro es una renuncia muy importante...

–Depende de cómo uno lo haga. No es que uno renuncie al futuro. Es que uno trata con las circunstancias que le da la vida en este momento.

–¿El futuro importa?

–Nos adaptamos al presente, pero eso no quiere decir que ya el futuro no importe. El futuro ya llegará. Eso evita que uno tenga fantasías en el tiempo.

–La economía, la guerra y el cambio climático están provocando una nueva ola de trastornos mentales... ¡Qué panorama!

–La pandemia, los problemas económicos, personales y familiares crean una reacción de temor. Estos cambios tienen un impacto. Hay personas que enfocan el presente, se organizan y localizan el centro de control dentro de ellas mismas. Es lo que llamamos personas optimistas. El optimista se dice: "Yo puedo hacer algo por superar esta adversidad, por organizarme, por programar mi vida, pedir ayuda si la necesito".

–Eso ya es un paso.

–Sí y lo opuesto a eso sería pensar: "Bueno, que sea lo que Dios quiera". El que sea lo que Dios quiera o es cuestión de suerte no ayuda. La persona que se programa ante las dificultades, por lo menos, está trabajando para superar las situaciones. No cabe duda que presiones de fuera, sean económicas, desastres naturales o guerras, crean una reacción de temor y de miedo. El temor es normal.

–Y hay que superarlo.

–La gente tiene miedo a pedir ayuda porque la sociedad marca al enfermo mental como una persona débil, impredecible. Y eso tiene que cambiar.

–¿Cómo?

–Necesitamos la ayuda de los medios de comunicación. Tenemos que ser conscientes de que uno está triste no porque le haya pasado algo, sino porque está perdiendo la esperanza y la ilusión por vivir. A eso le llamamos depresión y tiene un tratamiento. Y hay que buscar ayuda.

–Sin duda.

–Pero si miramos la estadística, la mayoría de las personas superan las adversidades.

"La gente tiene miedo a pedir ayuda porque la sociedad marca al enfermo mental como una persona débil"

–¿Ser pasivos ante los problemas nos perjudica?

–Ante una situación difícil, lo que más nos ayuda es preguntarnos qué podemos hacer para superarla. La pasividad no es útil. Es pesimista y te quita el control. Podemos hacer algo por organizarnos, por tener aunque sea un pequeño control de nuestras acciones, por ayudar al vecino y sentirnos bien. Son decisiones que son muy útiles.

–¿Dónde buscamos las certidumbres?

–Las certidumbres en la vida las creamos nosotros. No cabe duda que el ambiente influye. Si no sabemos si mañana vamos a tener luz en la casa o no vamos a tener agua, creamos una situación de incertidumbre. Ante eso es importante buscar información real.

–¿Hay que anticiparse?

–Si no voy a tener agua mañana, trataré de acumularla hoy para así prepararme. Quiero decir que hay que tener una actitud activa, proactiva. Tirar la toalla es un problema, porque nos sentimos indefensos: "No importa lo que yo haga o no haga". Esa actitud de indefensión es negativa, porque la esperanza es fundamental, acompañada de decir "yo me voy a organizar afrontar el futuro".

–Nos están llevando al límite. A veces es preferible una endodoncia sin anestesia a ver un informativo.

–(Risas) Ése es un problema de los informativos. En lugar de Noticias, yo pondría Malas Noticias. Leía el otro día la primera página de New York Times y todo era negativo. Del huracán Ian, en Florida, ponía en la misma noticia: "Y puede ser peor". ¿Eso es noticia o es una opinión? ¿Por qué no poner "y puede ser mejor"? Es el matiz que se le da. Aparentemente, los medios de comunicación a nivel mundial hacen un esfuerzo para destacar temas negativos. Y si no están, se buscan hasta que se encuentren.

–Vivimos en un halo de negatividad.

–Creo que está basado en la idea de que nos llaman más la atención las malas noticias que las buenas.

Luis Rojas Marcos Luis Rojas Marcos

Luis Rojas Marcos / Sergio Pérez / Efe

–¿Nos viene bien tener un rato de silencio?

–Hay personas que necesitan ese rato. A mí me ayuda para poder organizarme y pensar, sobre todo cuando estoy lidiando con un tema complicado. Ahora bien, imponer a alguien que debe estar 10 minutos pensando cuando la persona no quiere, pues tampoco. El bienestar se estudia preguntando a la persona. Las imposiciones no ayudan. Son las personas las que tienen que decir cuál es su problema. El bienestar el subjetivo. Si a una persona no le gusta la playa, no le vas a decir que se compre una casa en la playa.

–Menos mal que nos quedan el sentido humor y la ironía para capear el temporal.

–Así es. Y luego miramos hacia atrás y a lo mejor aprendimos algo. Por ejemplo, descubrí que podía organizarme más de lo que yo creía. A veces uno descubre cualidades que no creía que tenía en la lucha para superar las situaciones adversas.

–¿Qué cambió más su forma de ver la vida el 11-S o la pandemia?

–Han sido temas muy diferente y ambos muy traumáticos. En el 11-S estaba allí. Cuando llego a la zona el segundo avión acababa de chocar. Veía cómo se tiraba la gente, cómo sonaban sus cuerpos al caer a la calle o al tejado de un hotel... Aquello fue un trauma para mí. Dirigía los hospitales públicos y acercarme a ayudar a otros fue muy útil. Ayuda mucho a prevenir el pánico. Ya los recuerdos no son diarios, aunque de vez en cuando suena la cosa, pero no interfieren con mi vida.

–¿Y el Covid?

–La pandemia es un trauma muy diferente. Ha durado años y ha tenido muertes solitarias en hospitales, donde no podían entrar los familiares. Es un sistema de personas quemadas, en el sentido de agotadas. Hubo falta de información útil. Dijimos que no hacían falta mascarillas porque no teníamos, para no provocar el pánico. Quizás lo deberíamos haber dicho. Y todo eso complicó mucho la situación.

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