"Siempre hemos tenido taritas"
Rozalén | Cantante
Cantautora comprometida, valga la redundancia, María de los Ángeles Rozalén (Albacete, 1986) ha soplado este año las velas por llevar una década en la cresta de la ola musical. Esta licenciada en Psicología por la Universidad de Murcia, que actuará el 28 de septiembre en la sevillana Plaza de España en el Icónica Fest, lleva Castilla-La Mancha por montera. "Llevo dos años haciendo la campaña de turismo", afirma orgullosa.
–Cuatro discos en 10 años, la más joven en recibir el Premio Nacional de Músicas Actuales, un Goya, lo peta en sus conciertos... No se me quejará, ¿no?
–Poco me puedo quejar, pero lo mejor está por llegar. Soy una recién llegada aún.
–Hace no tanto fue la cantante de moda y ya se ha consolidado casi como una clásica, ¿cómo se consigue no estar de paso en un mundillo tan cambiante?
–¿Usted cree que he sido la cantante de moda en algún momento? Han pasado muchísimas cosas en 10 años, cosas que suenan a muy gordo, pero en este mundo tienes que reinventarte continuamente: o trabajas y buscas la inspiración o el tren se te pasa. Siento que para nada tengo todo hecho.
–Le voy a hacer algunas preguntas de guasa…
–Soy de Albacete y tengo un humor negro que pa' qué.
–Hace más colaboraciones más que un periodista freelance. ¿No llega a final de mes o es que se apunta a un bombardeo?
–Tengo incapacidad para decir que no y compartir con gente que te mola es lo más bonito de la música. Algo muy chulo que me pasa a mí es que de repente me sale una colaboración con Reincidentes, Raphael, Kase.O, David Otero... Es como que estamos en casa de todos, eso es muy bonito.
–Y Serrat. ¿Quién tiene marcado en rojo en la lista y aún no lo ha cumplido?
–Aún bastantes, aunque parezca que no, ¿eh? Silvio Rodríguez, René (Residente), Manolo García es de mis artistas favoritísimos, Luz Casal, Enrique Bunbury... Verá que tiro alto.
–Se moja con sus letras y opiniones, ¿no le han dicho que se arriesga a reducir su mercado o es que no puede evitarlo?
–Hay gente que lo dice, pero antes que artista soy ciudadana y lo que opino tiene que ver con justicia social o cosas personales; como todo eso es político, la gente se queda con los titulares, pero todo lo que digo es con muchísimo amor y cariño.
–¿Su compromiso le pone el listón muy alto o la sociedad actual se ofende muy fácilmente?
–La piel está muy fina y la gente a veces tampoco profundiza, ni ve por qué tú piensas o dices algo, pero eso es un daño colateral de las redes sociales. A menudo nos equivocamos pensando que el mundo virtual es el real y no es así. Cada uno tiene su lista de prioridades y en mi caso mis valores están muy por encima del resto porque si veo que algo no lo estoy haciendo como dictan mis principios, me cuesta dormir y no me siento bien. A veces me veo dando explicaciones sin tener que darlas. Los artistas que siempre me han gustado, de cantautores a bandas de rock o de rap, siempre han tenido un compromiso. También sigo a muchos que no piensan como yo, pero me aporta algo su arte.
–Agarrarte a la vida trata del suicidio y la salud mental. ¿No habría que enseñar en el colegio que el mundo en las redes sociales es imaginario?
–Habría que educarnos en emociones y en valores. Nos equivocamos al pensar que la vida es toda felicidad y las fotos preciosas de las redes, la carrera de los likes... En fin, claro que no es real pero el problema es qué piensas cuando te miras al espejo. Algo no estamos haciendo bien para que tanta gente joven no encuentre su lugar.
–¿Cómo estamos de las cabezas tras la pandemia, psicóloga?
–Siempre hemos tenido taritas. Los problemas de salud mental han estado ahí y la pandemia ha provocado que afloren muchas cosas que estaban regular. Cuando uno está con la vida rápida, no le da tiempo a pensar. En un encierro como el que sufrimos, el duelo, con la cantidad de personas que hemos perdido sin poder decirles adiós, pasa factura.
–¿Cómo se posiciona en el debate de moda sobre la gira de Rosalía?
–Soy fan de Rosalía; a veces estamos más pendientes de la grieta que de lo luminoso. Alucino con las melodías de su último disco y hay cosas electrónicas interesantes. Está todo el mundo intentando ver la pega, pero quien diga que no tiene talento, se está equivocando. Si hay algo que no te gusta, no lo escuches, pero no acribilles. Deja que cada uno sea libre y demuestre lo que le sale de dentro. Hay mucho abanico. Pero no ataques. Lo que demuestra que le va bien a alguien es que todo el mundo se le tira encima. Apoyo a mi compañera.
–"La sabiduría de mi abuela era de otro planeta". ¿Hemos dejado de respetar a los viejos?
–De niña estaba mucho tiempo en silencio escuchando a mis mayores. Eso es como una religión, el respeto a ellos está por encima de todo, son la gran sabiduría, los que nos llevan toda la vida de ventaja y nos pueden decir qué hacer. Con los años me doy cuenta de que tengo que fijarme más en ellos. Lo que hacía mi abuelo de mirar a la nada durante horas es la meditación de ahora. Es muy importante fijarnos en ellos porque el futuro tiene que ver más con eso que con lo moderno.
–Muchos conocen Albacete por los cuchillos y ojo a la lista de ilustres de allí: Bernabéu, Cuerda, Bono, Castells, Piqueras, Iniesta, Joaquín Reyes, Rozalén...
–Albacete sí que está de moda, por favor. De mi tierra se me llena la boca.
–Y tiene unos sitios de marcha impresionantes.
–Hay mucha fiesta y la gente es acogedora. La feria es de las gordas, gordas y el humor es nuestra bandera.
–¿Cuántas veces le han hecho la chanza de que se crió en Letur... de Francia?
–Muchas. Y Albacete caga y vete también. Pero cuando vienen a verme, no lo vuelven a decir.
–Toca la bandurria, ergo, es una españolaza.
–Soy una viejoven, una folclórica. La toco desde los siete años y es el instrumento que mejor se me da; la voz cada vez la controlo más pero con la guitarra chapurreo. Soy una gran bandurrista.
–Aunque espero que no esté en ninguna tuna.
–No, en la rondalla de mi barrio, hacemos música más tradicional, no tanto Yo vendo unos ojos negros.
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