Alaitz Leceaga: "Estaría encantada de que existiera un Stephen King vasco"
La escritora bilbaína publica 'La última princesa', una novela negra ambientada en Euskadi en el año 1992
Aunque no le gusta que la encasillen, Alaitz Leceaga es una de las exponentes del Euskal Noir, una corriente literaria que se ha puesto de moda en los últimos años. Nació en Bilbao y es autora de varias novelas, todas con gran éxito de ventas. Debutó con El bosque sabe tu nombre y continuó con Las hijas de la tierra. Con la tercera, Hasta donde termina el mar, ganó el premio de novela Fernando Lara 2021. La última princesa, que acaba de publicar con Planeta, es su quinta novela.
Pregunta.Sé que no le gustan las etiquetas, pero es usted una escritora vasca y escribe novela negra ambientada en el País Vasco, ¿cómo ve el estado de forma de eso que llaman Euskal Noir?
Respuesta.Hay varios autores maravillosos no sólo en Euskadi, sino también en todo el norte de España. Nos une un paisaje común, esos bosques y ese mar, ese océano Atlántico. Son elementos comunes, sin duda. Ahora mismo creo que es una literatura que goza de buena salud.
P.Hay también en la cultura vasca algo de ancestral, una mitología y una magia que le dan un toque especial para una novela de misterio, ¿no cree?
R.Claro, hay historias, leyendas, folklore, como prefiramos llamarlo. Son elementos que encajan muy bien en este tipo de literatura. Nos gusta hablar de ello y utilizarlo porque le da un poso especial a las novelas.
P.Son ustedes los herederos de Ramiro Pinilla, que es quizás el que inició esta senda de la novela negra vasca.
R.Bueno, yo además es que vivo en el mismo pueblo en el que él vivía.
P.No sé si conoce a John Conolly, un autor irlandés que ambienta sus novelas en Maine, EEUU.
R.Sí, claro.
P.En su último libro hay un guiño a Stephen King y dice algo así como que sólo en Maine, un sitio con muchos bosques y cierta negrura, podía haber nacido un escritor como él. Yo discrepo un poco y creo que King podría haber sido perfectamente un escritor vasco, ¿qué le parece?
R.Me encanta esa teoría. Yo he leído casi todo lo que ha escrito Stephen King desde muy jovencita. Incluso lo menciono en esta novela. Creo que un paisaje como el de Maine podría equipararse al de Euskadi, sí. Y no sólo el paisaje, sino también esos monstruos de alguna forma. Nosotros estaríamos encantados de que existiera un Stephen King vasco, y que desarrollara sus novelas en algún pequeño pueblo. Le confieso que me entusiasma esa idea.
P.Esta entrevista tiene lugar en Sevilla, una ciudad que se transformó por completo en 1992, ¿por qué decidió ambientar su novela en este año?
R.Pues precisamente por eso, porque es un año muy relevante en la historia reciente de España, tanto por la Exposición Universal de Sevilla como por los Juegos Olímpicos de Barcelona. Yo era una niña, pero recuerdo ver noticias de la Expo y de los Juegos por televisión. Me atraía mucho contar una historia ubicada en ese momento, que de alguna forma marca el principio del sueño de esa España de modernidad y de cambio. Fue un año fundamental para todo el país.
P.Supongo que eso le ha obligado a un proceso de documentación importante, ¿no?
R. La protagonista, Nora Cortázar, es criminalista y es la jefa del departamento de Ciencias del Comportamiento de Interpol. Las técnicas de investigación actuales nada tienen que ver con las de 1992, cuando estaban todavía un poco en desarrollo. Me costó bastante conseguir los procedimientos de aquel momento. Tuve la oportunidad de hablar con algunas personas de Interpol, que fueron muy amables y me ayudaron mucho. También hay una excavación arqueológica que tiene mucha relevancia en la historia, y yo tenía que contar cómo eran las técnicas de la época, no las de 2025. Y hay aspectos en los que la vida ha cambiado mucho, sobre todo en la profesión de Nora o cómo se percibían las ciencias del comportamiento en 1992.
P.Ella además es asperger, que esto en el año 1992 no era tan conocido.
R.Exacto. Hay momentos en la novela en los que algunas personajes se refieren a ella con nombres desagradables. No incluir ese tipo de denominaciones hacia personas del espectro autista en aquella época no habría sido creíble ni honesto con los lectores. Al final dejé una nota explicativa dejando claro que esto no es en absoluto lo que la autora piensa.
P.Fíjese qué sensibles estamos eh, que una autora tenga que explicar que lo que hay en un libro de ficción no es lo que ella piensa. No sé, no me imagino a Bret Easton Ellis aclarando que American Psycho es ficción.
R.Esa novela me fascina, y la película también. Creo que es tan evidente que se trata de una parodia, que no hacía falta aclarar nada.
P.La central nuclear de Lemóniz también está en su novela, ¿qué supuso este edificio para la sociedad vasca?
R.Todavía existe, nunca llegó a funcionar, pero se construyó por completo. Y todavía hoy impresiona muchísimo. No sé si conoce la zona, pero es un bosque antiguo, verde, frondoso, con el mar Cantábrico al lado, y va uno andando por ahí y se encuentra una central nuclear gigante, descomunal y, además, abandonada. Y, cerca de la central, en alta mar hay una plataforma marítima. Esos dos escenarios parece como que no encajan en absoluto, son construcciones enormes y fuera de lugar. Es imposible no recordar todo lo que sucedió cada vez que se pasa por ahí. No se puede entrar, pero cualquiera puede acercarse hasta la puerta y verla.
P.ETA también está muy presente, aunque hablamos de una novela negra y no de un libro sobre ETA, ¿cree que la gran novela sobre ETA está aún por escribirse?
R.No sé si me corresponde a mí responder eso. Creo que no podría haber ambientado una novela en 1992 sin mencionar a ETA y cómo era la sociedad en ese momento. No hubiera sido honesto ni tendría sentido.
P.¿Y usted se anima a hacer una novela sobre ETA? ¿O cree que hace falta más tiempo, más distancia, más perspectiva?
R.Creo que se puede escribir sobre todas las cosas, y además es sano que podamos hacerlo. No sé si yo estoy capacitada para ser la persona que lo escriba. Ahora mismo es verdad que Nora Cortázar atrapa mi atención por completo. Y cualquier novela con ella de protagonista va a seguir teniendo presente a ETA porque forma parte de su pasado familiar.
P.Ella es la hija de una asesino, yo entrevisté a una chica que también lo es en la vida real y quedó marcada cuando supo quién era su padre, ¿cómo le afecta esto a su personaje?
R.Qué interesante es esto que me cuenta. Creo que uno de los temas de la novela es precisamente si el mal puede transmitirse de padres a hijos, como si fuera una maldición familiar. ¿Puede la maldad heredarse? Eso es algo que preocupa mucho a Nora. Sin embargo, ella escoge como profesión y casi como modo de vida algo diametralmente opuesto, que es perseguir a los hombres como su padre.
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