Mercedes Ramos Martínez | Librera

“Las pocas librerías que queden serán reductos para románticos”

Mercedes Ramos Martínez, en su librería.

Mercedes Ramos Martínez, en su librería.

Mercedes Ramos Martínez, librera de toda la vida, acaba de recibir un premio por regentar una librería con cincuenta años de historia. La librería ‘Don Bosco’ en Granada fue abierta por su madre en 1972 y desde entonces surte historias literarias al barrio en la que está ubicada. Ella culpa a las fotocopiadoras, internet (pirateo) y la venta on-line el deterioro de esta actividad en la que lleva trabajando muchos años. Una joven con la cara metida en un libro rodeado de mariposas es la imagen que Mercedes Ramos ha elegido para celebrar el medio siglo de su pequeña librería.

–Encontrar hoy en día una pequeña librería con 50 años de historia es como un milagro.

–Lamentablemente cada vez quedamos menos. Pero al fin y al cabo dependemos de la demanda del público. Y si no hay clientes, pues evidentemente no hay librerías.

–¿De quién fue la idea de abrir la librería que usted regenta?

–La abrió mi madre en el año 1972. Ella quería poner un negocio que pudiera llevar y en el que pudiera implicar a mi padre. Mis tíos, que ya tenían una, se ofrecieron a echarles una mano y orientarlos en la empresa. Y así lo hicieron. Después, en 1994, yo me hice cargo del negocio.

–¿Qué resalta de su oficio de librera?

–La alegría de trabajar con los libros. Son mi pasión. Lo único que lamento es la falta de tiempo para poder leer todos los que me apetece, que son muchos. Luego está el poder hablar con los clientes de lo que estás leyendo y si te gusta o no. Para mí esa es la mejor conversación que pueda tener.

–¿Recomienda usted libros a clientes?

–Sí, lo hago. Y he de decir que es muy difícil. Hay libros para todos los gustos, y lo que hay que tener claro son los gustos del cliente. Aparte de que, a los libreros no nos da tiempo, no ya a leer todo lo que recibimos, ni tan siquiera a echarle un vistazo. Aparte de los gustos hay que tener en cuenta el estado de ánimo del lector, porque de vez en cuando apetece cambiar de registro. Yo a veces lo tengo claro, cuando viene alguien diciéndome que quiere una lectura para entretenerse, le recomiendo a autores que tienen obras con argumentos sencillos e interesantes.

–En este mundo con tantas nuevas tecnologías… ¿qué futuro cree usted que les quedan a las librerías?

–Muy difícil, las pocas que queden serán un reducto para románticos. Aquí en Granada, por ejemplo, han cerrado más de diez en los últimos cinco años. Esto creo que es algo imparable.

–Sin embargo, cada día se edita más.

–Sí, pero son pequeñas tiradas que al cabo de los dos meses desaparecen de las novedades. Hay fechas en que se venden más, como las Navidades o en la Feria del Libro, pero son fechas puntuales.

–La gente lee más, pero compra menos libros.

–Bueno, no sé si lee más, pero lo que sí es cierto es que los que leen cada vez lo hacen más en soporte digital. En cuanto al pirateo, es muy difícil de perseguir. Y no sólo en los libros, lo vemos también con los periódicos. Pero bueno, eso es lo que hay. De todas maneras, lo importante es que le gente lea, sea en el formato que sea.

–Hace poco le han dado un premio por ser la librería más veterana de Granada. Me imagino que esto le ha reconfortado mucho.

–Fue una grata sorpresa. Realmente te emociona que una institución como la Asociación Cultural y Solidaria Granada Siempre valore un trabajo de tanto tiempo. Ha sido un reconocimiento a una labor de años y de dos generaciones que no se limitó sólo a Granada. Desde el principio ya vendíamos libros a los institutos de toda Andalucía y a los agricultores de la costa granadina. Así que ha sido para mí una gran satisfacción. En estos tiempos es un detalle que le den un premio a un librero.

–¿Qué pasará con su negocio cuando usted se retire?

–Como con tantos otros, se cerrará. Para esto no hay relevo. No creo que nadie quiera ya un negocio como este.

–¿Es necesario ser lector para ser buen librero?

–Yo creo que es requisito indispensable. Si no disfrutas con la lectura puedes trabajar en una librería, pero difícilmente se te podrás llamar librero. Serás simplemente un dependiente que lo mismo vende libros que patatas. Lo bonito es hablar de algo que te apasiona.

–Mucha gente que se gasta veinte euros en una sentada de un bar dice que los libros son caros. ¿Qué le diría usted a esa gente?

–Que no busque excusas, que hay libros desde cinco euros. Por supuesto que tomarse unas cervezas en un bar también es necesario, sobre todos si se comparten con familia y amigos, pero al fin y al cabo ese es un placer momentáneo, mientras que un libro te acompaña para siempre, porque siempre puedes volver a leerlo, o deleitarte con los párrafos que más te han gustado. Y también lo disfrutas al comentarlo con otras personas. Lo que pasa es que cada día hay menos gente con la que puedes hablar de libros.

–¿Qué haría para incentivar la lectura?

–Pues fomentar, por ejemplo, las lecturas en voz alta a los niños tanto en casa como en clase. Y promover las visitas a las bibliotecas y a las representaciones de teatro escolares en todas las edades, entre otras cosas. Ese es mi principal recomendación, pero, sobre todo, procurar que los niños crezcan en un ambiente de lectura.

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