"Nunca he visto un pueblo tan cainita como el español"

IGNACIO MARTÍNEZ-CASTIGNANI. DIRECTOR DEL INSTITUTO CERVANTES EN BELO HORIZONTE

"Nunca he visto un pueblo tan cainita como el español"
"Nunca he visto un pueblo tan cainita como el español"
M. Muñoz Fossati

27 de diciembre 2013 - 01:00

-En su currículum luce sobre todas una definición: "poeta y diplomático".

-Bueno, es que a mí me pidieron que hiciera un currículum un poco más amplio... pero es cierto, dirijo el Instituto Cervantes en Belo Horizonte, en Minas Gerais, el segundo Estado de Brasil, en un momento en que el país está en ebullición, la Copa Confederaciones, próximamente la Copa del Mundo... Antes trabajé para el Cervantes en Bruselas. Sí, parte de mi vida profesional ha transcurrido en el exterior.

-En realidad, hay una tradición de poetas diplomáticos, Rubén, Neruda, el mismo Vinicius de Moraes...

-Sí, existe esa tradición. A veces la creación tiene que ver con el ocio. No, no es que tenga una vida ociosa, trabajo como un burro, pero sí es cierto que ciertas profesiones te permiten viajar, estar en el teatro del mundo, ahora en Cádiz, mañana en Barcelona, un mes después estás en Brasil y te vas a Río... Y eso no sólo te hace crecer como persona sino descubrir personas, descubrir paisajes, otras tradiciones que te van nutriendo también desde un punto de vista creativo.

-No es como la emigración a la que se ven forzados muchos españoles hoy.

-No, claro, ésta es muy placentera. Vas cambiando cada cinco años de lugar, y no tiene nada que ver con la otra, que es en estos momentos dramática.

-¿Muchos españoles están yendo hoy a Brasil?

-Sí. La economía brasileña está creciendo, no como debería pero sí, y la verdad es que los españoles que están yendo hoy a Brasil son lo que podemos llamar el nuevo emigrante, una persona formada, capacitada en ramas técnicas, y en Brasil se necesitan arquitectos, biólogos, químicos... No estamos hablando de gente que va con una mano delante y otra detrás, sino personas capacitadísimas, que no encuentran una oportunidad en nuestro país. También tengo claro que cuando España entre en una clara recuperación económica y del empleo van a volver.

-Belo Horizonte tiene un nombre realmente esperanzador.

-Sí, un nombre precioso. Es la capital de Minas Gerais, y capital de la emancipación contra la monarquía portuguesa, muchos movimientos políticos y literarios de Brasil se han iniciado allí y en Ouro Preto, que es una ciudad cercana. Si miras ahora, Dilma Rousseff es de Belo Horizonte. Es un Estado que no suele aparecer en los medios de comunicación porque Río y Sao Paulo son ciudades muy potentes y Belo Horizonte tiene cinco millones sólo.

-¿Sólo? Son cantidades gigantescas.

- Es que las ciudades brasileñas son de unas dimensiones bestiales: Río, 12 millones, Sao Paulo, 25... Belo Horizonte es como dos veces Madrid y tres Barcelona. En Brasil todo es salvaje, en el sentido positivo. Son ciudades construidas en medio de la selva, en lo que llaman la Mata Atlántica, un lugar en el que crece todo con exuberancia. Con 220 millones de habitantes, vivir en Brasil es como vivir entre Lisboa y San Petersburgo...

-Y en esas inmensidades ¿cómo se mueve el director del Cervantes?

-Primero, te das cuenta de ese concepto de dimensión. El Estado de Minas Gerais sería más grande que toda España. Después tienes que tener en cuenta que el brasileño es muy receptivo y eso, junto con su carácter latino, facilita mucho las cosas. La clave para un director del Cervantes es vincularte a la ciudad, a las personas.

-Brasil acaba de vivir unos disturbios que derribaron un poco la imagen de cambio tranquilo.

-Bueno, ahora está calmado. Los disturbios en la Copa Confederaciones, yo los viví con sorpresa, y los propios brasileños también. Fue un movimiento ciudadano bastante espontáneo, que no iba en contra de la Copa ni de la democracia, ni siquiera contra el Gobierno, sino que era más bien decir: "Oye, hemos conseguido algo de progreso, queremos seguir progresando". El propio Gobierno reconoció que era así. Y hay que decir que Brasil es una democracia muy transparente, en la que se debaten muchas cosas.

-Tiene una ventaja Belo Horizonte, que he leído que la llaman la capital nacional de los bares.

-Sííí. Porque la gastronomía mineira es algo de lo que están muy orgullosos. No son bares, allí les llaman butecos, que sería como tabernas, como nuestras tapas. De hecho, el año pasado Minas Gerais fue el país invitado en Madrid Fusion.

-Se habla del cierre de sedes del Cervantes

-No, no es así. Los Cervantes, esto lo dice el director general, Víctor García de la Concha, son una piedra angular de la acción cultural y lingüística de España en el exterior. Pese a la reestructuración económica de toda la Administración, ha mantenido sus presupuestos, y se acaba de abrir el Observatorio de la Lengua en la Universidad de Harvard. Lo que sí se tiende es a un objetivo de autofinanciación con los cursos de español.

-Como uno de sus divulgadores ¿cuál es su opinión sobre la marca España?

-No sé si el término es adecuado, pero en la medida que la imagen de España sea buena será todo mucho más fácil. Para las empresas, para los diplomáticos, para el ciudadano español que viaja... y considero que la imagen de España es buena, al menos yo en Brasil lo veo. Pero también es cierto que los españoles somos muy críticos con nosotros mismos. No he visto un pueblo tan cainita. La crítica debe existir, pero lo que estemos haciendo bien debemos reconocerlo. Fuera nos ven de otra manera. Hay 60 millones de turistas que vienen a España, ¡pues será por algo!

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