El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, ha hecho un llamamiento a la CUP a usar "con mesura" la fuerza de sus diez diputados en el Parlamento y a levantar el veto a su investidura, para evitar así que el proceso soberanista "descarrile". En declaraciones a Catalunya Ràdio, Mas ha avisado de que la oferta de Junts pel Sí (JxS) a la CUP, que además de su propia investidura incluye una hoja de ruta hacia la independencia y un plan de choque social, ya "no se moverá", por lo que la formación anticapitalista no puede esperar más concesiones.

Según Mas, la CUP "es muy libre" de tomar la decisión que sea, pero debe ser consciente de que "no tiene tanta fuerza como para cambiar a un presidente de la Generalitat", aunque sí puede "provocar unas nuevas elecciones" en marzo. "Si las grandes decisiones las toma sólo la CUP, ¿cuánta gente baja del tren del proceso?", se ha preguntado Mas, que ha pedido a los antisistema que entiendan que "para proteger este proceso" y evitar su "descarrilamiento" deben utilizar su fuerza "con mesura". "No soy un obstáculo ni un problema", ha afirmado Mas, convencido de que "el problema es cómo protegemos y garantizamos mejor el proceso soberanista catalán".

Sobre el tuit del número dos de CDC en el Congreso, Carles Campuzano, que sugirió buscar otros aliados o ir directamente a elecciones después de ver el resultado de la asamblea de la CUP, ha puntualizado que no queda más remedio que "agotar el plazo" del 10 de enero, porque no se pueden convocar comicios antes de esta fecha, por mucho que la situación actual de bloqueo de la investidura sea "completamente absurda". Mas también ha lamentado que "se hiperpersonalice" un proceso soberanista en el que él considera que se ha puesto "al lado".

Mientras tanto, el secretariado nacional de la CUP vuelve a reunirse para consensuar la fórmula sobre la que las asambleas territoriales tendrán que pronunciarse con carácter previo a la reunión del Consejo Político del sábado, en el que se decidirá finalmente si apoyan la investidura de Mas. Según fuentes de la CUP, las asambleas territoriales no serán convocadas hasta que el secretariado consensúe la fórmula sobre la que tendrán que pronunciarse. Aunque el secretariado nacional está formado por una decena de personas, en las reuniones también participan los diputados de la CUP en el Parlamento. Las asambleas territoriales trasladarán sus posiciones a los aproximadamente 70 integrantes del Consejo Político, y serán estos finalmente los que tendrán la última palabra sobre Mas.

Quien ya tiene claro qué pasará en la reunión del día 2 es el presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez, que ha vaticinado que la CUP acabará apoyando la investidura de Mas, aunque ha lamentado que este aval "llegará tarde". "El desgaste que se ha producido es innegable, hay sectores de la población con una cierta fatiga", ha subrayado Sánchez. También el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha opinado que habrá finalmente un acuerdo para que Mas sea reelegido, aunque le ha advertido de que se encontrará "un escenario absolutamente espantoso", con un gobierno "precario" apuntalado por la CUP. La presidenta del grupo parlamentario de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha considerado el tira y afloja entre JxS y la CUP "una gran pérdida de tiempo" y ha afirmado que el dilema entre investir a Mas o afrontar unas nuevas elecciones en marzo "es como elegir entre susto o muerte".

Desde Madrid, el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha opinado que cualquier ejecutivo apoyado por la CUP es "un desastre" y ha recomendado a JxS que busque otra fórmula o, "en todo caso", que se celebren nuevas elecciones. Según Rajoy, quien debe rectificar y "dar un paso atrás" es quien ha generado la situación actual, en referencia a Mas. Como réplica, la vicepresidenta del Gobierno catalán en funciones, Neus Munté, ha afirmado que lo que es un desastre es "su inmovilismo" y "su falta de diálogo".