Feijóo da otro balón de oxígeno a Rajoy

El líder de los populares gallegos apuntala con su éxito a un presidente del Gobierno muy cuestionado

Jorge Bezares

22 de octubre 2012 - 01:00

ALBERTO Núñez Feijóo ofreció ayer en las elecciones gallegas a Mariano Rajoy un auténtico balón oxígeno para acometer las reformas y recortes que la UE exigirá al Gobierno por el inminente rescate de la economía española. Con la ampliación de la mayoría absoluta -pasó de 38 a 41 escaños de 75-, el PP gallego apuntaló a un presidente del Gobierno muy cuestionado.

Sin embargo, el triunfo del PNV y EH-Bildu en el País Vasco, que lograron más del 60% de los votos, representa un serio contratiempo para Rajoy, que tendrá que lidiar con un nuevo frente independentista en el debate territorial español, tras el abierto por el presidente de la Generalitat en Cataluña, Artur Mas. Por lo demás, estos dos comicios suponen un duro batacazo para el PSOE y lo que puede ser el principio del fin del liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba.

Pese a que lo evitó todo lo que pudo y más durante la campaña, la amplia mayoría absoluta lograda ayer por Alberto Núñez Feijóo en Galicia tendrá como principal beneficiario a Mariano Rajoy, que, con un tropiezo en este feudo electoral, corría el riesgo de enfrentarse al segundo rescate de la economía española con su liderazgo, su peso político y su propia imagen capitidisminuidos, cuestionados hasta por los suyos, como ya ocurrió en 2008 tras sufrir una segunda derrota electoral a manos de Rodríguez Zapatero.

En los comicios de 2009, el líder de los populares gallegos ya salvó el proyecto de Rajoy con una ajustada victoria electoral que, a lo postre, supuso el primer gran balón de oxígeno para el presidente nacional del PP. Con este segundo servicio político a domicilio, Núñez Feijóo le ofrece el fuelle suficiente para poder afrontar el segundo rescate de la economía española, que conllevará nuevos recortes y ajustes, en un escenario social marcado por una nueva convocatoria de huelga general para el próximo 14 de noviembre. A cambio, el ya presidente electo de Xunta se convierte, sin ningún género de dudas, en uno de los barones con más opciones para suceder en el futuro a Rajoy.

Sin embargo, la alegría por la nueva victoria electoral en su tierra natal se ha visto empañada por el abrumador triunfo que obtuvieron en los comicios del País Vasco el PNV y EH-Bildu, que, con el 60% del voto y el 64% en escaños en su haber, están en disposición de retomar el camino independentista que emprendió en 2003 el entonces lehendakari Juan José Ibarretxe o tomar la misma senda segregacionista que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, empeorando la crisis económica con un debate territorial en un momento tan delicado como inoportuno.

Mientras que el 21-0 tiene para Rajoy un sabor más dulce que agrio, para el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, es un auténtico desastre: el PSdeG perdió siete escaños en Galicia, y el PSE se dejó nueve en la gatera, favoreciendo el ascenso del soberanismo vasco y el nacionalismo gallego más radical.

El liderazgo de Pérez Rubalcaba, apuntalado recientemente por el propio Patxi López ante un PSOE andaluz y valenciano que, preocupados por el estancamiento electoral del PSOE, le exigieron públicamente un endurecimiento de la estrategia de oposición, parece tener sus días contados.

Más que una conferencia política, el líder socialista podría verse forzado a poner fin a su etapa de transición y dar paso a otro compañero, ya sea por medio de una dimisión en toda regla o mediante la convocatoria de unas primarias para elegir al futuro candidato socialista a la presidencia del Gobierno.

Por lo demás, la alta abstención-situada en torno al 35%- certificó la desafección ciudadana hacia la política.

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