Imperio y declive

Historia mínima del PP

El segundo mandato de Aznar, de una boda casi real a una guerra

Aznar junto a su hija Ana, en la boda de ésta en El Escorial, 2002. / EFE

La segunda legislatura de José María Aznar supuso un quiebro belmonteño en la trayectoria centrista que él mismo inauguró y que frustró, en parte, la trayectoria de su elegido, Mariano Rajoy, que tardaría algo más de siete años en conseguir ganar las elecciones.

La mayoría absoluta de Aznar le llevó a romper con sus aliados nacionalistas, catalán y vasco, y a instalar una suerte de aznarato en su Gobierno, donde las grandes decisiones fueron suyas. Así ocurrió con la participación de España en la Guerra de Iraq de 2003. En contra de la opinión de su vicepresidente económico, Rodrigo Rato, y de su ministro de Exteriores, Abel Matutes, Aznar apoyó la alianza internacional que Estados Unidos forjó contra Sadam Husein, el dictador iraquí, una vez que Naciones Unidas rechazó la intervención militar.

España asumió aquella guerra que contaba, según el CIS del momento, con el rechazo del 90% de los españoles. La gestión que Aznar hizo de los atentados del 11-M en Madrid, en 2004, ocurridos a pocos días de las elecciones generales, terminaron por unir ambos malestares, con lo que su sucesor, Mariano Rajoy, perdió las elecciones.

Antes, en septiembre de 2002, el PP y todo el país contempló hasta dónde llegaba la deriva personalista de Aznar. Casó a su hija Ana en el Real Monasterio del Escorial, construido por Felipe II durante uno de los siglos dorados del imperio español, en una boda casi real. Se televisó en directo, asistieron los Reyes y los invitados dejaron, para la posteridad, lo que luego sería un paseíllo judicial: Francisco Correa y Álvaro Pérez, Miguel Blesa, Jaume Matas, Rodrigo Rato, Luis Bárcenas, Jesús Sepúlveda, Ana Mato... Todos y cada uno de éstos serían procesados en los siguientes años, y comprometieron la trayectoria, ya en el Gobierno, de Mariano Rajoy.

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