Miquel Iceta es reelegido líder de los socialistas catalanes
Primarias del PSC
Se impone a la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet con un un 54% de los votos. El recién elegido líder ve un PSC "fuerte" y pide a PSOE "escuchar a militancia y ser coherentes".
Miquel Iceta ha sido reelegido hoy primer secretario del PSC en las elecciones primarias del partido, al lograr el 54,14 por ciento de los votos de los militantes e imponerse así a la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), Núria Parlon, que ha sumado el 46,86 por ciento. Un total de 17.935 militantes del PSC y de la Juventud Socialista de Cataluña (JSC) estaban llamados a votar hoy en los 135 puntos de votación habilitados en toda Cataluña, de los que 698 personas habían solicitado votar telemáticamente.
El presidente del Consejo Nacional del PSC, Celestino Corbacho, máxima autoridad electoral en las primarias, ha oficializado los resultados en la sede del partido en la calle Nicaragua de Barcelona, donde se han agrupado dirigentes y militantes socialistas que apoyaban a ambas candidaturas. En las primarias socialistas ha participado 9.115 militantes, un 50,82 por ciento del censo, con solo 73 votos en blanco y once nulos. Tal como se preveía, la elección del primer secretario ha estado muy reñida, pero Iceta ha obtenido 4.889 votos (54,14%), superando a Parlon ha sumado 4.142 (45,86%).
El recién reelegido líder del PSC, Miquel Iceta, ha celebrado que las primarias del partido han demostrado que los socialistas catalanes están "vivos, fuertes y unidos" y mandan un "mensaje claro" al PSOE: "Escuchar a la militancia y ser coherentes con la posición política es bueno".
En su intervención en la sede del partido y entre aplausos a ambos candidatos por parte de un centenar de militantes y dirigentes socialistas, Iceta ha querido aprovechar las primarias celebradas para referirse a la situación que vive el PSOE y la posible abstención a una investidura de Mariano Rajoy (PP). "Un mensaje claro a los compañeros del PSOE: escuchar a la militancia es bueno. Ser coherentes con la posición política es bueno. Debemos encontrar entre todos la manera de no decepcionar a millones de socialistas que nos miran", ha señalado.
Unos militantes y votantes socialistas que "probablemente quedaron decepcionados por la imagen del comité federal, pero no deben quedar decepcionados por las decisiones que tome todo el PSOE para proporcionar lo antes posible un gobierno socialista y no ser muleta de un gobierno conservador", ha dicho. A su juicio, "defender estas ideas responden a la voluntad amplísimamente mayoritaria de la militancia y los electores", ha recalcado Iceta, que ha resaltado que, con las primarias del PSC, se demuestra que este partido "está vivo, en pie, fuerte y unido y capaz de vencer las batallas que tenemos y las que vendrán".
"Ni un minuto antes ni un minuto después habrá en nuestro partido ninuna herida. No habrá parlonistas ni icetistas, habrá socialistas", ha aseverado Iceta. En este sentido, ha querido hacer un "reconocimiento y abrazo a Parlon, su equipo, su gente y sus votantes, y a la esperanza que ha levantado en el PSC para hacer un PSC mejor. Hemos demostrado que somos un gran partido y se lo debemos especialmente a ella".
Iceta, el fontanero del socialismo que soñó con ser líder
Tras décadas de militancia y de pasar por todos los escalones posibles del PSC, donde siempre fue el experimentado fontanero que trabajaba a la sombra de otros, Miquel Iceta se ha reivindicado como el líder que ha desacomplejado al partido justo cuando el socialismo sufre una crisis de personalidad. Haciendo valer su experiencia política en unos momentos incómodos para su formación tanto en el debate soberanista como en la crisis del PSOE, ha sido reelegido al frente del PSC, imponiéndose en unas reñidas primarias a su número dos, la joven alcaldesa Núria Parlon.
Puede que haya pesado más su liderazgo consolidado tras pacificar un partido hecho añicos internamente hace poco años, o bien su papel de hombre fuerte del PSOE, donde ha sido uno de los barones más leales a Pedro Sánchez. O quizás su estilo cercano y natural, que le han llevado a convertirse en un "icono pop" socialista.
Su baile desinhibido a ritmo del "Don't stop me now" de Freddie Mercury en el arranque de campaña de las elecciones catalanas de 2015, le erigió en fenómeno viral, sobre todo por una espontaneidad poco habitual en el encorsetado mundo político. No deja de sorprenderle aún que un minuto de baile hiciera más para darle a conocer públicamente que cuatro décadas de militancia socialista. Bajo ese estilo dicharachero y afable hay un inteligente y hábil conocedor de las entrañas de la alta política y de los engranajes del socialismo catalán y español.
Miquel Iceta i Llorens (Barcelona, 1960) pocas veces se ha detenido en su vida. Empezó en las Juventudes socialistas en 1978. Estuvo en las "cocinas" de la Moncloa en los primeros gobiernos de Felipe González. Colaboró en la revuelta de 'capitanes' del congreso de Sitges en 1994. Llegó a ser el número dos del partido cuando lo lideró José Montilla. Fue el ponente del PSC en la redacción del Estatut. Y es uno de los ideólogos de la propuesta federal del PSOE. Pero el destino aún le reservaba un nuevo desafío cuando, tras la súbita dimisión de Pere Navarro en 2014, Parlon contaba con el consenso de todos los sectores para tomar las riendas. Pero la alcaldesa decidió dar marcha atrás por sorpresa a última hora.
Entre el desconcierto general, Iceta dio un paso al frente, tomó el micrófono y se ofreció al partido "para lo que hiciera falta". El PSC le eligió como relevo y en este tiempo ha conseguido pacificar el partido y estabilizar la caída de resultados electorales. Su interés por la política empezó a gestarse de forma incipiente mientras cursaba COU y acudía a sus primeros actos de partidos de izquierdas. Siempre rememora, sin embargo, que no pudo votar en las primeras elecciones democráticas por no ser mayor de edad.
Fue concejal en Cornellà (Barcelona) en los años 80 y, después, director del Departamento de Análisis del Gabinete de la Presidencia del Gobierno e incluso subdirector de este gabinete. Entre 1996 y 1999 fue diputado en el Congreso y, desde entonces, en el Parlament. Muy respetado en la dirección del PSOE, su huella está presente en los pilares de la declaración de Granada, que gestó la propuesta federal. Iceta, que destaca en la distancia corta por su sentido del humor e ironía, es uno de los grandes ideólogos del PSC.
Ahora deberá ayudar a curar las heridas de guerra del PSOE, donde fue fiel hasta el último momento a Pedro Sánchez; pero al mismo tiempo reivindicar la personalidad propia del PSC, que amenaza con romper la disciplina de voto ante una investidura de Mariano Rajoy. Adicto a la Coca-Cola Zero -antes prefería la Light- y amante de los gatos, en 1999 fue uno de los primeros políticos españoles en declarar públicamente su homosexualidad, cuando Jordi Petit, pionero activista LGBT en España, le pidió que como político conocido diera ese paso adelante.
Le apasionan los ensayos de política y comunicación electoral, pero también las novelas de misterio. De hecho, sueña con trabajar en una librería cuando deje la política. Pero su debilidad es la música y en sus listas no faltan Elton John, Tina Turner y Queen, incluso su melodía de llamada de móvil es "September". Y es incapaz de no mover la cadera si a su alrededor suena una canción setentera. Es fan de la saga Star Trek y su canal preferido de televisión es FOX, donde es adicto a series como Bones y Juego de Tronos. Y se enganchó a la danesa Borgen por recomendación de sus asesores.
En esa ficción televisiva, Birgitte Nyborg, líder del Partido Moderado -tercera fuerza de Dinamarca-, se convierte en primera ministra de forma inesperada al dar un vuelco en la campaña ante los errores de los dos grandes partidos y gracias a su capacidad de sumar a su alrededor una mayoría parlamentaria con otros partidos. A partir de su repetido lema "diálogo, negociación y pacto", Iceta busca erigirse en el Borgen catalán ante el independentismo. Y entre baile y baile, reivindicar que su sabia vieja puede ser aire fresco para que la rosa del PSC no se marchite en la travesía por el desierto que se augura para el socialismo.
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