Rajoy cree que va a recibir una herencia difícil pero no le asusta

El presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró ayer en O Carballiño (Orense) de que "lo que viene no es fácil" ya que el Ejecutivo ha dejado "la peor herencia con la se ha encontrado un gobierno en la historia de la democracia", si bien él está para "tomar decisiones" y no para "asustarse".

"No estamos para protestar, asustarnos ni llorar", señaló, sino para "recibir la herencia" que deje el actual Ejecutivo y para "tomar decisiones, gobernar y hacer las cosas bien".

Rajoy destacó que, de ganar los próximos comicios del 20 de noviembre, el PP gobernará con la prioridad básica del "crecimiento económico" y la "creación de empleo", apoyando a los emprendedores.

Así, tras insistir en que las cosas no serán fáciles porque, a su juicio, se han hecho "rematadamente mal" evocó un mensaje esperanzador diciendo que "esto tiene salida".

En cuanto a las próximas medidas para reducir el déficit que aprobará el Gobierno, Rajoy cree que "es difícil fijar una postura" porque las iniciativas no se conocen, si bien, en todo caso, insistió en que las "medidas aisladas sirven para poco" y "lo que de verdad se necesita es un "cambio político" y un "Gobierno que presente un plan que pueda llevarse a cabo durante cuatro años".

El líder del PP criticó que el actual Ejecutivo ha llevado a cabo "medidas aisladas", por lo que aboga por acometer "reformas estructurales". Propone una modificación en la Ley de Estabilidad Presupuestaria y que se fije un techo de gasto y endeudamiento a las Administraciones locales, provinciales, autonómicas y la central.

También defiende la necesidad de terminar con las "duplicidades" entre administraciones públicas y de que "no aumente el número de empleados públicos". De igual modo, aboga por la supresión de "muchos" organismos públicos y entes autónomos y la simplificación de la Administración.

Rajoy realizó estas declaraciones durante su visita a la Fiesta del Pulpo de la localidad orensana de O Carballiño, que este año realiza una muestra de apoyo a los agricultores afectados por la denominada crisis del pepino.